Políticas
15/8/2024
Editorial
Por una nueva dirección clasista del movimiento obrero para derrotar a Milei
El 14 de setiembre: Plenario Nacional de la Coordinadora Sindical Clasista.
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Coordinadora Sindical Clasista. Foto de archivo.
Que si Milei tiene éxito perdemos los trabajadores es algo sobre lo que cada día caben menos dudas entre las más diversas capas de la clase obrera. El problema entonces se concentra, después de ocho meses de luchas contra la ofensiva antiobrera, en las herramientas de los trabajadores para intervenir como clase en la crisis y su salida. Y ahí aparece con toda su centralidad el problema de las organizaciones del movimiento obrero, ocupado y desocupado. El problema de la dirección del movimiento obrero.
Dos meses después del 12 de junio en que se aprueba la ley Bases podemos sacar conclusiones que nos lleven a las tareas de la etapa. La CGT -y tras ella las CTAs- ha pasado a cuarteles de invierno en la consideración que lo aprobado en torno a reforma laboral y antisindical pudo ser peor. La realidad muestra que es grave y será peor si los trabajadores no encontramos el rumbo para frenarlos y quebrar la ofensiva.
La pretensión absurda de un “diálogo social tripartito” que llevó a dirigentes de la CGT a reunirse con el embajador norteamericano y luego con el secretario de Trabajo -de Techint-, Julio Cordero, terminaron rápidamente en un bochorno. El gobierno contragolpeó con el impuesto al salario en su peor variante y rechazó de plano deponer la apelación ante la Corte Suprema que suspendió el tramo de reforma laboral del DNU/70, que directamente arrasa con los derechos laborales y sindicales. Pero no paró ahí, convocó a la mesa a AEA, la crema del gran capital y sentó en ella a Sturzenegger y a Pettovello con el agregado de dos camaristas del fuero laboral para empezar a disciplinar a la Justicia a los nuevos tiempos y objetivos. La CGT no se presentó, pero carece por completo de una alternativa, no hay deliberación, no hay programa, no hay plan de lucha. Nada. Al contrario, parecen estar buscando las vías de un colaboracionismo que Milei les complica. Y con esa política de parálisis aíslan las luchas que se están dando. La cuestión de la reacción de conjunto que nos lleve por el camino de una irrupción de millones de trabajadores para derrotar a Milei se asocia íntimamente a la cuestión de la dirección para organizarla y llevarla adelante.
Le ceden la iniciativa a los enemigos de nuestra clase
Los 38.000 Recursos Preventivos de Crisis en curso, el medio millón de despidos ya concretados, la demolición de jubilaciones y planes sociales y la caída vertical del poder adquisitivo del salario, el hambre en los barrios vulnerables, muestran una realidad que no atiende la política de la dirección sindical. En este cuadro en Diputados votaron la esencialidad educativa lo que es un golpe mortal al derecho de huelga de un millón de docentes y encima obligando a las escuelas a funcionar en cualquier condición de infraestructura, con o sin agua, con o sin techos. Es otro golpe al derecho de huelga ya averiado seriamente con la disposición “antibloqueos” de la ley Bases.
En tanto en la Comisión de Trabajo de la misma Cámara de Diputados se habilitó el tratamiento exprés, sin debate, de 26 proyectos que Martín Tetaz definió como la “ley Mucci que se viene”. Preparan un proyecto único para concentrar el ataque. En realidad, una catarata de intervencionismo del Estado sobre las organizaciones obreras de todo carácter, con presuntos objetivos anticorrupción, ficha limpia, limitación de mandatos, competencia sobre las cuentas, etc. Donde el único punto polémico es la eliminación de las “contribuciones solidarias” que la burocracia defiende como “el impuesto al carnero” o “el vínculo entre el sindicato y el trabajador desindicalizado”. La realidad es que las cuotas compulsivas encubren el vaciamiento sindical, responsabilidad absoluta de la burocracia sindical y consecuencia del desprestigio de la dirigencia peronista que ha pactado con todos los gobiernos el retroceso histórico sistemático hacia la precarización laboral.
No aprovechan la crisis “endógena” de Milei
La realidad del gobierno de Milei no amerita que pasen por arriba a los trabajadores. Lo único que acierta el facholibertario y su gabinete de fondos de inversión y monopolios como Techint son los golpes a los trabajadores. La “dolarización” no camina en ninguna de sus formas, ni la formal por cambio de moneda, U$S 5.200 millones y hay vencimientos por U$S 6.000 sólo hasta enero. Están reventando reservas para controlar el dólar paralelo en lo que resulta una aventura jugada a un dudoso –y delictivo- blanqueo, a inversiones mineras y energéticas que habrá que ver con un riesgo país en 1.550 puntos, con una crisis de deuda en el horizonte y con el precio internacional de la soja en caída libre. La presión devaluatoria, los tarifazos apenas postergados y la brutal recesión económica son un cóctel explosivo, cuando la pobreza escala al 62% en el gran Buenos Aires y otros cinturones urbanos, con siete de cada diez pibes bajo la línea de la vergüenza nacional. Ni la senilidad de Biden le dio un respiro a Milei, porque Harris pasó al frente momentáneamente, como para sentarse a esperar que gane Trump y que en marzo el FMI considere la remota posibilidad de tirarle un salvavidas a Caputo y Cía.
