Sociedad
16/8/2024
La reglamentación del gobierno para forzar el ingreso de las Sociedades Anónimas al fútbol
Una lucha de todos los días contra los privatizadores y los gerenciadores actuales.
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Javier Milei contra el fútbol.
El gobierno nacional acaba de dictar la reglamentación de parte del mega DNU presidencial que intenta habilitar el ingreso de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el fútbol profesional argentino. Un negocio que impulsan Javier Milei, Federico Sturzenegger y Mauricio Macri para terminar de liquidar los clubes ya amenazados actualmente por los negocios capitalistas.
La medida implica el último avance del gobierno en su ofensiva contra los clubes como asociaciones civiles y en defensa de intereses privados de grandes multinacionales del rubro que apuntan a convertir al fútbol argentino en una cantera de jugadores para exportar al extranjero y hacer así grandes negocios.
Por medio del decreto 730/2024, con la firma del presidente Javier Milei, el gobierno intima a la AFA a modificar su estatuto en el plazo de un año para adecuarlo a la integración de las SAD, no obstante lo cual dispone que si un club tomara actualmente la decisión de convertirse hacia una forma societaria privada no se podría “impedir, dificultar, privar o menoscabar cualquier derecho” a la misma.
Otro punto llamativo es el que dispone que la decisión para vender el club al sector privado no requiere más que de los “dos tercios” de los asociados que “participen en la asamblea extraordinaria de la asociación que considere la decisión de transformar a la entidad en sociedad anónima o resuelva ser socia de sociedades anónimas”, lo que se presta a todo tipo de maniobras a espaldas del conjunto de los socios, pudiendo aprobar una privatización de un club de decenas de miles de socios con una asamblea de menos de 100 personas.
Quienes apelan constantemente al latiguillo de defender la “libertad” de los socios para escoger la dinámica de sus propias instituciones hacen mano de la fuerza para intentar forzar a las asociaciones civiles nucleadas en la AFA a ajustar su organización a los antojos del gobierno y sus negocios.
Cabe señalar, además, que la tan mentad a “libertad de elección” solo se refrendaría en caso de que los socios opten por defender sus asociaciones civiles –en las que seguirán formando parte- siendo que la adopción de las SAD implica la venta definitiva del club y el final de la “voz y voto” de los socios en su instituciones, para promover sí la libertad de los capitalistas como dueños de las mismas.
Detrás de esta ofensiva se encuentran supuestos inversionistas internacionales, pero, además, los negocios que más daño le vienen haciendo al fútbol, como el de las apuestas deportivas, de derechos de televisación, financistas, etc.
La AFA, en cabeza de su presidente Claudio “Chiqui” Tapia, salió a ofrecer una tibia oposición, señalando que se encuentra vigente una medida cautelar de la Liga de Fútbol de Salto contra la aplicación de la parte respectiva del DNU 70/23, que además cuenta con la ratificación de la Cámara Federal de San Martín. Y que esperarán a lo que resuelva la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La AFA, como asociación civil independiente integrada por los clubes, tiene la potestad de dictar sus propios estatutos y normas a los fines de organizar sus propias competencias, pudiendo excluir a las SAD debido a que su intromisión configura un claro caso de distorsión de los objetivos y fines que hacen a la propia constitución del fútbol profesional argentino.
El gobierno, a su vez, muestra todas sus contradicciones. El actual ministro Mariano Cúneo Libarona, que firmó la reglamentación de las SAD, es también dirigente de Racing y autor del artículo de su estatuto que “prohíbe” las sociedades anónimas en la institución luego del rotundo fracaso de la experiencia de “Blanquiceleste Sociedad Anónima”. El mismo que intentó dar ejemplos positivos de las SAD en el fútbol mundial confundiendo la naturaleza asociativa de grandes entidades deportivas como el Real Madrid y el Barcelona, ambos en manos de los socios.
Ahora el mayor trascendido es que desde el gobierno buscan avanzar en el ingreso de las SAD en dos clubes importantes de la liga profesional: Gimnasia, donde actúa Sturzenegger, e Independiente, con una directiva copada por el PRO y deudas significativas. Aunque aún habrá que ver la respuesta de los socios que, para el caso del primero, ya manifestaron su bronca en el pasado reciente.
Mientras que la vidriera de los éxitos internacionales de las SAD es acotada, e incluso cuestionada con investigaciones sobre malversaciones financieras que acosan al City Group (Manchester City), los fracasos de esta orientación son ostensibles y se extienden por todo el mundo.
En Argentina existen los antecedentes fallidos de Blanquiceles; el gerenciamiento de Argentinos Junior con TyC que lo obligó a trasladar su localía a Mendoza; el gerenciamiento y posterior desaparición de Mandiyú de Corrientes; el gerenciamiento en Quilmes, etc. En el extranjero la misma historia; el fracaso de la experiencia de Tinelli en el Badajoz de España; el reciente descenso del Troyes (Citi Group) de la Ligue 1 a Tercera División en Francia; la quiebra del Burdeos de Francia; incluso la delicada situación del Juventus de la familia Agnelli.
Hay que defender los clubes como asociaciones civiles contra la injerencia de los capitalistas y como punto de partida para expulsar a los gerenciadores y financistas que operan actualmente en el deporte y que son los que han empujado a la mayor parte de los clubes a situaciones financieras complicadas y al borde de la quiebra.
La forma de recuperar el fútbol a manos de los trabajadores no es vendiendo las instituciones deportivas, sino organizando a los socios y ganando lugar en la participación de las instituciones, expulsando a los actuales gerenciadores y a quienes amenazan con privatizar los clubes.