Sociedad
11/6/2024
La usura con las tarjetas de crédito: enriquecen a los bancos a costa de los que no llegamos a fin de mes
En mayo aumentó el uso del plástico porque el sueldo no alcanza.
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Se liberó el tope de los punitorios.
Los bancos, que vienen de acumular ganancias récord durante el primer trimestre del año, continúan por ese sendero de prosperidad, a costa de licuar los ahorros de las familias trabajadoras y a la vez confiscarlas por medio de la usura sobre el uso de tarjetas de crédito.
Por un lado, tras la sucesiva rebaja de tasas que dictaminó el Banco Central, hoy los bancos le pagan a los depositantes que dejan su dinero en un plazo fijo una tasa efectiva anual (TEA) del 34,5%, llevándolos a pérdida respecto a la inflación. En contraste, por las compras en cuotas realizadas con tarjeta de crédito, las entidades bancarias que emiten ese plástico cobran una TEA del 153,75%. Asimismo, el financiamiento de saldos impagos en el resumen de la tarjeta conlleva una TEA del 144% promedio. Esto último, porque el BCRA eliminó el tope de intereses punitorios.
Como vemos, las políticas del gobierno garantizan una enorme transferencia de ingresos desde el bolsillo de los trabajadores al de la banca, a través del menor rendimiento que ofrecen los plazos fijos y los elevados intereses de la tarjeta de crédito; sumado a la bicicleta financiera con los bonos del Tesoro. La rentabilidad de los bancos se ve reflejada en la suba de sus acciones en la Bolsa porteña: desde el 20 de octubre 2023, las del Banco Macro crecieron 346,9%, las del Grupo Supervielle 306,7%, las del Grupo Financiero Galicia 269,2% y las de BBVA Argentina 255,7%.
Además, en mayo, según los datos del BCRA, aumentó 5,9% real el stock de financiamiento bancario al consumo con tarjeta de crédito. Sucede que el salario no alcanza para llegar a fin de mes y los hogares deben recurrir cada vez más al endeudamiento a la hora de hacer las compras. Eso explica fundamentalmente el repunte que tuvo el crédito en pesos durante el mes de mayo, del 7,9% real. El fenómeno, lejos de indicar que estaríamos saliendo de la recesión, como lo presentan algunos funcionarios, obedece a este mayor endeudamiento familiar fruto de que los ingresos populares se desplomaron.
Lo cierto es que la reducción de tasas impulsada por el gobierno -que licuó el dinero de los pequeños ahorristas- no se tradujo en líneas de crédito para desarrollar la industria; dado que impera una profunda recesión económica como resultado de la caída del consumo, la paralización de la obra pública y la apertura de importaciones. Tampoco facilitó el acceso a los créditos hipotecarios, que siguen siendo prohibitivos para la mayoría de la población. De hecho, según un estudio realizado por la Dirección General de Estadística y Censos de CABA, la mayoría de los grupos familiares necesitarían ganar casi siete veces más para poder tomar un crédito equivalente al costo de un inmueble.
Así las cosas, Milei vela por los intereses de la casta más parasitaria de todas, los bancos, en perjuicio de la población trabajadora que sufre el desplome de sus ingresos y de sus magros ahorros como resultado de la política oficial, mientras debe lidiar con los intereses usurarios de las tarjetas de crédito. Es necesario nacionalizar bajo control obrero la banca, en función de dirigir el crédito del país al desarrollo industrial y a la universalización de del crédito hipotecario, y recomponer el poder adquisitivo de los sectores populares para que no tengan que endeudarse para consumir.
