Sindicales
2/9/2025
Cornejo avanza en la modificación del estatuto del empleado público de Mendoza
Busca facilitar los despidos y sentar las bases para una privatización de la salud.
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Cornejo avanza de la mano de Milei.
En tiempo récord, como suele suceder con los proyectos que le interesan al gobernador Alfredo Cornejo, la Cámara de Diputados de Mendoza se dispone a votar la modificación del estatuto del empleado público. En apenas una semana el proyecto fue presentado, evaluado y ya está listo para su aprobación. Una muestra clara de la celeridad con la que el oficialismo actúa cuando se trata de atacar derechos laborales.
El corazón de la reforma es un golpe directo a la estabilidad consagrada en la Constitución provincial. Se crea una nueva “planta interina” despojada de estabilidad, reservando este derecho únicamente para quienes ingresaron por concurso. El cinismo es total: los mismos gobiernos que bloquearon durante años la apertura de concursos ahora utilizan esa excusa para avanzar en la precarización. Con este mecanismo Cornejo se asegura la posibilidad de despedir médicos, enfermeros, profesionales de la salud y otros trabajadores estatales con indemnizaciones reducidas y sin derecho a reincorporación.
El objetivo real es poner bajo sospecha a quienes lograron el pase a planta después de años de lucha, como ocurrió en 2015 al final del gobierno de Paco Pérez. No son “acomodados”, como dice la propaganda oficial, sino trabajadoras y trabajadores que conquistaron la estabilidad enfrentando a la patronal estatal. La creación de una categoría intermedia entre contratados y planta permanente no solo cuestiona esas conquistas: también levanta una nueva barrera para quienes buscan estabilidad laboral.
Las declaraciones de Cornejo lo confirman. Dijo que la estabilidad se estableció “para evitar despidos masivos con cada cambio de gobierno”. Está anunciando que pretende abrirle la puerta a una ola de despidos, y no solo en la administración provincial: de aprobarse, los intendentes también tendrían vía libre para replicar esta avanzada en sus municipios.
Este ataque se combina con la reforma de los convenios colectivos, tanto de profesionales como de no profesionales de la salud. El rumbo es el mismo: despidos más fáciles, salarios atados a una falsa “productividad” y mayor poder para el Ejecutivo. Los ítems de productividad, que podrían llegar al 50% del sueldo, son un chantaje: en salud “producir” más significa atender peor, con menos tiempo y recursos. Los responsables de la crisis no son los trabajadores sino el gobierno, que recorta presupuesto y vacía hospitales.
Peor aún, los nuevos convenios habilitan despidos con una simple suspensión de un superior, sin derecho a defensa. Esto allana el terreno para el cierre de servicios, el vaciamiento hospitalario y la privatización encubierta del sistema de salud.
Las y los trabajadores de la salud debemos enfrentar esta ofensiva. No solo está en juego nuestro salario y estabilidad, sino la defensa de la salud pública. Cornejo avanza de la mano de Milei, mientras su socio político se hunde en escándalos de corrupción por la compra de medicamentos.
La experiencia del Hospital Garrahan muestra el camino: organización en los lugares de trabajo, asambleas, paros y movilización en las calles. Solo una lucha unificada puede frenar esta ofensiva. Y una derrota política de La Libertad Avanza y Cambia Mendoza fortalecería nuestras fuerzas para enfrentar a estos gobiernos.
El Frente de Izquierda es el único que llama a poner fin a estos ataques y a defender sin concesiones los derechos de los trabajadores y la salud pública.

