Sindicales

4/8/2020

Las patronales aeronáuticas y el gobierno en una brutal ofensiva contra los trabajadores

Abierta complicidad de las burocracias de los sindicatos. Se necesita una nueva dirección. Observatorio de los Trabajadores – Informe del sector aerocomercial

La industria aeronáutica ha sido una de las más afectadas por la pandemia a nivel mundial. Las restricciones de circulación impuestas entre países y al interior de los mismos han redundado en una brusca caída de la actividad en el sector.

En la Argentina se paralizaron la totalidad de los vuelos comerciales, con excepción de los de repatriación y los de carga.

Ante esta situación, la política de las patronales y el gobierno ha sido lanzar una ofensiva para descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores mediante despidos, suspensiones, recortes salariales y con una grave desprotección sanitaria frente a los contagios por Covid-19.

La política general de los sindicatos de la rama (APA, Apta, Apla, Upsa, AAA, Atepsa) fue ir dejando pasar los ataques sin dar respuestas y mostrando alguna resistencia a los planes de ajuste solo cuando vieron que se podían ver desbordados por las bases del gremio.

La demostración más cabal de esta política es que los sindicatos no han promovido ninguna deliberación entre los trabajadores. No han convocado asambleas virtuales o presenciales ni plenarios de delegados en ninguno de esos sindicatos.

Esta política llevó a que las patronales avancen. En el caso de Latam, se impuso el pago del 50% de los salarios y la empresa viene avanzando en los planes de cierre de la actividad y de los vuelos en la Argentina, lo que afectaría a 1.700 empleados, sin que exista ninguna garantía de continuidad laboral para sus trabajadores.

En Aerolíneas Argentinas, la mayoría de sus trabajadores ha dejado de cobrar adicionales, hay miles de suspensiones y el gobierno avanza en sus planes de desguace de la empresa y de flexibilización laboral.

En FlyBondi se ha avanzado en una rebaja salarial del 35%. En Avianca la mayoría del personal no cobra ni el ATP.

A los trabajadores de la EANA.SE (controladores aéreos) se les redujo fuertemente el salario por el no pago del refrigerio, ya que se redujeron la cantidad de días en que deben ir a trabajar. A los trabajadores de maestranza se les redujo un 35% el salario.

A los contratados de Gate Gourmet, empresa que produce la comida para el consumo a bordo, no se les está pagando el salario. La mayoría de los sectores están cobrando el aguinaldo en cuotas.

Pero, a pesar de la política de contención de las burocracias sindicales, la respuesta de la base del gremio a esta ofensiva no se hizo esperar. Los técnicos de Latam realizaron una permanencia pacífica de 16 días en los hangares de Aeroparque evitando que la empresa se lleve los aviones al exterior.

Esta permanencia fue acompañada por una autoconvocatoria de tripulantes de cabina y personal de tierra que realizaron concentraciones todos los días frente a Aeroparque, a pesar de que las conducciones de sus sindicatos miraron para otro lado. Al día de hoy, sin la permanencia adentro, sigue habiendo concentraciones a diario en la puerta de Aeroparque.

Otro importante proceso de resistencia es el de los trabajadores de Austral que han realizado dos caravanas convocadas por el combativo cuerpo de delegados de Apta (técnicos) en rechazo a los planes de flexibilización laboral de la dirección de la empresa y el gobierno.

Empleados por empresa. Elaboración propia
Empleados por empresa. Elaboración propia

 

A continuación presentamos un resumido repaso de la situación en los sectores:

Latam

La patronal aplicó miles de despidos y rebajas salariales del 50% en todo el continente y se acogió al artículo 11 de la ley de quiebras de EE.UU. en todas sus filiales, con excepción de Argentina y Brasil.

En el caso se Argentina, la empresa cuenta con aproximadamente 3000 trabajadores, entre efectivos (1700) y precarizados. Frente a imposibilidad legal de despedir y a la negativa de los sindicatos de firmar una rebaja salarial del 50%, la patronal depositó unilateralmente la mitad de los salarios en los meses de abril, mayo y junio, incumpliendo todas las leyes laborales.

La pasividad de las conducciones sindicales, que no convocaron a ninguna medida de fuerza frente a este terrible recorte, hizo que la empresa continúe con su ofensiva.

