Hoy a las 15 horas se llevará a cabo una nueva reunión paritaria de cosecha entre la CAFI (Cámara Argentina de Frutícultores Integrados) y las direcciones de los sindicatos de Uatre, Soefrnyn y Stihmpra. Por un lado, la patronal se niega a reconocer todo tipo de aumento salarial y el plus por zona desfavorable. Por el otro, ni siquiera hay información respecto del porcentaje de incremento salarial que se estaría peleando a la patronal, cuando ya se supo que la inflación 2020 fue mayor al 35%.

Si sumamos que los salarios son de pobreza, particularmente en los y las trabajadoras rurales y del empaque, y que la temporalidad es un denominador común en todo el sector, además de que están a más $30.000 por debajo de la canasta básica familiar, las condiciones para un paro general están más que maduras, un planteo que rurales y empacadores vienen levantando hace meses. De todas formas la burocracia de la fruta sigue sin realizar asambleas o plenarios regionales para debatir de manera conjunta la situación, y mucho menos plantea un plan de lucha con continuidad.

De todos modos, la presión que se hace sentir de una parte de las bases en las calles y los medios de comunicación en reclamo de la zona desfavorable, y otros reclamos ha hecho que la propia burocracia haya tenido que venir amagando luego de décadas de parálisis con tomar medidas de fuerza. Ahora que se suma el no cierre de las paritarias, cuando la inflación no cesa y cuando los salarios ya recibieron paritarias de pobreza, incluso sumas en negro, confluye un momento que no puede dejarse pasar por alto para los trabajadores, y las burocracias toman nota de eso.

En el último año se ha dado un proceso de organización que demuestra que un sector combativo e independiente se encuentra construyendo una alternativa a las actuales conducciones sindicales, compartiendo un verdadero programa obrero, democrático y de lucha. Este sector ha defendido sistemáticamente las asambleas, cuando la burocracia no ha convocado a ni una sola. De conjunto la burocracia de la fruta esta con “la paz social”, es decir, con la política del gobierno de que la crisis la paguen los y las trabajadoras, y sin hacer protestas y reclamar derechos. Más bien, para la burocracia, ahora hay que entregarlos en pos de apoyar la producción. La burocracia acompaña también en los hechos los avances de la criminalización contra los y las trabajadoras que se encuentran en plan de lucha en Villa Regina.

Este lunes las definiciones pueden arrojar varios escenarios. Para los y las trabajadoras organizadas rurales y del empaque el único escenario posible es un salario igual al costo de la canasta básica familiar, trabajo genuino y el 40% de plus salarial por zona desfavorable en sus recibos inmediatamente. Todo el apoyo.

Fuera la burocracia. Por un paro general de todo el sector obrero frutícola, por salarios iguales a la canasta básica familiar, la zona desfavorable y todos los derechos.