La empresa automotriz General Motors, ubicada en la localidad de Alvear de la provincia de Santa Fe, está barajando largar una nueva ronda de suspensiones sobre sus trabajadores. Evalúa suspender a la totalidad de los trabajadores durante diciembre, para luego empalmar con las vacaciones de enero y extender las suspensiones post vacaciones. También tendría en carpeta un plan de retiros voluntarios.

Esto se suma a los retiros voluntarios en Renault, Mercedes Benz, y al ataque al salario de los trabajadores fuera de convenio de Toyota. En el caso de General Motors, la planta de Alvear realiza los modelos Cruze y Tracker, y la empresa ya anunció a través de un comunicado oficial que dejará de producir el primero a fin de año, sin que sea reemplazado por otro (La Nación, 20/6).

En octubre de este año ya hubo varias semanas de suspensiones en toda la planta; la empresa se justificó en la faltante de piezas debido a la crisis por importaciones. En esa oportunidad, los trabajadores perdieron parte de su salario, ya que empiezan a cobrar sobre los básicos. Ahora, la empresa argumenta que no le está yendo bien con los números. Muy similar al “no hay plata” de Milei, que utiliza para justificar la aplicación de un verdadero plan de guerra contra los trabajadores.

Pero la realidad es que la industria automotriz se encuentra en los niveles más altos de producción de la última década. Además, las empresas tienen beneficios impositivos y cuentan con el dólar exportador dado por Massa. Detrás del “no hay plata”, en realidad las automotrices y en general la clase capitalista buscan recomponer su tasa de beneficio a partir de una mayor explotación, flexibilización laboral, despidos y de una caída del salario. Para todo esto cuentan la complicidad de la burocracia sindical del Smata.

Enfrentemos el plan motosierra de Milei sobre el movimiento obrero organizándonos en cada lugar de trabajo con un programa. Vamos por asambleas de fábrica para preparar la lucha y plenarios de delegados con mandato para enfrentar la ofensiva de conjunto. Ni despidos ni suspensiones, reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Apertura de los libros de las empresas que despidan para poner sobre la mesa cuáles son sus verdaderas ganancias.

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