A fines de junio, la patronal anunció que abandonaba el mercado de vuelos de cabotaje en Argentina y que presentaba el Recurso Preventivo de Crisis, un artilugio legal para poder despedir pagando el 50% de las indemnizaciones.

Los sindicatos nuevamente rechazaron en lo formal el procedimiento, pero dejaron avanzar la ofensiva patronal. Esto produjo que, sin tener un horizonte claro de resistencia, una parte significativa de los trabajadores vaya aceptando el retiro voluntario, lo que le permite a la empresa ir logrando uno de sus objetivos que es achicar el personal.

La base del gremio comenzó a mostrar sus reservas de lucha cuando se presentó el preventivo de crisis y se realizó una asamblea virtual de 150 compañeros que votó una movilización al Ministerio de Trabajo. Pero las cúpulas sindicales, mostrando su costado más carnero, reconvocaron a una asamblea y con el apriete a los compañeros, lograron que se levante la movilización.

Este movimiento de lucha ya no pudo ser contenido cuando la patronal, mediante una empresa tercerizada, buscó despreservar los aviones de patente argentina para llevárselos a Chile y culminar así el proceso de vaciamiento. En este caso, los trabajadores técnicos, con el aval del sindicato Ustara, lograron impedir que se despreserven los aviones y que pudieran ser trasladados.

Para garantizar que el movimiento de los aviones no ocurra otro día, se montó una permanencia pacífica en el hangar de Latam de Aeroparque, acompañado a diario por una autoconvocatoria de tripulantes de cabina y personal de tierra de la empresa que reúne a cientos de compañeros.

La convocatoria el 22 de julio a una caravana junto al cuerpo de delegados de GPS-Aeroparque, trabajadores de Austral y Aerolíneas Argentinas, sumado al apoyo popular y a los videos de personalidades de la cultura en apoyo a la lucha, obligó a que el gobierno finalmente rechace el recurso preventivo de crisis, aunque todavía no ha sacado ninguna disposición de la Anac (Asociación Nacional de la Aviación Civil) que impida que la patronal se lleve los aviones.

El 30 de julio se levantó la permanencia pacífica al interior del Aeroparque y se realizó un acto sobre la avenida Costanera con una posterior caravana al Obelisco.

A diario los trabajadores se siguen reuniendo frente a Aeroparque desde las 12 del mediodía reclamando por sus puestos de trabajo

En este contexto, fue presentado en el Congreso Nacional por Romina Del Plá, del PO-FIT, un proyecto de resolución que intima al gobierno nacional a tomar medidas que eviten el vaciamiento patronal y que garanticen los puestos de trabajo. El proyecto ya tiene más de 5.700 firmas.

Aerolíneas Argentinas – Austral

Con el comienzo de la pandemia se vio una total desprotección en materia sanitaria por parte de la empresa que no les garantizó a los trabajadores los elementos básicos como barbijos, guantes y alcohol en gel. Esto fue especialmente grave entre las tripulaciones de cabina que estaban en contacto con pasajeros que volvían de países que eran el epicentro de la pandemia como Italia, España o Estado Unidos.

La lógica consecuencia de esta política fue el contagio de Covid-19 entre trabajadoras del sector y sus familias.

Con el parate de los vuelos, los trabajadores comenzaron a sufrir pérdidas salariales vinculadas al no cobro de los adicionales que son una parte sustancial del salario. Esta es una política de desguace del salario que dejaron pasar las burocracias sindicales en los últimos 30 años, atando el salario a la realización de ciertas tareas, en lugar de que vaya todo al básico.

A esto se agrega que antes de la pandemia los trabajadores de la empresa venían con una fuerte pérdida salarial, ya que no se había cerrado siquiera la paritaria 2018, y ni hablar de la 2019, lo que representó una pérdida salarial de aproximadamente un 40 por ciento.

Con la excusa de la pandemia, el gobierno lanzó la llamada “fusión de Aerolíneas Argentinas – Austral”, un nombre rimbombante detrás del cual se esconde el desguace de la empresa en un sector comercial, uno de cargas y otro de mantenimiento y una ofensiva sobre los convenios colectivos. Todas la burocracias sindicales han apoyado este proyecto flexibilizador y están discutiendo con la presidencia de la empresa las modificaciones en los convenios colectivos.

