El paro general en Río Negro fue contundente. Pararon el transporte público (UTA), el transporte de mercaderías (Camioneros), el sindicato petrolero, que días antes había votado un paro de 48 horas contra la reincorporación del impuesto al salario, la docencia (Unter), Estatales (ATE y Soyem) y salud (ASSPUR). En el caso de rurales (Uatre), Empacadorxs (Soefrnyn) y Cámaras de Frío (Sthimpra), sindicatos que intervienen en la principal actividad industrial de la provincia, la frutícola, se paró luego del mediodía. Lo mismo ocurrió en Comercio.

Pasado el mediodía se puede decir que la provincia se había paralizado completamente. Y, a pesar de que la burocracia llamó a “vaciar las calles”, hubo movilizaciones que acompañaron el paro en varias ciudades de la provincia. Fue lo que supo señalar Norma Dardik, dirigente del Partido Obrero, del Plenario de Trabajadores Jubilados y secretaria en ASSPUR en Villa Regina, frente a dirigentes de muchos sindicatos que aparecieron en dichas convocatorias en soledad.

Las movilizaciones

Muchos de esos sectores burocráticos militaron la no participación de trabajadorxs en las marchas que organizaba la izquierda, junto con muchos sectores obreros, ambientales y sociales en lucha. Hay que mencionar que las marchas, de todos modos, fueron notorias, siendo notas centrales de diarios como “Río Negro”, y terminaron por sumar mucho sindicatos, secccionales combativas y trabajadrxs que definían salir por afuera de sus organismos tradicionales.

En Fiske Menuco (General Roca) la marcha estuvo marcada por la relevante participación de la izquierda junto a sindicatos universitarios como Adunc, de la Cultura, movimientos sociales y sectores independientes.

En Villa Regina, la presencia de trabajadrxs de la salud, de la Senaf en lucha, un nutrido grupo de jubiladxs, docentes, estatales, estudiantes, el Partido Obrero y el Polo Obrero permitieron una gran marcha por las calles céntricas de la ciudad.

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En Cipolletti, la convocatoria terminó con un micrófono abierto en la plaza central, con la participación del Partido Obrero, mientras que en Bariloche el PO realizó también una agitación. Es decir, quedó claro que el paro se hizo activo, con la izquierda, como fuerza política, y sectores obrerxs y sociales, ambientales y de la Cultura que quieren un plan de lucha.

La Ley Bases y el paro general

Ha quedado claro que la Ley Ómnibus, que obtuvo la media sanción en la Cámara Baja del Congreso requiere ser enfrentada con un paro general activo el día de su tratamiento en el Senado. El gobierno nacional está negociando no solo con los gobernadores como Alberto Weretilneck, que ya dijo que acompañará, sino con las propias centrales obreras, como con las autoridades universitarias que se sentaron a negociar.

La clase trabajadora y los sectores populares no están siendo parte de las discusiones respecto del modelo de país que se desarrolla. También, se puede a estas alturas asegurar que sólo están siendo la variable de ajuste de un ataque tan profundo que pone en jaque conquistas obreras y derechos conquistados con décadas de organización y lucha. En contrapartida, se dan beneficios a la “casta” empresarial, nacional e internacional.

Por último, el último paro general mostró que hay sectores que quieren batallar a fondo para derrotar en las calles la Ley Ómnibus y el DNU, y toda la política antiobrera y represiva del gobierno de Milei. Otros, en cambio, no solo ponen sus esperanzas en el Congreso y la justicia, sino que hasta cogobiernan con La Libertad Avanza.

Organicemos una gran movilización de cara al tratamiento de la Ley Ómnibus. Las centrales obreras deben convocar a un paro general ese día. Abajo el plan antiobrero y antipopular de Milei y los gobernadores.