Mientras sesionaba la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares (Cntcp), integrada por funcionarios del gobierno nacional, representantes patronales y sindicatos burocráticos, en las puertas del Ministerio de Trabajo se realizaba un corte de calles y una asamblea del Sindicato de Trabajadoras de Casas Particulares (SiTraCP).

Al igual que el Consejo del Salario (organismo que establece el salario mínimo), donde la CGT y la CTA firmaron un salario de miseria para los trabajadores más precarizados, la Cntcp nuevamente tomó como referencia el monto del salario mínimo y condena al hambre a un millón y medio de trabajadoras del sector, legalizando la superexplotación y la miseria salarial.

Luego del acuerdo de abril, de un 27% en 3 cuotas, la cifra que acordaron esta vez fue del 36% en 3 cuotas no acumulativas sobre los valores vigentes en junio (20% julio, 8% agosto y 8% septiembre). Es decir que para la 5° categoría (tareas generales) la hora pasaría de $777 en junio a $932 en julio, $994 en agosto y $1.056 en septiembre, mientras que el salario mensual por 48 horas semanales pasaría de $95.450 en junio a $114.415 en julio, $122.040 en agosto y $129.670 en septiembre (números provisorios ya que aún no ha sido publicada la grilla salarial en el boletín oficial).

Entretanto, la inflación interanual junio 2022-junio 2023 de la Canasta Básica Alimenticia (CBA) y Canasta Básica Total (CBT) fue del 124%, según el Indec. En este marco, la pérdida de poder adquisitivo de las trabajadoras de casas particulares (TCP) ha sido brutal. Mientras que en junio de 2017 el salario de una TCP representaba 1,32 veces la CBA, en junio de este año apenas cubrió un 91% de ese valor. Es decir, hubo una pérdida del poder adquisitivo en términos reales del 30% (Tiempo Argentino, 26/07).

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Las trabajadoras expusieron esta situación en un corte y una radio abierta impulsada por el SiTraCP, nuevo sindicato independiente del sector. La asamblea contó con el apoyo de las precandidatas del Frente de Izquierda Unidad de la lista “Unidad de luchadores y la Izquierda”: Vanina Biasi (precandidata a jefa de gobierno porteño), Romina del Pla (a senadora nacional) e Ileana Celotto (al Parlasur). También acercó su solidaridad Gabriel, representante de los trabajadores despedidos de Garbarino.

Tanto en la nota presentada a las autoridades del Ministerio de Trabajo como en la asamblea se denunció la exclusión que se realiza del SiTraCP en la paritaria con la finalidad de que no esté representado el único sector que viene realizando una defensa de los intereses de las trabajadoras. Desde el Sindicato de Trabajadoras de Casas Particulares plantearon la emergencia salarial y reclamaron un aumento del 100%, un salario equivalente a una canasta básica y el registro inmediato para combatir la aplastante precarización e informalidad a las que se encuentran sometidas las trabajadoras del sector.

María del Carmen Díaz (secretaria general del SiTraCP y precandidata a legisladora del Frente de Izquierda Unidad por la lista 1B “Unidad de los luchadores y la izquierda”) planteó que “el gobierno nacional, encabezado por el precandidato a presidente Massa, beneficia con dólares diferenciales a las patronales del campo mientras hambrea a las trabajadoras de casas particulares y a todo el pueblo trabajador”.

“En el medio de la campaña, en la que todos los candidatos de los partidos patronales se comprometieron a cumplir con las exigencias del FM y entregar el litio y los recursos naturales a las empresas extranjeras, las trabajadoras en lucha fuimos al Ministerio e hicimos un piquete para hacernos escuchar. Solo contamos con el apoyo y la presencia del Partido Obrero y la lista encabezada por Gabriel Solano en el Frente de Izquierda”, agregó.

Con la participación de decenas de trabajadoras en la asamblea, se reflejó no solo la miseria salarial sino también los incumplimientos de sus derechos laborales y la precarización a la que se ven sometidas en sus trabajos.

Las trabajadoras de casas particulares hicieron escuchar sus denuncias en la radio abierta: la discriminación y xenofobia, el maltrato laboral y la violencia que sufren en sus hogares, la falta de acceso a los servicios públicos como la salud, el drama de la vivienda y el alquiler impagable, la dificultad para organizarse sindicalmente porque las más precarizadas trabajan de lunes a lunes y si no lo hacen no cobran, entre otras. En una sucesión de testimonios, se multiplicaron las denuncias por falta de registro, incumplimiento de las licencias por maternidad, maltrato, incumplimiento del pago de las horas extras, etc. Es decir que ni siquiera se les reconocen los mínimos derechos que están contemplados en el Régimen Especial en el cual se encuadra la actividad.

Mientras los gobiernos profundizan su ataque a la organización y la lucha de las trabajadoras que hacen piquetes para pelear contra la miseria salarial, avanza la organización independiente de las trabajadoras de casas particulares del SiTraCP.

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