Sindicales
26/6/2025
Construcción, un gremio que grafica de cuerpo entero la flexibilización laboral
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Construcción.
En el último tiempo, mucho se hablando de la reforma laboral, o, como se suele decir, “modernización laboral”, como una necesidad para “aumentar los puestos de trabajo” haciendo más fácil la contratación o recontratación de empleados. Se nos quiere imponer, justificándolo con distintos argumentos, una reforma de los convenios colectivos de trabajo (CCT) en nombre de que eso sería beneficioso para los trabajadores.
Lo cierto es que detrás de todo esto lo único que hay es una precarización laboral aún más profunda, con el objetivo de abaratar los costos de mano de obra. Una nueva transferencia de riqueza desde la clase obrera hacia los capitalistas.
Para clarificar estas afirmaciones mostraremos algunos datos del gremio de la construcción (Uocra), que tiene a Gerardo Martínez como secretario general del gremio con un prontuario de entregar trabajadores bajo la ultima dictadura -calificado por esta como agente leal y útil.
Este personaje es uno de los que invitan a las mesas de discusión en el Consejo de Mayo y no solo por su prontuario de colaboración con la clase dominante sino por tener en el gremio que dirige uno de los convenios mas flexibles de la industria, que se quiere tomar de referencia para extenderlo al resto. Este en declaración dijo: “Lo que nosotros planteamos, y tenemos nuestra propuesta, que en su momento traeremos, será para decir de qué manera se puede encontrar una modalidad de modernización laboral sin que eso signifique perder derechos ni las condiciones sociolaborales de los trabajadores y de las trabajadoras” (El Litoral, 24/6) .
Ahora bien, veamos datos concretos del gremio. En primer lugar, los empleados de la construcción ganan por debajo de la línea de pobreza. El oficial especializado (la mayor categoría) gana un 80% de la CBT (Canasta Básica Total para una familia de 4 integrantes) y el ayudante (la menor categoría) gana menos del 60% de la CBT. Hay que tener en cuenta que la CBT es miserable y no contempla alquiler. En la imagen 1 se puede ver cómo desde 2019 en adelante la brecha entre el salario y la CBT se va incrementando.

En segundo lugar, la flexibilización en el gremio, formalizada en el CCT (N° 76/75), no ha generado ni mayor cantidad de puestos de trabajo ni estabilidad laboral; ni siquiera sirvió para los planes de blanqueo de empleados que gobiernos tras gobiernos se cansan de repetir.
Para graficar las afirmaciones antes mencionadas veremos en la imagen 2 las fluctuaciones en el empleo registrado desde 2006 en adelante. Mostramos desde esa fecha ya que no hay datos anteriores, a lo que cualquiera podría hacer la critica de que no sabemos el impacto concreto al momento de la aplicación del nuevo convenio. Mas allá de esta salvedad, creo que es más que suficiente caracterizar la situación con estos datos. Por un lado, la flexibilización del convenio no genera nada de estabilidad laboral como se puede ver en el gráfico, con fluctuaciones de un año a otro en más de 100 mil puestos. Con periodos como el de la pandemia, cuando se perdieron 150 mil puestos mientras corría la restricción de “no despidos”. Como vemos, en el ultimo cambio de gestión, se perdieron 100 mil puestos de trabajo registrado que aun no se recomponen. Con lo cual no hay estabilidad laboral y tampoco podemos decir que hay mayores puestos de trabajo.
Ahora cuando hablamos de flexibilización del CCT, hablamos en especial de la eliminación de las indemnizaciones. A partir de entonces se creó lo que se llama el “Fondo de Desempleo”, el cual consiste en descontarles a los trabajadores el 12% del salario durante el primer año de trabajo y el 8% en los siguientes. Este descuento se debiera depositar en una caja para ser entregado al empleado al momento del despido, y digo debiera porque son conocidos los casos en que las empresas ni siquiera hacen estos depósitos dejando al empleado en una situación muy delicada. Como se puede ver, esto ya es menos del sueldo por años que aplica para las indemnizaciones, sumado a otros conceptos aplicables en caso de no ser con justa causa, previo aviso, etc., sumado a que ya no tiene costo para el empleador. Ahora bien, esto se quiere hacer extensivo a todos los gremios, y aún peor, se podrán utilizar los aportes en la timba financiera. Esta es la “modernización” laboral.

Tampoco la flexibilización en la construcción resolvió el problema del trabajo en negro. Pues como veremos en imagen 3, en los periodos de caída del empleo el consumo de cemento aumentó o se mantuvo en niveles altos. Esto muestra que los obreros de la construcción siguen trabajando en la informalidad. Esto, sumado a una masa de empleo en negro crónico en el gremio. Todo el que lea esta nota conoce un obrero de la construcción que trabaja haciendo changas o para una subcontratista que lo tiene en negro.

En tercer lugar, se esgrime que hace falta una “modernización” de los CCT porque son de “1900” y las condiciones de trabajo han cambiado. Pero, a contramano de esta política continua de precarización y ataque contra las indemnizaciones, esa modernización tendría que partir del blanqueo del conjunto de los trabajadores del gremio y de emparentar sus salarios con el costo de vida.
Para ir cerrando podemos concluir, con más certeza que dudas, que Gerardo Martínez no representa en lo más mínimo a los trabajadores de la construcción; que la flexibilización laboral no mejora la estabilidad laboral ni genera mayores puestos de trabajo. La burocracia sindical es cómplice de Milei, que ataca el salario, rebaja las jubilaciones y promueve la reforma laboral en beneficio de las patronales. En un contexto donde crece la precarización laboral, no podemos permitir estos atropellos.
Tenemos que salir a luchar por salarios que cubran la CBT (incluyendo el alquiler), el reparto de las horas de trabajo para terminar con el desempleo y cobertura social completa para todo el grupo familiar.

