Mientras el 1° de mayo pasado se conmemoraba el Día Internacional del Trabajador, la patronal de Jocri S.A. –una fábrica de monturas para caballos ubicada en el barrio porteño de Villa Ortúzar con más de 50 empleados– envió un mensaje de texto a uno de los delegados gremiales informando que a partir del día siguiente la empresa no abriría más sus puertas.

 

Sin haber recibido ninguna notificación por escrito, los trabajadores se hicieron presentes el día 2 para resguardar sus puestos de trabajo, encontrando las puertas cerradas, soldadas y con doble seguro. Frente a ese panorama, los operarios ingresaron y comenzaron la ocupación de la planta que se mantiene hasta el presente, manteniéndose vigilantes para evitar que la patronal se lleve las máquinas.

 

La semana anterior al cierre, Silvia de Antoni –la esposa del dueño, Sergio Canave– se había presentado en la fábrica para asegurar la continuidad del funcionamiento de la misma; llorando, les dijo en aquella ocasión a los empleados que a pesar de las pérdidas que tenían iban a continuar trabajando.

 

Los trabajadores denuncian que el cierre de la fábrica responde al propósito de Canave y sus socios alemanes de trasladar la producción a Paraguay. La patronal adeuda a los trabajadores vacaciones y aportes patronales.

 

El 3 de mayo, los trabajadores pidieron una audiencia en el Ministerio de trabajo para que se presentaran los dueños de Jocri S.A., pero su abogado declaró que se había presentado la quiebra. Sus trabajadores denuncian el vaciamiento y exigen solución inmediata al Ministerio de Trabajo.

 

El Partido Obrero de Villa Ortúzar apoya la ocupación de los trabajadores de Jocri y ha comenzado una campaña de solidaridad entre los vecinos y trabajadores del barrio.