Sociedad
27/2/2023
Los negocios non sanctos de la Iglesia con el Luna Park, la punta de un iceberg
Las deudas y demandas judiciales relacionadas a los negocios con el estadio generaron un escándalo.
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Luna Park.
La tentativa de la Iglesia católica de vender el estadio Luna Park puso nuevamente de manifiesto cómo el clero ha estructurado negocios turbios en Argentina.
Las deudas y las demandas judiciales relacionadas al negocio del estadio, que se acumularon, han llevado al clero a replantearse el manejo del Luna Park. Este se convirtió en propiedad de la Iglesia en 2013. Al ser un negocio multimillonario, fue motivo de disputas entre sus facciones constitutivas, entre ellas la que está liderada por Bergoglio, el Papa, y la que comanda el cardenal Mario Poli, que actualmente administra el estadio. Francisco llegó a ordenar que se realice una auditoría por el manejo discrecional en la venta y alquiler de propiedades del Arzobispado porteño.
Existen varias presentaciones judiciales, por diversos motivos. Entre estas hay un reclamo por más de cinco millones de dólares por daños y perjuicios. JLYS SRL, una firma dedicada a los negocios del espectáculo, que tiene vínculos con el Luna Park, realizó una denuncia penal contra la Iglesia en 2022 por “desbaratamiento de derechos acordados, defraudación, e incumplimiento de obligación”.
En 2020, en plena pandemia, JLYS firmó un contrato multimillonario con la Iglesia para controlar la venta de fechas, el principal negocio del estadio. En ese entonces, tras un acuerdo entre la Iglesia y el gobierno porteño, el Luna Park fue transformado en un centro vacunatorio contra el Covid. JLYS asegura que la Iglesia desconoció el contrato, y reclama el dinero que pagó por la licitación (unos 250 mil dólares). Además, pide que se la resarza por el “supuesto lucro cesante”.
Joaquín Sacunza, ligado a Bergoglio, fue quien colaboró a orquestar ese negocio. Al frente del Luna, actualmente, se encuentra Luis María Ponce de León, un hombre de Mario Poli. Esta gestión carga con las demandas del pasado, y ha estado detrás de otros negociados polémicos. La semana pasada, Ponce acordó con una empresa para que esta maneje la comunicación exterior del estadio (carteleras, leds); “lo hizo dejando de lado a otro oferente que se comprometía a abonar una cifra 20 veces superior por el mismo servicio, sin una lógica económica para los accionistas” (Ámbito, 27/2).
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En el proceso de venta no solo están implicados el clero y los accionistas del estadio, sino también el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. La operación consistiría en migrar la empresa Stadium Luna Park Lectoure & Lectoure, que es dueña del estadio, a una sociedad anónima y “desde allí transferir el fondo de comercio para separarlo del edificio, y con ese panorama, que la residual se quede con todas las deudas y demandas que corren riesgo de insolventarla” (Ámbito, ídem).
La punta de un iceberg
La Iglesia tiene en Argentina múltiples negocios millonarios. Goza de un régimen impositivo especial y de una serie de beneficios que ha obtenido durante la última dictadura militar. Los gobiernos democráticos mantuvieron esta estructura.
A los fondos que el Estado le gira directamente se suman exenciones impositivas de todo tipo (IVA, Impuesto a las Ganancias, ABL, Ingresos Brutos, etcétera). Y a esto se añade el lucro que la curia obtiene con las clínicas privadas, universidades y colegios. La Iglesia también es dueña de estacionamientos y centros comerciales, y ha sido favorecida por la cesión de terrenos fiscales y por concesiones gratuitas de tierras en distintos lugares del país. El Vaticano se ha convertido en uno de los principales terratenientes del mundo, y es parte de los negocios inmobiliarios capitalistas.
Mediante todo esto, la Iglesia financia la difusión de su doctrina oscurantista entre la población trabajadora, lo que está al servicio de la perpetuación del capitalismo, un régimen social de opresión y explotación. Asimismo, la Iglesia está involucrada, en todo el mundo, en graves casos de corrupción. El escándalo de Vatileaks, que tuvo tres capítulos, terminó por dar cuenta de que la Iglesia adquirió un carácter mafioso.
La lucha por la separación de la Iglesia y el Estado, así como por la aplicación efectiva de la ESI y la IVE, estará presente el próximo 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.
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