El último Congreso bancario, convocó a elecciones nacionales, que el zanolismo concibe como un mero trámite para su perpetuación.

No tenemos sindicato

Cualquiera se da cuenta que la Asociación Bancaria ha dejado de ser un sindicato. Varios de sus principales dirigentes se han transformado incluso en banqueros, como sucede con Zanola en los privatizados bancos de Chaco y Formosa, o con Castillo en el directorio de la Caja de Ahorro.

Frente a esta nueva convocatoria electoral, el cuadro de la oposición está quizás en el nivel más bajo de los últimos tiempos. Las oposiciones burocráticas, como fue en su momento la lista 8 de Bandini, o la seccional Córdoba liderada por Berrotarán, se han disciplinado al aparato central. Buenos Aires abandonó también, si es que alguna vez la tuvo, cualquier veleidad opositora. La CTA bancaria, fraccionada en múltiples clanes, se ha integrado al oficialismo en varias comisiones gremiales, y algunos de sus miembros pugnan por hacerlo también en la lista nacional de la burocracia. Otros integrantes de esta corriente se recluyen en sus bancos, como el Provincia, y no tienen la menor intención de enfrentar a la burocracia en estas elecciones.

En un momento donde, al calor de las puebladas y los cortes de ruta, el conjunto de los trabajadores avanzan en el rechazo al régimen y a sus cómplices, las corrientes de izquierda y los activistas antiburocráticos deben confrontar en estas elecciones con la burocracia.

La única lucha que se pierde

Los compañeros de la Lista Naranja, aún conscientes de las dificultades, hemos resuelto agotar todos los pasos para concretar una lista antiburocrática. Hacemos un llamado a todos los compañeros de la oposición a impulsar juntos esta pelea: a los compañeros del Mas y de la CGI del Banco Credicoop, con quienes compartimos el Encuentro Bancario; al Mst, a que rompa su alianza con el zanolismo en Banco Nación; a los compañeros independientes; a los ex-integrantes de la lista 94 y a los compañeros del PC.