Sindicales

21/5/2022

24 de mayo

La “jornada de lucha” de la CTA Autonóma, un fraude

En vez de un paro nacional tenemos un “menú” de “acciones a la carta”, con el propósito de medrar en la interna del frente oficialista.

No hay campaña, ni plenarios, ni asambleas.

El 24 de mayo tendrá lugar una “jornada nacional de lucha con paro y movilización” resuelta por un congreso de la CTA Autónoma hace algunas semanas. El deterioro sin pausa de las condiciones de vida de millones de trabajadores y trabajadoras pone a la orden del día la necesidad de un paro nacional contra la política fondomonetarista del gobierno. Superficialmente podría pensarse que la resolución de la central dirigida por Ricardo Peidró y Hugo “Cachorro” Godoy avanza en esa dirección, pero en la realidad se asemeja más bien a una farsa.

Siguiendo las peores tradiciones de la dirección Verde, en vez de un paro nacional tenemos un “menú” de “acciones a la carta” para que cada quien elija lo que le plazca -el colmo de la atomización que una central debería superar. Así, ATE Nacional convoca formalmente un paro -presentó nota al Ministerio de Trabajo- pero se encargó de mantenerlo en la completa clandestinidad. No hay campaña, ni plenarios, ni asambleas que lo impulsen; en la portada de la web oficial del sindicato la referencia al 24 de mayo brilla por su ausencia.

En Conadu Histórica, cuyos dirigentes integran el Consejo Directivo de la CTA, la cosa adquirió un ribete aún más grotesco: en medio de su plan de lucha, y siendo uno de los principales sindicatos de la central, rechazaron parar el 24 como proponía el mandato llevado por la representante de AGD y (en función de privilegiar una reunión con el gobierno) mantuvieron las fechas alternativas del 23 y 26.

El paro que no para nada no es consecuencia de una mera debilidad organizativa, que indudablemente la CTA tiene. El problema fundamental es la orientación política: el propósito de la dirección Verde no es movilizar a la clase obrera contra el ajuste del gobierno y el FMI, sino medrar en la interna descompuesta del frente oficialista. Por eso las consignas que orientan la “jornada” son las del cristinismo (“que la deuda la paguen los que la fugaron”, “salario universal”, “salarios por encima de la inflación”, “control de precios”).

Cada consigna es inconsistente en sí misma, porque el hipotético recupero de fondos fugados para pagar la deuda es un objetivo que podría firmar el FMI. En realidad, para atender un desarrollo nacional que satisfaga las necesidades de las mayorías es preciso romper con el imperialismo, empezando por el no pago de la deuda.

El “salario universal” que presentaron los diputados cristinistas establece un piso de subsistencia (canasta básica alimentaria individual , de 13 mil pesos en la actualidad) incompatible con la dignidad humana. ¿Cómo podría ser esa la aspiración de una lucha obrera? La política de “contener” a millones con ingresos miserables es propia del Banco Mundial. Los “salarios por encima de la inflación” son palabras que se lleva el viento, mientras ocurre lo contrario con firma de la burocracia sindical y del gobierno.

Más allá del mérito de cada planteo en particular, lo fundamental es que la CTA se acopla a la política distraccionista del cristinismo, que levanta quejas genéricas contra el ajuste para reacomodarse ante un fracaso ineludible, pero sin dejar sus puestos en el gobierno ajustador.

El contraste es total con la lucha del Sutna, que paralizó las plantas de la gran burguesía local y extranjera, preparando con asambleas la participación activa de miles de trabajadores en defensa del aumento real del salario.

Esta orientación política de la dirección de la CTA disuelve su peso sindical en proporción directa a su integración al gobierno. Es sintomático que la convocatoria a la movilización “central” de la jornada al mediodía en el centro porteño sea firmada en igualdad de condiciones por la CTA, las “Pymes para el desarrollo nacional”, el grupo de Boudou (“Soberanxs”) o el fantasmal Partido Comunista. Como si fuera una agrupación sindical más, la promesa de una central sindical alternativa perece en la integración a un gobierno fracasado y ajustador.

La posición del Partido Obrero es impulsar el paro de la CTA en sus sindicatos de base, pero no participar en la movilización kirchnerista, que no tiene nada que ver con un reclamo sindical o de clase. Preparemos mediante la deliberación por abajo, con asambleas resolutivas, un plan de lucha que unifique a nuestra clase. Sigamos el camino de la Marcha Federal y del Sutna. Por un gran plenario de ocupadxs y desocupadxs.

https://prensaobrera.com/politicas/inflacion-versus-salarios-un-muestreo-de-la-necesidad-de-un-paro-nacional

https://prensaobrera.com/politicas/los-trabajadores-victimas-de-la-bancarrota-del-gobierno