Sindicales

1/10/2022

UPCN y ATE firman una nueva rebaja salarial

Rechacemos el acuerdo de la revisión paritaria, firmado sin mandato, y tomemos el camino del Sutna y el Hospital Garrahan.

Las direcciones de los sindicatos estatales en la negociación paritaria.

El adelantamiento de la revisión paritaria de los estatales nacionales consagró una nueva rebaja salarial: las conducciones de ATE nacional y UPCN acordaron con el gobierno el adelantamiento a noviembre de la cuota prevista para enero y de la de marzo a enero (ambas del 10%), así como una nueva revisión para ese mes y un bono de $30.000 no remunerativo para fin de año. Por donde se lo mire, es una entrega del salario.

Si consideramos solo los primeros siete meses de la paritaria 2022-2023, el período que va del 1 de junio al 31 de diciembre de 2022, el aumento acordado es del 50%, mientras la inflación proyectada por el propio gobierno en el presupuesto para ese mismo período es del 66%.

Si comparamos la inflación del año calendario 2022 con las cuotas de aumento recibidas en ese mismo período (que incluye dos paritarias distintas que se calculan sobre bases salariales diferentes), la actualización llega a un 82% contra el 95% de inflación estimada; una rebaja del salario de al menos 13 puntos.

Con todo, lo más significativo es que no se ha movido la pauta del 60% prevista para todo el año paritario (junio 2022 – mayo 2023), cuando se han reabierto los acuerdos y comienzan a firmarse paritarias por encima del 100% o directamente con cláusulas de indexación directa, como el caso del Sutna. Para colmo, la nueva revisión se ha convocado en enero, en medio de las vacaciones.

El bono que tanto pidieron las direcciones de ATE nacional y capital fue concedido con un ajuste del 50% respecto del bono del año 2022. Hay una total omisión en el acta paritaria sobre los pases a planta permanente; no solo no se refiere al financiamiento de los once mil cargos sino que ignora a los diecinueve mil que aún restan de los treinta mil acorados en 2020, y por supuesto de todos los que están por fuera de esa cifra, en total casi sesenta mil.

La entrega sin mandato

ATE nacional difundió el acuerdo haciendo el ridículo. Asistió con su plana mayor a la audiencia paritaria para terminar manifestando que aceptó el acuerdo aún cuando lo considera insuficiente, sin dar ninguna explicación al respecto. ¿Dónde quedó el planteo de aumentos por encima de la inflación? Para colmo, difundió cifras abarcando un período de trece meses para agrupar mejor los aumentos, que aun así quedaban por debajo de la inflación.

Por su parte ATE capital realizó una movilización el mismo 30, donde Daniel Catalano  se jactó de protagonizar una “jornada histórica” y de “rechazar el acuerdo en las calles”. Para ello, no convocó a ninguna asamblea en ninguna dependencia, ni tampoco a plenario alguno.

La frase de Catalano señalando que “un gobierno peronista no puede hambrear al pueblo” fue muy similar a la de Hugo Bellón (quien acaba de romper con la Verde y Blanca para sumarse a la Verde), quien manifestó “votamos peronismo, exigimos peronismo”. Son planteos de subordinación a una fuerza política que hoy es la responsable de comandar el ajuste del FMI y que prepara el regreso de la derecha que dicen combatir.

Por último, el Frente de Unidad German Abdala (rejunte de la Verde Anusate, la CTA capital y el tándem Bellón – Fernández), que hizo su debut callejero en una jornada divisionista del paro nacional de ATE, fueron parte de esta patraña: festejaron el “adelantamiento” de la paritaria cuando en su propia convocatoria partían de aceptar una rebaja salarial. Un fraude completo.

Hagamos como el Sutna y el Garrahan

Este cuadro de entrega por parte de ambas direcciones, que solo se esmeran en confundir y engañar a los estatales, ha sido brutalmente contrastado por la huelga del Sutna y por la ascendente lucha del Hospital Garrahan. Con asambleas, paros y movilizaciones: planes de lucha, no medidas aisladas sin preparación ni continuidad. Plantean una lucha en serio en defensa real del salario.

En el caso del neumático conquistaron cláusulas de indexación y la garantía de superar la inflación por un 10% a julio del año próximo, mientras que la extraordinaria movilización del Hospital Garrahan que tuvo a su Junta Interna de ATE como una de sus organizadoras colocó como referencia que el salario mínimo debe ser equivalente al costo de la canasta familiar de $192.000 que estima ATE Indec.

Se puede luchar por el salario y el pase a planta permanente con asambleas que establezcan un mandato en todas las dependencias; con una nueva coordinación de juntas internas, delegados y activistas que rompan con las direcciones entregadoras, y que integre con un programa independiente a los estatales de todo el país; con una asamblea general de todos los estatales para unificar la fuerza del gremio por la base. Por una nueva dirección.