La principal resistencia a este plan de ajuste vino por parte de los técnicos de Austral, que mediante su combativo cuerpo de delegados convocaron a dos caravanas masivas que incluyeren cortes frente al Aeroparque en la avenida Costanera.

A mediados de junio la empresa buscó profundizar los planes de ajuste y convocó a los sindicatos a discutir suspensiones para su personal con al 75% del básico. Frente al fuerte descontento expresado por la base, el gobierno y las conducciones de los sindicatos tuvieron que retroceder parcialmente y aplicaron miles de suspensiones pero con el pago del 100% del básico.

GPS

Al inicio de la pandemia los trabajadores tercerizados de seguridad de Aerolíneas estuvieron completamente desprotegidos frente a los contagios de Covid-19. La patronal casi no proveía barbijos, ni alcohol en gel, ni guantes, ni ningún elemento de cuidado sanitario.

Pero no solo eso, sino que a dos trabajadores que reclamaban esos elementos básicos en el Aeropuerto de Ezeiza los despidió, en un claro caso de persecución política y gremial.

Frente a la campaña de denuncia encabezada por el combativo cuerpo de delegados de GPS-Aeroparque, la patronal se vio obligada a reincorporar a los compañeros.

Los trabajadores de GPS vienen haciendo asambleas de trabajadores de Ezeiza y Aeroparque y vienen participando de las medidas de lucha convocadas por los trabajadores aeronáuticos.

Gate Gourmet

Desde el comienzo de la cuarentena la empresa multinacional de catering aéreo viene desarrollando un ataque en regla sobre los salarios y los puestos de trabajo del personal de la alimentación. Valiéndose del contexto dado por la pandemia, a instancias del Ministerio de Trabajo y con el aval del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (Stia) comenzaron a abonar el 75% de los salarios de los 600 efectivos y dejar afuera a 190 trabajadores que ellos registran como temporarios, pero que la mayoría trabaja en la empresa desde hace más de dos años.

La resistencia obrera no demoró en llegar y los contratados mediante la organización y denuncias públicas lograron cobrar parte del ATP en abril y mayo, aunque la patronal volvió a discontinuar su pago en junio.

Como la empresa no les da de baja, los trabajadores tampoco pueden acceder al cobro de la IFE, estando en estos momentos en una situación desesperante.

La patronal y el sindicato le meten miedo a los compañeros, planteando que el que “hace quilombo” no va a volver a ser contratado cuando se reanude la actividad. A pesar de ello los compañeros se siguen organizando y exigiendo el cobro íntegro de sus haberes.

EANA.SE

La conducción del sindicato de los controladores Atepsa firmó con el gobierno en febrero un acuerdo salarial que establecía en lugar de un aumento al básico que compense la inflación, un aumento en el refrigerio por los días efectivamente trabajados. Este acuerdo fue repudiado en asambleas de trabajadores y fue rechazado por la mayoría de los trabajadores del gremio.

Con el comienzo de la cuarentena se redujeron la cantidad de días trabajados por mes para evitar contagios, lo que redundó en una fuerte rebaja salarial por no cobrarse las cifras por refrigerio. Las paritarias que vencían a fines de marzo nunca fueron convocadas. El aguinaldo pasó a pagarse en cuotas. Frente a esta situación, la conducción del sindicato no hizo nada, ni siquiera convocar a asambleas o plenarios de delegados.

A pesar de la pasividad que buscó instalar la conducción de Atepsa, en distintos puntos del país los delegados organizaron asambleas virtuales y se realizaron autoconvocatorias con una parte sustantiva de los delegados. Entre las resoluciones de estas reuniones está la exigencia a la conducción del sindicato que atienda todas las reivindicaciones de los trabajadores y que convoque a plenarios de delegados y asambleas para frenar los ataques que vienen sufriendo los trabajadores.

En la última semana aparecieron casos de Covid-19 entre los trabajadores de Ezeiza, que la empresa intentó ocultar. Los trabajadores denuncian que no se tomaron durante todo este tiempo las medidas necesarias para aislar correctamente cada espacio de trabajo y que frente a la aparición de los casos no se hizo una desinfección en regla del edificio.