Transcurridos más de dos meses de conflicto, en la Asamblea Departamental Provincial de Uepc (sindicato docente) la Celeste aprobó la cuarta propuesta salarial del gobierno de Martín Llaryora. Esto ocurre luego de un masivo paro de 48 horas con una histórica movilización de 40 mil personas que se dirigieron a Casa de Gobierno reclamando un salario que los saque de la pobreza. 

Las contundentes medidas hicieron recular a Llaryora, que tuvo que elaborar una nueva propuesta a pesar de haber dicho que iba a cerrar la discusión con lxs docentes de forma arbitraria, aumentando por decreto. De hecho, cerró junio y julio por decreto, con un aumento que fue rechazado, esto lo hizo en el marco de una conciliación trucha que acató la Celeste con el único propósito de impedir el paro resuelto antes del receso invernal. 

La propuesta aprobada en la Departamental tiene algunos avances, sobre todo en lo que respecta a jubilados, pero no establece la recuperación salarial que reclama la docencia y se extiende hasta enero inclusive. Y a pesar de que Roberto Cristalli, cabeza provincial del sindicato, señaló que no iba a cerrar ningún acuerdo sin la devolución de lo descontado por días de paro, ahora festeja la aprobación sin que esté contemplado el reintegro, cuando fue uno de los elementos que más utilizó el gobierno para extorsionar a lxs docentes.  

La docencia no aprobó la propuesta

Aunque 89 delegados departamentales votaron su aprobación contra 39 que trajeron el rechazo, la docencia no aprobó esta propuesta. Numéricamente, porque la Departamental expresa una minoría, hay al menos 300 delegados escolares de diferencia a favor del rechazo.

Esto sin contar el rol miserable de la Celeste que usó todo tipo de artilugio para imponer la aceptación, desde excluir a los no afiliados de las asambleas escolares, como lo denunciaron muchos docentes del interior, hasta confundir con respecto a los montos que se van a percibir (¡en negro!). Un ejemplo muy gráfico de esta batería de maniobras es lo sucedido en el departamento Ischilín, donde la docencia rechazó y una votación irregular y amañada quiso birlar esta voluntad, situación que fue descripta y denunciada en la Asamblea por el delegado departamental de la oposición antiburocrática (Unidad desde las Escuelas).

La única razón por la que se aprueba es porque en el sindicato docente convive una burocracia que durante décadas co-gestionó la educación con el gobierno, llevándola a su destrucción: con la demolición del salario y avalando el derrumbe de las escuelas, y pasando de la mejor jubilación a la peor del país. Así la Celeste impulsó la desmoralización de lxs docentes, promoviendo que acepten menos de lo que perdieron y de lo que necesitan para vivir, y empujando al alargamiento de la jornada para componer los ingresos.

Se fortalece una nueva dirección

Hay una nueva dirección, que surgió el año pasado y que cada vez cobra más fuerza en los principales departamentos de la provincia. Además, se está extendiendo al interior más profundo, donde lxs docentes están hartos de una burocracia que lxs condena a vivir en condiciones paupérrimas. Crece en la docencia la disposición de ir a la acción directa, incluso en momentos donde los descuentos sobre salarios que no superan la canasta de pobreza son de alto impacto para la vida cotidiana. Decenas de miles de trabajadores de la educación se movilizaron y sostuvieron dos días de huelga, mostrando la potencia de esta lucha y evidenciando que están dadas todas las condiciones no solamente para mejorar la propuesta mejorada, sino para avanzar con el resto de los reclamos pendientes, enfrentando al gobierno que usa como variable de ajuste los magros ingresos de activos y jubilados. 

La delegación Capital jugó un rol organizativo elemental. Primero con la comunidad escolar, con las familias, después impulsando la unidad de las escuelas de Capital con las del interior. Luego avanzó en la unidad con el resto del movimiento obrero: constituyendo mesas estatales y consiguiendo adhesiones de la CGT y de distintos sectores sindicales. Del mismo modo buscó las adhesiones al reclamo en el terreno político, fue a la Legislatura y consiguió el pronunciamiento de distintos sectores. Se enlazó con otras luchas, como la de los universitarios. Visibilizó el reclamo en las “semaforeadas” zonales, en los peajes, en la cancha, en el Ministerio de Educación, en Reconocimiento Médico y en cada rincón significativo. En simultáneo fue ganando espacio en los medios de comunicación, frente a la opinión pública que venía bombardeada con los ataques y mentiras del gobierno contra la docencia. Se ganó a la ciudadanía. De esta manera, con el método del frente único y la movilización, fue preparando el triunfo de la lucha a contramano de quienes buscaban capitular con la primera oferta. 

Es claro y urgente que tenemos que sacarnos de encima a la burocracia celeste que milita el inmovilismo y la entrega de nuestras conquistas. Hay que ampliar el cuerpo de delegados combativos e independientes del gobierno, conseguir que todas las escuelas tengan delegados, porque una escuela organizada no solamente reúne mejores condiciones para luchar por el salario, sino también para mejorar la situación dentro del establecimiento y extender organizativamente este desarrollo en el interior. Lo que sigue es que este movimiento adquiera un carácter organizativo mayor, dando un salto en la recuperación de los cuerpos de delegados en toda la provincia. Esa es la tarea de Uepc Capital, de los delegados y de todo el activismo, además de organizar los reclamos que continúan pendientes en las escuelas, apoyándonos en la tendencia a la lucha que ha mostrado la docencia, que no esperará hasta febrero para volver a manifestarse.