Sindicales
27/7/2024
Estatales
SEP de Córdoba firma otro acuerdo paritario a favor del gobierno y contra los trabajadores
Contra este acuerdo a lo Pihen, discutamos cómo luchar por una verdadera recomposición salarial en todas las reparticiones.
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Imagen extraída de Eldoce Tv.
La conducción del Sindicato de Empleados Públicos de Córdoba sigue el mismo derrotero de subordinación al gobierno provincial que caracterizara al anterior secretario general José Pihen. Sus discípulos acaban de mostrar nuevamente que están cortados con la misma tijera, al suscribir una paritaria canalla por la que los salarios continúan siendo de pobreza, a sabiendo el rol que juega este acuerdo en el panorama general de los trabajadores del Estado cordobés.
Pihen fue durante años al mismo tiempo legislador oficialista y dirigente sindical de un gremio que por ser estatal debía discutir con ese mismo oficialismo. Terminó siendo repudiado por la opinión pública cuando aún se encontraba en funciones, por aprovechar para jubilarse “justo” antes de la reforma jubilatoria impuesta por Juan Schiaretti que perjudicó gravemente a los trabajadores estatales.
Ni aumento ni recomposición
En el acuerdo firmado el SEP se disciplina a la política del Ejecutivo de fijar los “aumentos salariales” incluyendo solo los índices de inflación que se registren hacia adelante. El SEP “deja en el olvido” el desconocimiento por parte del gobernador Martín Llaryora de los incrementos salariales por inflación firmados a fines del 2023 (omitiendo el 25% de diciembre y los efectos de la devaluación) y la aplicación posterior de solo el 50% de los índices inflacionarios para la determinación de los salarios en los meses ya transcurridos de 2024, lo que ha dejado a los mismos con una pérdida de un tercio de su poder adquisitivo. Lejos de un aumento, lo firmado por el SEP es una continuidad de la rebaja salarial.
Se presenta un acuerdo que habla de “aumentos promedio” de entre 7,2 y 9,1 % según se trate del escalafón de salud o el general, cuando en realidad lo que se suma a los sueldos como remunerativo es solo un porcentaje que gira alrededor del índice inflacionario del 3,7%, mientras que el 50/60% restante lo constituye un bono extraordinario no remunerativo de $45 mil para el escalafón general y el incremento de puntos para el ítem RRHH críticos en salud. Sin embargo, ni el bono no remunerativo ni el incremento de puntos para RRHH pueden emparchar el carácter empobrecedor del acuerdo.
La inconsistencia del acuerdo para hacer frente a la necesidad de un verdadero aumento debe haber incentivado la imaginación de los negociadores para hacerlo más digerible. Que los negociadores rasparon la olla, pero manteniendo siempre el rumbo general de “no hay plata”, lo demuestran los acuerdos miserables de empezar a pasar a remunerativo el refrigerio en tres cuotas de $15 mil a partir de agosto para llegar a los $45 mil del total del ítem recién en octubre, o el hecho de mantener el congelamiento hasta fin de año del incremento en los aportes a la obra social (Apross) solo de los titulares, ya que a los familiares el congelamiento solo les durará dos meses.
A su vez la incorporación de una compensación para los gastos de transporte aplicará solo para el 50% del pasaje en interurbanos y solo para cubrir un segundo colectivo únicamente si este se usara como trasbordo en el transporte urbano. En el caso de la ropa de trabajo solo se menciona que se iniciará su provisión por tandas al personal de salud sin que se especifique una fecha límite para terminar la entrega.
Un acuerdo al servicio del ajuste del gobierno
La conducción del SEP afirma muy suelta de cuerpo que “no se olvida de los jubilados” y dice trabajar esforzadamente para “terminar con la demora de 60 días (diferimiento) en el cobro de los aumentos” que reciben los activos y en la “protección del poder adquisitivo de las jubilaciones” a pesar de lo cual acepta que el mínimo siga siendo vergonzoso ya que pasa de 110 a solo 150 mil pesos, una verdadera miseria frente a la cual no organiza ninguna acción de lucha.
Tampoco adopta ninguna acción para eliminar la precarización del personal del Paicor que lleva años, limitándose solo a decir que sigue vigente el compromiso de la secretaria general de la gobernación de ir cubriendo” altas por bajas” y que se respetará la antigüedad lo cual no implica ningún cambio y sigue perpetuando en el tiempo la postergación de quienes atienden el servicio alimentario escolar.
Eso sí, la burocracia sindical no se olvida de inscribir en las actas del acuerdo el punto por el cual el SEP se reserva, en acuerdo con la provincia, el dictado de los cursos de conducción obligatorios para acceder a la carrera administrativa. Se trata de un intento de mantener el poder y el control sobre los trabajadores contando para ello con la llave para habilitar el acceso a eventuales ascensos, tratando así de hacer frente al desprestigio y al repudio creciente en la base del gremio que ya generó una movida de organización independiente a partir de las auto convocatorias en salud de años anteriores.
La firma apresurada de este acuerdo en medio del conflicto de los docentes provinciales no es casual, está en sintonía con la necesidad política del gobierno de ir firmando convenios por separado para dividir el frente estatal y evitar la generalización del reclamo de una verdadera recomposición salarial. Recomposición que debe partir de que ningún trabajador esté por debajo de la línea de pobreza tal como plantea la lucha docente encabezada por UEPC Capital y distintas delegaciones del interior provincial. La actitud de la burocracia del SEP está nuevamente a contramano de las necesidades de los empleados públicos y de todos los estatales de Córdoba de recuperar el poder adquisitivo de los salarios y adecuadas condiciones laborales.
La conducción del SEP revela ser consciente de la perfidia de su accionar, al plantear en las actas que “exigirá igual tratamiento en caso de que se otorguen incrementos adicionales a otros sectores” es decir que luego de no luchar e incluso de sabotear la posibilidad de una lucha en común de todos los estatales como reclamaron los docentes, la burocracia de Sergio Castro pretende colgarse de los beneficios que los demás puedan obtener, como anteriormente ya lo hicieran, parasitando las luchas que el SEP no da por su alineamiento con el gobierno patrón..
Para salir del pozo, es necesario discutir en todas las reparticiones un pliego de reclamos que unifique la lucha por una verdadera recomposición salarial, por la mejora de las condiciones de trabajo y la defensa de las jubilaciones actuales y futuras.
Preparemos un plan de lucha común de todos los trabajadores estatales cordobeses y el paro provincial, en la perspectiva de la huelga general, para derrotar los planes de ajuste y pobreza de la motosierra de Llaryora y Milei.