La lista Azul, actual conducción de la Junta Interna, está llevando adelante una gran campaña frente a las elecciones que se realizarán el próximo 29 de junio, en un contexto de oficinas cerradas y con más de un 60% de trabajo virtual. Estas elecciones, convocadas casi en la clandestinidad por parte de ATE provincia, diseñadas a medida de la lista Verde, Celeste y Blanca, una unión de los dos verdes para desplazar el clasismo que hace más de veinte años dirige la junta interna, reconocida por sus luchas.

Nuestra lista Azul 20 de Diciembre, que nació al calor del Argentinazo, nuclea a todo el activismo de lucha, somos el polo opuesto a la burocracia sindical, nuestros métodos de asamblea y movilización son reconocidos por las y los trabajadores a quienes convocamos a defender esta construcción, para que no gane el ajuste, que quiere hacer pasar la Verde y la Verde y Blanca, teniendo una junta interna al servicio del gobierno provincial y los funcionarios de Sileoni, director general de Cultura y Educación.

Nuestro programa se basa en la defensa de los trabajadores, gobierne quien gobierne, el pase a planta de todos los precarizados con módulos docentes, recuperar el régimen de 30 horas con el salario de 40 horas, la bonificación del 125% para todos los regímenes y abrir el debate sobre la bimodalidad que se está llevando adelante en nuestros lugares de trabajo, impuesta de hecho, pero que no quieren discutir las autoridades.

La lucha por el salario también es un eje fundamental. Nuestro sindicato a nivel provincial se ha convertido en el garante del ajuste de Kicillof, aumento de las horas de trabajo con salarios de pobreza, interminables cuotas para correr detrás de la inflación, ha dejado a los estatales en la línea de la pobreza. Reclamamos la urgente reapertura de paritarias, paritarios electos en asambleas, basta de porcentajes mentirosos sobre básicos paupérrimos, salario igual a la canasta familiar.

La otra lista, la “unidad” de la burocracia de ATE provincia (De Isasi) con la de ATE, Verde y Blanca (Catalano) no es para enfrentar el ajuste, llevan adelante una campaña lavada, sin debates de fondo, pero sí con todos los recursos y en connivencia con la actual gestión de la DGCYE, prometiendo cargos y trámites. No han estado para defender a las y los trabajadores frente al aumento de las horas de trabajo, se negaron a luchar para reincorporar a los despedidos, su candidato a secretario general fue repudiado y expulsado de asambleas, son la voz del ajuste.

Nos queda una semana por delante para seguir desarrollando nuestra campaña a pulmón, pero llena de entusiasmo.

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