Sindicales

30/3/2022

UTA: se reanuda la lucha salarial autoconvocada

El corte protagonizado por choferes de zona oeste expresa la bronca general entre los trabajadores del transporte.

Corresponsal

Con una importante movilización, trabajadores autoconvocados de distintas líneas (440, 740, 315, 2031 57, 216 y La Perlita) llevaron adelante un piquete en Autopista Oeste y Ruta 23 el miércoles 30. Con esta acción de lucha vuelven a entrar en escena los choferes que se organizan de manera independiente de las alas de la burocracia de UTA para pelear por una verdadera recomposición salarial.

El reclamo levantado por los compañeros, de $180.000 de salario básico, es completamente justo y apunta a terminar con la constante desvalorización del salario en la actividad, que es lo que ha producido el ajuste implementado por las patronales, el estado y la burocracia. El actual básico de los choferes de $100.000, está muy por debajo de una canasta familiar que ronda los $140.000 y los compañeros prevén que con la “negociación” paritaria 2022, comandada por Roberto Fernández, la caída salarial no se detendrá. Es que la burocracia se va a acoplar a la pauta oficial dictada para este año de un 45% de aumento, que será en cuotas. Es decir que, para cuando se complete el aumento nuevamente, el básico quedará por detrás ante una inflación proyectada de alrededor del 60%. Las dos cuotas pactadas de $13.000 pesos no remunerativos para enero y febrero no pasan de un paliativo, que eventualmente será incorporado al aumento porcentual de la paritaria.

Lejos de las necesidades de los choferes y sus familias, el salario de los trabajadores del transporte es una variable del ajuste que busca profundizar en esta etapa el gobierno de la mano del FMI. En 2021, la caída del poder adquisitivo del salario de la actividad fue del 21%. Mientras las patronales reclaman subsidios, el FMI busca reducirlos, por lo que el resultado que buscan es, por un lado, la caída salarial y por el otro un fuerte boletazo para los usuarios. Ni la dirección de Fernández ni la oposición de Bustinduy en la UTA sacan los pies del plato de este combo ajustador. El sector opositor al oficialismo no impulsa ningún reclamo (del mismo modo que el año pasado), habida cuenta de sus lazos con la patronal de DOTA.

En el gremio, al problema salarial se le agrega el de las condiciones de trabajo, nunca incluidas en la paritaria por parte de la burocracia (cabinas blindadas ante la inseguridad, falta de seguridad e higiene en los lugares de trabajo), la desigualdad en los ingresos de los compañeros de técnica (15% menores), una obra social devastada y un cuadro de despidos y ofensiva antisindical como en la 176 o en la 60.

El corte de zona oeste es solo la punta de un iceberg de bronca y voluntad de lucha entre la base de los trabajadores, contenida por las alas de la burocracia. Es la expresión también del activismo, que viene surgiendo y que ha llevado al surgimiento de nuevos cuerpos de delegados a raíz de las autoconvocatorias por el salario del año pasado. La tarea del momento para los trabajadores del transporte, de la mano de los cuerpos de delegados independientes, es profundizar la lucha autoconvocada y la organización por abajo, para pelear por los $180.000 de básico, el fin de los despidos y el conjunto de todos los reclamos.