El universo cripto volvió a sufrir otro cimbronazo, luego de que Binance, la principal plataforma de intercambio de la moneda digital, decidiera no adquirir la empresa FTX, la cual ingresó en una profunda crisis de liquidez.

Como producto de esto, el precio del Bitcoin (BTC) se ubicó por debajo de los 16.000 dólares, el nivel más bajo desde noviembre de 2020, acumulando así “una pérdida superior al 20% en las últimas 48 horas” (Ámbito, 9/11). Estamos ante un escenario convulsivo, que ha impactado también en otras monedas digitales como Avalanche, Ether, Solana, entre otras.

El desinfle que ha experimentado el BTC no tiene precedentes. Hace un año, el mercado cripto alcanzó una capitalización total de 3 billones de dólares; actualmente, la misma se encuentra en unos 800.000 millones. La tendencia bajista en cuestión se viene registrando hace tiempo. El BTC acumula una caída de más del 20%, mientras que otras criptmonedas como Ether, la segunda de mayor capitalización del mercado, tuvieron una baja del 30% solo desde el martes.

El CEO de Binance, Changpeng Zhao, había firmado una carta de intención para “adquirir por completo” FTX y de ese modo contrarrestar la crisis empresarial; en esa especie de arreglo, asimismo, quedó establecido que Zhao podía retirarse del acuerdo en cualquier momento. Frente a la situación de bancarrota de FTX, terminó apelando rápidamente a esto último.

En ese marco, “las incertidumbres se convirtieron en una ola de retiros que, 72 horas previas a la firma del acuerdo no vinculante, sumaban unos 6.000 millones de dólares” (La Nación, 9/11).

Es que FTX tiene un agujero negro muy importante, la brecha que existe entre sus pasivos y activos probablemente sea de miles de millones de dólares, según especialistas en el tema (Business Times, 10/11). Los popes de Binance no querían hacerse cargo de semejante bomba de tiempo; y menos de una empresa sobre la que pesan investigaciones de la Comisión de Bolsa y Valores norteamericana por mal manejo de fondos.

FTX no es una empresa cualquiera, ha llegado a contar con el respaldo de sectores concentrados del capital financiero internacional. Su crecimiento estuvo apalancado por dinero proveniente del fondo de riqueza soberana de Singapur y de otros grupos financieros como BlackRock, Sequoia Capital y Ontario Teachers Pension Plan.

De acuerdo a algunos analistas, los inversores terminaron por retirar sus tenencias de FTX debido, además, a la volatilidad del activo cripto. Esto, para destinarlas a lugares más seguros como los bonos del tesoro norteamericano, cuyos rendimientos se encuentran en alza como fruto de la suba de tasas dispuesta por la Reserva Federal yanqui.

Como se ve, las monedas digitales no pueden sustraerse al desarrollo de la crisis capitalista mundial. Su derrumbe es una expresión contradictoria del carácter endeble de la especulación financiera que a nivel general impera en la economía mundial, la cual es un producto de la caída de la rentabilidad empresaria en el terreno productivo real.

Quienes han venido promoviendo al Bitcoin como un activo de resguardo frente a los vaivenes de la bancarrota capitalista internacional quedaron en ridículo nuevamente. La crisis de las cripto es una manifestación de la crisis capitalista y a la vez un factor de su profundización.

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