Durante la última semana fue nombrado el nuevo director de la Clínica Constituyentes de Morón, Antonio La Scaleia. Se trata de un personaje que cuenta con causas de corrupción por el desfalco de cientos de millones de pesos, siendo funcionario bajo el gobierno de Daniel Scioli como presidente de las multimillonarias cajas de la obra social Ioma, de 2 millones y medio de afiliados. En la estafa estuvieron involucradas por supuesto distintas clínicas, que facturaban con sobreprecios y por servicios inexistentes, dejando al Ioma, que recibe los aportes de la docencia de la provincia, en números rojos y cubriendo cada vez menos servicios.

Siendo prestadora de servicios a afiliados de Ioma, la Clínica Constituyentes ha designado a este “hombre de confianza”; la nueva dirección para seguir ejecutando el trabajo sucio de vaciamiento de los últimos años. Desde comienzos de 2021, la Clínica Constituyentes es el escenario de una lucha sostenida por parte de los trabajadores, que organizaron numerosos paros y cortes frente al atraso en el pago de los salarios. Para resolver los problemas financieros que alega la patronal, se había tercerizado la gestión en manos de una gerenciadora hace alrededor de un mes. Su única función es la de rescatar al capital, lo cual en este caso lejos de suponer un mantenimiento del servicio podía implicar, como advertimos, una profundización del vaciamiento y los ataques a los trabajadores, lo cual se evidencia en los bonos y cifras en negro que siguen adeudando al personal. Esto es porque para los dueños el problema no es mantener las fuentes de trabajo y garantizar un servicio de salud a la población, sino valorizar el capital.

Los trabajadores tenemos que intervenir. Un acusado de corrupción como La Scaleia, promotor de una confiscación de la docencia en beneficio de las patronales privadas de la salud, no se trae nada bueno para los explotados directamente por estas mismas patronales. El panorama apunta hacia una profundización del vaciamiento. En el cuadro de colapso sanitario por la pandemia, cerraron una decena de clínicas privadas en la provincia de Buenos Aires, todo bajo el visto bueno criminal del gobernador Axel Kicillof. En la lucha debe pasar a tomar un lugar relevante el reclamo de la apertura de los libros contables, a la vista de la asamblea de trabajadores, donde se vean los movimientos financieros del último período y sea garantizado el salario en tiempo y forma.

Fuera el directorio corrupto, apertura de libros bajo control obrero.