Sociedad
26/11/2025
Los chanchullos del “Chiqui” Tapia le allanan el camino a los privatizadores del fútbol
Partidos amañados, negocios, robos y amenazas de sanciones opacan el fútbol argentino y favorecen a las SAD que promueve Milei.

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Claudio "Chiqui" Tapia.
El fútbol argentino atraviesa uno de sus momentos más difíciles de los últimos años, entre el descaro de una dirigencia con Claudio “Chiqui” Tapia al frente de la AFA que amaña arbitrajes, roba partidos, interviene clubes y amenaza opositores, por un lado, y la amenaza permanente de los privatizadores del fútbol, con su modelo de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), por el otro. Los últimos pasos de Tapia y compañía estarían dando vuelta la tortilla, haciéndole un favor a los privatizadores y allanándole el camino a quienes quieren entregar por completo el fútbol argentino.
Si hace algunos meses podíamos afirmar que la AFA y Tapia llevaban la delantera en la pelea con los promotores de las SAD –entre ellos el presidente Javier Milei, el expresidente Mauricio Macri y el máximo dirigente pincha Juan Sebastián Verón-, luego de una seguidilla de fracasos y desplantes del empresario Foster Gillett en el país, ahora el panorama no está nada claro.
En pocas semanas “Chiqui” Tapia dilapidó gran parte de su capital político y del “respaldo” por los éxitos de la Selección Argentina, imponiendo un fútbol argentino donde los resultados importantes se encuentran preestablecidos por las AFA, con arbitrajes que ya siquiera “condicionan” los partidos sino que invierten o fuerzan los resultados y premios para los clubes “amigos” o del poder y castigos para los opositores.
Tapia profundizó una orientación típica de la dirigencia del fútbol argentino, heredada de tiempos del difunto Julio Grondona, donde los equipos del poder son beneficiados más allá de su desempeño futbolístico, algo que es callado por la dirigencia de los clubes afectados, por complicidad y/o miedo a represalias, y es “tolerado” con disgusto por el público siempre que se mantenga en el marco las denominadas “chiquitas” (decisiones condicionantes pero no definitorias o afectación en partidos de poca trascendencia).
La realidad actual es totalmente escandalosa. Árbitros con el mote de mercenarios, que adicionan minutos hasta que se revierta el resultado o inventan penales si el equipo no puede por sus medios. Robos descarados en favor de los equipos del poder, entre ellos Barracas Central (del propio Tapia) –el último crimen contra Huracán para obtener la clasificación a copas internacionales- y Central Córdoba (del Tesorero de AFA y francotirador oficialista en las redes sociales, PabloToviggino) –vandalizando a un San Lorenzo institucionalmente liquidado por una dirigencia bancada por la AFA. La invención a última hora de un título, que no estaba en los papeles, para el equipo del campeón del mundo Ángel Di María. Se destacan entre los últimos hechos trascendentes en la Primera Nacional.
El descaro de la dirigencia de la AFA llegó a lograr lo impensado, que el público futbolero enemigo de las SAD y del esquema de negocios que profesa Verón en Estudiantes de La Plata celebrara el desplante del plantel pincha contra la AFA, con la ejecución del “pasillo de campeones” –tradicionalmente voluntario y ahora impuesto- de espaldas a los jugadores de Rosario Central. Incluso la eliminación del club canalla, cuyo título inventado suena a consuelo para allanarle el camino del campeonato a alguno de los clubes del poder y así la clasificación a la Copa Libertadores. Ahora el escándalo se extiende a lugares inucitados, con la aparente falsificación de un PDF oficial, que supuestamente establecia la "forma" del pasillo de campeones, para forzar una sanción contra Estudiantes de La Plata.
Pero el escándalo no es patrimonio exclusivo de la Primera Nacional, conforme uno se hunde en las categorías inferiores los robos y arreglos de la AFA son aún más alevosos, donde el ascenso se encuentra directamente digitado por la dirección de la AFA. Es el caso de Deportivo Madryn, club del poder madrynense y chubutense, que disputa el ascenso a Primera gracias al favor de fallos arbitrales insólitos, sanciones inventadas contra entrenadores contrincantes -como ocurrió con Otta de Deportivo Morón- e incluso con represión contra jugadores.
La antesala del Mundial 2026 tambien ha servido para que desde la AFA mantengan a raya a varios periodistas y medios del rubro, con la amenaza de no acreditarlos para la cobertura del evento internacional; aunque no así con un sinfin de periodistas y streamers que vienen denunciando los obseno de las gestiones de Tapia.
Toda esta situación que afecta al fútbol argentino vuelva a habilitar los discursos de los socios de las SAD, con promesas de un fútbol “transparente y competitivo” que dé por tierra con los chanchullos de Tapia y compañía, y revalida la posición elementos como Verón, con un proyecto que había pasado a mejor vida, con su socio comercial Foster expulsado de Rampla Juniors en Uruguay luego del descenso y su proyecto de privatización sin novedades. Estos sectores tambien explotan los negocios turbios de Tapia que estan saliendo a la luz, con vinculos con la financiera Sur Finanzas, investigada actualmente por el Estado por lavado de dinero y por formar parte del entramado corrupto detras de las coimas en la Andis, ademas de acceder a los clubes de fútbol y a negocios usureros de la mano del mandamás del fútbol argentino.
Si Tapia quiere amañar el fútbol con arbitrajes sucios, sanciones antojadizas e intervenciones ilegales –como ocurre con San Lorenzo- , los promotores de las SAD pretenden hacerlo con inversiones extranjeras “exóticas” y negocios que nada tienen que ver con el deporte, dando un salto de calidad en la destrucción del fútbol argentino.
El gobierno de Tapia en la AFA se ha convertido en el principal canal para que avancen los privatizadores, como el peronismo preparó las condiciones para que Milei gobierne el país y desenvuelva su programa de ataque contra los trabajadores. Hay que rechazar cualquier sanción contra quienes levanten la voz contra las maniobras de Tapia y sus amigos y organizar desde abajo la recuperación de los clubes en manos de los socios y trabajadores para poner en pie una alternativa a los vaciadores, los gerenciadores del fútbol y los privatizadores.




