Sindicales
9/4/2025
La traición de Roberto Fernández de la UTA contra los trabajadores y el paro nacional
El burócrata sindical dijo que el gremio no adhiere. Crece la bronca entre las bases.

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Roberto Fernández UTA.
El secretario general de la UTA (choferes), Roberto Fernández, se valió de todo tipo de maniobras premeditadas para evitar así la adhesión al paro general de este jueves 10 de abril, jugando en los hechos en favor del gobierno ajustador de Javier Milei. Fernández suma una nueva traición contra los trabajadores en su largo prontuario de capitulaciones, con una maniobra que es repudiada por los choferes y un activismo que impulsa una campaña en las bases para la adhesión al paro.
Fernández ha hecho de su conducta diletante y entreguista un oficio, caracterizándose por levantar los paros a última hora, hacer causa común con las patronales del sector en su pelea con el gobierno nacional por los subsidios y acatando las disposiciones gubernamentales, como la conciliación obligatoria.
En esta oportunidad fue aún más lejos, utilizando el conflicto paritario del gremio y la convocatoria a un paro (necesario) el 28 de marzo -que no realizaría- para evadirse “formalmente” de la adhesión al paro general convocado por la CGT.
En tan solo diez días Fernández evitó convocar a dos medidas de acción, cuando los trabajadores de su gremio denuncian una situación salarial exasperante, con ingresos que apenas empatan la canasta básica de pobreza ($1.057.000) y un aumento del 0% en el semestre.
La fundamentación del burócrata al frente de la UTA para no adherir al paro de la CGT es más que precaria, alegando la existencia de una conciliación obligatoria que, todo parecería indicar, fue pactada “tácitamente” con el gobierno nacional. La contrapartida debería ser alguna solución que destrabe el conflicto paritario, de la cual nada se sabe aún y que probablemente volvería a “sorprendernos” con nuevas prerrogativas para las patronales y tarifazos contra los trabajadores.
Cabe agregar que la adhesión al paro de la CGT no es incompatible con la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo ya que se trata de un reclamo general de los trabajadores de un alcance distinto al de las negociaciones paritarias de la UTA.
La conducta de Roberto Fernández raya lo criminal y supera todas las expectativas entreguistas de las burocracias: es un traidor entre los traidores de la CGT, que ataca la medida aislada y para descomprimir de una dirección sindical burocrática comprometida con el ajuste de Milei y su pauta salarial de hambre.
Pero, como toda traición, ésta tampoco quedará impune. La maniobra de Fernández es vista con descontento por los choferes que ven con claridad la negativa del burócrata a desenvolver los reclamos de los trabajadores y a tomar medidas de fuerza en consecuencia, dejando, además, al gremio aislado del conjunto de los trabajadores.
Esto está motivando una intensa campaña el activismo en las líneas y principales cabeceras y concentraciones de colectivos para la adhesión del gremio al paro, en rechazo a la maniobra de Fernández y el gobierno y por las reivindicaciones de los choferes, entre ellas un básico conformado de bolsillo de $1.800.000.
La traición de Fernández debe ser superada con la organización independiente de los trabajadores, en un gremio donde la oposición de Miguel Ángel Bustinduy expresa una línea abiertamente patronal de la mano de la empresa Dota.
Los choferes ya han dado muestras de lucha en el pasado, con cortes y acciones simultáneas de diversos puntos y agrupaciones y activistas independientes que se abren paso contra las prácticas entreguista de la burocracia sindical. La lucha por la convocatoria al paro y la campana en esta dirección es un punto de reagrupamiento para que los choferes avancen en esta dirección.

