La “negociación” paritaria que lleva adelante, sin mandato de los trabajadores, el “renovador” Furlán, actual secretario general de la UOM, volvió a fracasar tras un rechazo rotundo de las patronales a un aumento que complete un 65% anual, bien por debajo de la inflación.

Tanto el pedido de la UOM de adelantamiento al mes de Julio de la última cuota de incremento -12% en Octubre-, como la suma adicional de un 20% a cobrar también en Octubre con una cláusula de revisión en Febrero 2023, fueron rechazadas de plano por las patronales metalúrgicas. Las empresas contraofertaron un aumento del 15% en 3 cuotas a cobrar en Enero, Febrero y Marzo ¡Del 2023! Similar al último tramo de paritaria 2021. Por ahora rige el 45% anual firmado por Caló, lo que le costó su caída.

Los empresarios “lloran” pero…

Las cámaras empresarias ofrecen migajas escudándose en que la situación económica y productiva del país es inestable y no habría margen de ganancias suficientes en el sector. Lo cierto es que todas las estadísticas dan cuenta de un aumento en los niveles de producción similares al período pre-pandemia.

Con una inflación anual que arrima al 80%, y se puede disparar, el 65% que reclama la UOM ya se quedó corto para un gremio industrial que arrastra salarios de hambre, sin dejar de mencionar que el aumento en cuotas es carcomido por la propia inflación mes a mes. El sueldo promedio de la industria es de $80.000, por debajo de la línea de pobreza que calcula el INDEC (en $100 mil y subiendo). La UOM no tomó ninguna medida de fuerza en estos meses de “negociación”. Por el contrario, en Río Grande los metalúrgicos obtuvieron un 65% en mayo, luego de paros y movilizaciones.

¡Paritarias en una cuota! ¡Básico igual a la canasta familiar!

Furlán anunció un “encuentro” de los 54 secretarios generales de las seccionales para analizar la situación y las medidas a tomar, pero ninguno tiene mandato, dirigen la UOM como lo hizo su líder Caló, lo que no sorprende ya que ellos eran parte de la misma conducción.

La “línea” de la UOM, ya sea con Caló o con Furlán, es pedir el rescate a un Ministerio de Trabajo que favorece la ofensiva salarial de todas las patronales. La burocracia metalúrgica pide conciliación antes de ir a cualquier medida de fuerza. ¿Y qué podemos esperar? Si estas direcciones descompuestas, acompañan “críticamente”  al gobierno que aplica el ajuste del FMI contra los trabajadores de todo el país y en favor de esas patronales.

Los trabajadores debemos irrumpir en esta etapa con un planteo propio, siguiendo el ejemplo de los trabajadores del SUTNA (neumático) que llevan más de una decena de paros y movilizaciones masivas por aumento salarial por encima de la inflación, o como las grandes luchas docentes que reclaman salarios acorde a la canasta familiar.

Son urgentes las asambleas en los lugares de trabajo, con paritarios electos, un congreso de delegados con mandato de asamblea para impulsar un paro y un plan de lucha por el salario metalúrgico. Por un salario igual a la canasta familiar. Cláusula gatillo acorde a la inflación. Por la recategorización y el pase a planta permanente de todos los tercerizados. Que las centrales y sindicatos rompan con el gobierno; necesitamos un paro nacional y un plan de lucha. Que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores.