Sociedad
21/8/2024
Nuevo caso de trata de personas en Berazategui
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Alcaidía de Varela.
El diario El Progreso de Berazategui, la Agencia La Barriada y otros medios de prensa de la zona sur han dado cuenta de un caso horrendo de prostitución de menores en la localidad de Berazategui. Una mujer de 36 años entregaba a sus hijos varones de 8 y 14 años para ser sometidos a vejámenes sexuales a cambio de dinero y del alquiler de la vivienda que habitaban. Quien propiciaba la prostitución era el propietario de la vivienda, quien, además de abusar de estos niños, se cobraba el alquiler comerciando con el cuerpo de los niños. La carátula dice “explotación económica de prostitución y abuso sexual infantil”. El fiscal que interviene en la causa es el Dr. Ichazo de la UFI Nº8 de Berazategui. Se llegó a la detención de la madre involucrada en el delito luego de una investigación realizada a partir de allanamientos a viviendas, lotes y en el mismo complejo penitenciario de Florencio Varela.
Asistimos en este nuevo caso a la repetición detestable de la explotación y abuso por parte de adultos mayores sobre menores; barbárico por ser la madre quien ha ejecutado estos hechos aberrantes. Esta aberración ha tenido lugar en el contexto del agravamiento de la miseria, del incremento de personas en situación de calle, del aumento impagable de los alquileres de viviendas, del crecimiento de la desocupación. Aunque la noticia periodística no da cuenta del cuadro en el que se desenvolvía esta acción repudiable, la circunstancia de que la moneda con la que se pagaba el sometimiento infantil era el derecho a habitar esa vivienda coloca esta cuestión negro sobre blanco. Y cabe añadir que asistimos a un cuadro de hundimiento no solamente económico y social, sino a un derrumbe en picada del régimen en que crecen los casos de abuso y prostitución infantil. Hay que combatir de conjunto al régimen que propicia, determina y potencia estas aberraciones, ya que la acción judicial tiene limites insalvables, en la medida que ni roza el corazón del problema.
Los datos respecto al crecimiento de los casos de trata son elocuentes. Los llamados al 145 en 2023 dan cuenta de que hay una denuncia al respecto cada cinco horas.
En este caso en apariencia no ha habido complicidad policial, esto debido a que no existe una red de trata; asistimos a un hecho cuyo origen reside en la miseria extrema de una familia que se traduce en el abuso de estos niños perjudicando la dignidad e integridad física y psicológica de ellos. Cabe señalar que de 55 casos de procesos abiertos en la Justicia federal de Buenos Aires en 15 de ellos ha habido connivencia policial (27%). Kicillof es responsable de estos hechos.
Un caso similar ocurrió antes de 2019 por parte de una mujer de 29 años que residió en Berazategui y Florencio Varela, y se mudó más tarde a Santa Teresita, que prostituyó a sus hijas menores para pagar deudas y comprar drogas. Fue detenida en 2023. Lo hacia en complicidad con un preso de 63 años alojado en la cárcel de Florencio Varela.
No todos los casos de abuso corresponden a redes de trata, pero incluso en estas que son más graves porque se trata de bandas delictivas organizadas uno de los rasgos más comunes es la existencia de un cuadro de miseria; lo demostró por ejemplo la banda del exconcejal Zisuela, que al amparo del aparato político del peronismo en Florencio Varela aprovechaba las necesidades económicas de las chicas a las que sometía para luego ejercer una acción coactiva sobre ellas.
En el marco en que Macri era financiado por el propietario de una red de trata de apellido Martins, y Alperovich sometía a su sobrina a abusos sexuales, Insaurralde se aprovechaba de sus privilegios para dedicarse a pagar por sexo y el propio Milei hace la apología de la venta de hijos y órganos (es probable que la desaparición de Loan en Corrientes esté ligada a alguna de estas cuestiones), estos hechos repudiables encuentran amparo también en una sociedad capitalista agotada y en su derrumbe imparable. También vemos cómo en uno de los casos mencionados estaba presente la droga y la necesidad de hacer uso de la prostitución infantil para adquirirla.
Por otra parte, y de forma concomitante, el intento de desarticulación y destrucción de las organizaciones piqueteras y sociales, mediante la persecución judicial y policial, es funcional al crecimiento de esta descomposición, ya que los compañeros que las integran ponen importantes límites en su combate organizado al hambre y la descomposición social, incluyendo a las redes narco y de trata.
El combate al abuso infantil, tanto en su manifestación de redes de trata como en la actual, encuentran un patrón común que es la sociedad capitalista, que admite cualquier recurso para obtener dinero. Sus instituciones están al servicio de ese leit motiv.
Hay que organizarse y luchar contra el abuso infantil, las redes de trata y narcos, luchando por emancipar a los explotados y oprimidos de las garras del capital, sus partidos y su Estado y emprender la lucha consciente por una sociedad sin explotadores ni explotados.