Sindicales

20/12/2021

Elecciones del Sadem: crónica de un fraude anunciado

Balance de los comicios en el Sindicato de Músicos.

Se realizaron el viernes 17 de diciembre las elecciones en el Sindicato de Músicos (Sadem). Los resultados fueron de un 91% a favor de la Lista Celeste y un 9% para la Lista Naranja Músicxs Organizadxs. La única explicación de semejante resultado es el brutal fraude cometido por la burocracia de la Celeste.

Pero no fue solo el “habitual” aumento de votos de la Celeste en las provincias donde no hubo fiscales de la Naranja (a modo de ejemplo, en Tierra del Fuego, sin fiscales, la asistencia fue del 80%; en Jujuy, con fiscales, del 7%). La dirección moyanista del Sadem era consciente que los resultados obtenidos por la Naranja en anteriores elecciones, con un 40% en CABA-GBA y casi un 30% nacional, vaticinaban que esta elección, sin fraude mediante, ponía en peligro el dominio de la burocracia enquistada en el sindicato. Hace cuatro años excluyeron del padrón electoral más de 200 afiliados votantes de la Naranja, en una elección de 400 votos efectivos cambiaba el resultado.

En la página web del Sadem reconocen 25.300 afiliados. Sin embargo, habilitaron solo 1.039 para votar. Este año directamente optaron por expulsar miles de afiliados, vaciar el sindicato, dejarlo sin músicos para quedarse con sus propiedades y caja. Para ello se valieron de los atrasos en el pago de la cuota sindical para lisa y llanamente desafiliar, a dedo, a los que estuvieran en mora.

En plena pandemia, la mayoría de los músicos sufrió la falta de trabajo y dificultades para subsistir, todo ello con la complicidad del sindicato, que nada hizo contra la política del gobierno nacional, provinciales y municipales que dejaron sin asistencia a la gran mayoría. ¡Un sindicato que no luchó contra la falta de ingresos de sus afiliados los deja afuera por atraso en el pago!

Músicxs Organizadxs presentó una lista con nombre y número de afiliado de más de 300 integrantes y simpatizantes para que sean incorporados al padrón, entre ellos candidatos que fueron rechazados, reconocidos músicos como “Cabra”, “Pecho” y Pablo Marchetti, de Las Manos de Filippi, Mikel de Kapanga, Bernardo Baraj, José Piazza y Luis Mauregui entre otros.

Pese a la proscripción, y con una gran respuesta del interior y de la regional de Misiones en particular, pudimos presentar una lista encabezada por Javier González y Ana Clara Moltoni. Desarrollamos una intensa campaña de denuncia del fraude, presentando en el Ministerio de Trabajo el pedido de impugnación de las elecciones. Pero la gran virtud de la campaña es que no nos contentamos solo con denunciar; llegamos a miles de músicos con nuestro programa, nuestras propuestas de organización y lucha. Dejamos claro que queremos un sindicato que sea de los músicos, democrático, con funcionamiento asambleario, independiente de empresarios, del Estado y sus gobiernos.

Ha sido posible por la constante participación de Músicxs Organizadxs en defensa de los derechos laborales y artísticos de los músicos, apoyando las luchas de los trabajadores, formando parte de la marea verde que conquistó el aborto legal o del reclamo contra la represión y desapariciones como la de Santiago Maldonado.

Contrastando con la ausencia del Sadem, en plena pandemia, realizamos asambleas; acciones callejeras junto a la Asamblea de Artistas y Trabajadores de la Cultura; festivales como el de tango, por un subsidio de 40.000 mensuales (dos salarios mínimos en el 2020); participamos en festivales contra el cierre de Latam, por la libertad del rapero catalán Pablo Hasel y en el festival en plena toma de Guernica. Junto al clasismo, en la lucha por recuperar sindicatos, y recientemente en la marcha contra el acuerdo con el FMI.

La intervención en estas elecciones es parte de la acción que libra Músicxs Organizadxs para poner de pie una organización clasista que lleve adelante la lucha por los derechos de los músicos.

La Celeste para ganar ha destruido finalmente el sindicato, lo ha vaciado de músicos y hoy solo es una cascara vacía. Se plantea más que nunca la necesidad de constituir una organización que realmente defienda los derechos laborales y artísticos de los músicos.