Sindicales

13/4/2022

En 2021 se desplomó la participación de los salarios en la economía

Se corroboran el ajuste y el avance de la precarización laboral.

Ilustración.

Recientemente se publicó el informe del Indec que mide la participación de los salarios y del empresariado sobre el Valor Agregado Bruto (VAB) del país en 2021. Los números corroboran que la publicitada (y parcial) “reactivación” de la que habla el gobierno se está dando sobre la base de una enorme confiscación a los trabajadores, que vieron decrecer un 4,86% la participación salarial sobre el mismo. A la par, los capitalistas maximizaron en un 3,84% la apropiación del excedente de explotación de la fuerza de trabajo.

De este modo, la remuneración del trabajo asalariado bajó del 48% al 43,1%, mientras que los empresarios pasaron a detentar un 47% de la participación. Ahora bien, luego de la oleada masiva de despidos que tuvo lugar en 2020 bajo la cuarentena estricta, los puestos laborales crecieron un menudo 6,2%. En ello se destaca que el que más creció fue el empleo informal, en un 13,4%. Los puestos de trabajo no registrado crecieron en 550.000, mientras que los registrados en solo 141.000. Si atendemos a que en el lapso creció en 509.000 la cantidad de cuentapropistas y monotributistas, utilizada esta figura legal para encubrir relaciones laborales no declaradas, vemos a las claras como se está consolidando un régimen de enorme precarización laboral.

Este fue sin duda un factor de primer orden. La precarización que alcanza a uno de cada tres asalariados en la actualidad se cuantifica también en estos números. De hecho, las horas totales trabajadas en 2021 se elevaron un 18,5%, muy por encima de los nuevos puestos de trabajo. Se calcula que hablamos de un aumento de las horas por puesto de un 11,5%: crece y crece la superexplotación de la fuerza de trabajo, y por cada vez salarios más bajos. Hay gremios enteros donde ya los informales superan ampliamente a los formales, como la construcción (494.000 sobre 389.000) o el trabajo agrario (659.000 sobre 337.000). Aunque el rubro donde esto más se expresa siguen siendo las trabajadoras de casas particulares, estando registradas 506.000 frente a 1.006.000 que no.

Estas estadísticas son una demostración de cómo avanza de ajuste, y prueban también que las patronales buscan recomponer su tasa de beneficio a costa de la sobrecarga horaria, salarios de miseria y el avasallamiento de derechos laborales: los preceptos de la reforma laboral en danza. Todo esto desmiente que la huelga de inversiones de los capitalistas se explique por los “altos costos laborales”, pretexto con el que bogan por la liquidación de los convenios colectivos y los aportes patronales.

A su vez, se corrobora cuál es el centro de la escena del desmadre inflacionario, que hoy acumuló otro 6,7% y es el padecimiento más sentido del bolsillo obrero y popular en el último tiempo. Tal cual señalamos, la inflación es una transferencia directa de ingresos de los trabajadores a los capitalistas, que aquí se verifica a las claras. Como consecuencia se desmiente entonces que “los reclamos salariales sean inflacionarios”: la participación salarial bajó, pero los aumentos de precios continúan en ascenso y no dan tregua. El problema es exactamente inverso.

Los trabajadores tenemos que ponernos en pie para enfrentar esta ofensiva que, lejos de ser meras cifras, tiene explicaciones y nombres concretos. Es el aumento de 45% a diciembre en cómodas cuotas del salario mínimo, el intento de avanzar con la reforma laboral, el crecimiento del trabajo no registrado, la sobrecarga de la jornada laboral, la inflación como método de confiscación y licuación del poder adquisitivo. Esto recarga la necesidad de delegados paritarios votados por los propios trabajadores y de abrir un curso de deliberación en todos los lugares de trabajo del país para sortear la contención pergeñada por los gobiernos y las burocracias sindicales.

Sindicatos clasistas como el Sutna, donde la combativa Lista Negra viene de arrasar en la última elección, marcan una hoja de ruta para este propósito. Año tras año vienen arrancando paritarias por encima de la inflación con los métodos de la deliberación y la organización en las fábricas, en la vereda contraria a la CGT y las CTAs íntegramente plegadas al plan de ajuste.