Sólo el escándalo de Alberto Fernández, la punta del iceberg de la descomposición del peronismo, sacó de escena el otro escándalo: el de la visita de los legisladores de LLA a los genocidas. Sólo el compromiso de todo el régimen de Estado en Corrientes con el crimen organizado pudo disimular el fracaso de Bullrich y sus “fuerzas federales” para encontrar a Loan. Es un cuadro de crisis política arriba de los desaciertos económicos que pone en ridículo la estrategia parlamentarista de la burocracia sindical peronista. Otra cosa es explotar las contradicciones del arco político patronal con la lucha, como puede ser arrancar un presupuesto universitario que indexe los salarios docentes como la votación que se logró, en medio de paros extraordinarios en todas las universidades.
Y debe llamarnos la atención la integración de todas las alas de la burocracia a esta política. El hilo conductor es que todas beben en las aguas de encontrar algún sector capitalista para asociarse contra lo que el peronismo llama el “industricidio”. Esta estrategia es un veneno mortal para los trabajadores. Lo vimos con Kicillof que no llegó a tiempo con su propio Rigi para disputar con Weretilneck. Cualquiera sean las diputas intercapitalistas por subsidios y exenciones todos apuntan a la flexibilización laboral montados en la recesión y los despidos, lo estamos viendo con las poderosas patronales del neumático. Ese es un límite estratégico de todas las alas de la burocracia sindical peronista, por eso la lucha por una nueva dirección plantea la ruptura con todas las alas del peronismo. Si no, veamos a Grabois diciendo que volvería a votar por Scioli, por Alberto Fernández y por Massa, ¿mañana será Pichetto? Una línea de derrota y desmoralización a los trabajadores y la juventud.
Las luchas y las tareas para superar a la burocracia sindical
Sin paro ni plan de lucha, como una mera extensión de protesta de San Cayetano, sin embargo la movilización del 7 de agosto colmó media Plaza de Mayo y Bullrich, una vez más, se tuvo que guardar el protocolo represivo. Pero su falta de perspectiva la resumió Pablo Moyano al término del acto por parte de una CGT que no puso orador: “Este es un gobierno que ataca a los trabajadores y hay que confrontarlo en la calle y conformando un gran frente nacional para el año que viene, que nos permita tener mayoría en ambas Cámaras. Hay que ponerle un freno, en la calle y en el Congreso de la Nación” (Página12). Es decir que lo que se haga en la calle estará al servicio del desquiciado peronismo 2025.
En contraste, pocos días después, 30.000 docentes llenaban 14 cuadras en Córdoba en paro por aumento de salarios y contra la esencialidad educativa. Paro masivo en Entre Ríos y 72 horas en Neuquén con grandes movilizaciones. La docencia hace punta como lo hizo en Misiones con el método de la huelga general contra un gobierno socio directo de Milei. En Mar del Plata una importante huelga municipal le arrancó un 30% de aumento al intendente Montenegro, mimado de Macri.
El Sutna enfrenta con lucha y movilización los amenazantes PPC -procedimiento preventivo de crisis- de Bridgestone y Fate. Los aceiteros pusieron a parir a la burguesía exportadora durante una semana entera de huelga general en un conflicto por salarios y contra Ganancias que queda latente. Los ceramistas de todo el país llevaron adelante paros progresivos hasta las 96 horas que no terminaron en una paritaria mejor porque la burocracia puso el freno de mano. La pesca en Chubut lleva adelante un dilatado y complejo conflicto de semanas de paros y movilizaciones de distintos gremios por salarios y contra despidos. Los obreros de la Uocra de Zárate salieron a la lucha contra los despidos en Atucha.
La docencia universitaria paró 72 horas y arrancó con 24 horas que abarcaron a los No Docentes. La medida es fuertísima. La cuestión de los salarios de hambre fue entregada por los rectores cuando tras la imponente movilización de abril de un millón de personas, el gobierno aflojó actualizar el presupuesto pero sólo de funcionamiento. Obviamente, sin salario no hay docentes y sin docentes no hay universidad: se plantea profundizar el plan de lucha y organizar un nuevo 23 de abril que ya está en debate para mediados de setiembre. Los trabajadores de la danza pusieron en pie un sindicato, AATDa, con el plus del triunfo de una lista combativa y antiburocrática en una masiva elección, la Celeste y Roja 29, cuando la lucha en la cultura requiere ser reformulada para quebrar la ofensiva desmanteladora del gobierno.
El movimiento piquetero sufre una nueva ola de allanamientos además de los sufridos por el Polo Obrero y otras organizaciones meses atrás, los dos compañeros siguen presos y decenas procesados y nos convocan a seguir la lucha. El hambre, a organizar los barrios en las nuevas condiciones. No se salva tampoco la Utep, lo que plantea la cuestión de la unidad en la lucha, rompiendo la subordinación al parate cegetista.
Las reservas de lucha están. La chance de los trabajadores está en la superación de la crisis de dirección. No hubo huelga general de las muchas que poblaron –y cambiaron- la historia argentina que no arrancó desde abajo. Eso significa nuevos cuerpos de delegados, movilizarnos para rodear cada lucha, arrancar plenarios con mandato, desarrollar una fuerte agitación fabril, impulsar un Polo Clasista Nacional. Al servicio de estas tareas de la hora estará el Plenario Nacional de la Coordinadora Sindical Clasista el 14 de setiembre, precedido de asambleas de trabajadores y la juventud que se están desarrollando en todo el país. De esta manera contribuiremos activamente a preparar la huelga general para derrotar a Milei.