La implementación de la reforma “Buenos Aires Aprende” en CABA está dejando sin trabajo a decenas de docentes en cada escuela pionera. Disfrazada de una supuesta modernización, esta reforma impone cambios curriculares y criterios de creación y eliminación de cargos y horas que excluyen y precarizan a quienes día a día sostienen la educación secundaria.

Sin embargo, gracias a la lucha desplegada en diferentes escuelas pioneras (también llamadas piloto) se logró que el Ministerio retirara a algunas escuelas de la lista de afectadas y limitara el alcance de los recortes en otras.

Aun así, en estas escuelas se produjeron decenas de despidos, lo que demostró que la reforma sigue avanzando a expensas de los derechos laborales y la estabilidad de los docentes, con independencia de la situación de revista de las y los afectados por la reforma.

Un caso emblemático es el de la Escuela “Larroque”, donde, como resultado de la resistencia y la organización de los docentes, el Ministerio se vio obligado a dividir algunos de los cargos ofrecidos, reduciendo la cantidad de afectados en ciertas áreas.

Este paso, aunque beneficioso en apariencia, es una contradicción que refleja la falta de planificación y el carácter improvisado de una reforma cuyo único fin parece ser el ajuste encubierto de las escuelas.

Con este cuadro, la implementación de la reforma está significando el despido de entre un tercio y la mitad del plantel docente de las escuelas afectadas.

En general, lo que se observa, es la concentración de horas de distintos docentes para luego ser otorgadas, utilizando los parámetros establecidos por el Ministerio, por fuera de los mecanismos del Estatuto Docente.

Incluso se observa que en varias escuelas se repartieron horas por fuera de los mecanismos establecidos en las resoluciones emitidas para llevar adelante la aplicación de la Reforma Buenos Aires Aprende.

El nivel de arbitrariedad es total, se nota un especial encono de parte del Ministerio hacia docentes del área de Sociales, donde la concentración horaria ha sido mayor, generando mayor cantidad de docentes afectados.

Cabe destacar el papel de la dirección de los sindicatos en esta lucha. Mientras Ademys se ha destacado por organizar y acompañar a los docentes de las escuelas medias en su rechazo activo a la reforma, la UDA promueve la reforma sin reservas; mientras que la dirección celeste de UTE, sin apoyar explícitamente la reforma, ha evitado rechazarla claramente, optando por pedir consenso con el Ministerio. Esta posición de “diálogo” termina funcionando como un canal para la implementación de la reforma.

Llamamos a rechazar la implementación del “Buenos Aires Aprende”, con el objetivo de impedir que destruya la estabilidad laboral y la calidad de la educación pública.

Esta lucha no solo trata de la lucha por los derechos de las y los docentes; se trata también del derecho de nuestros estudiantes a una educación laica y de calidad, sustentada en la experiencia y el compromiso de docentes que defendemos la educación en las aulas y en las calles.

¡Abajo la reforma! ¡Ningún despido en educación! ¡Defendamos la escuela pública!

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