Vecinos de Sarandí (Avellaneda) realizaron este martes un piquete en las vías por donde pasa el tren Roca para reclamar por la falta de luz en la zona. El gobierno de Javier Milei respondió el pedido enviando fuerzas federales, logrando desactivar transitoriamente el foco de conflicto. Sin embargo, los trabajadores volvieron a realizar el corte.

La tormenta que tuvo lugar en la madrugada del domingo causó estragos en los barrios. Son miles los usuarios que se encuentran sin luz en Avellaneda. También se sumaron al piquete vecinos de Quilmes, muchos de los cuales, tras el temporal, han perdido todo. En varios casos los hogares devinieron inhabitables.

Los vecinos reclamaron una solución al problema y que mientras tanto les otorguen generadores de luz. La respuesta de los gobiernos (tanto del nacional como de los provinciales y municipales) fue hacer primar el ajuste. No se desarrolló un plan de entrega de generadores y de ropa y comida para paliar los efectos devastadores del temporal. Milei no se detuvo en esto y anunció tarifazos.

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En Avellaneda hubo voladuras de techos y apagones a gran escala. En Wilde, el Club Sol se transformó en un refugio para los vecinos que quedaron completamente desprotegidos. Gerli se vio afectado severamente; allí también hay trabajadores que han quedado prácticamente sin hogar.

Quilmes ha sido otro de los escenarios donde se desarrolló esta crisis social. Las imágenes de las calles colmadas de agua y de vecinos intentando sacarla de sus casas a baldazos han recorrido mucho los medios de comunicación. Miles de hogares han quedado destruidos. “No hay navidad, perdimos todo”, dijo uno de los vecinos quilmeños que participó de la manifestación (TN, 19/12).

La ministra de Seguridad de Patricia Bullrich, luego de que la policía lograra disuadir momentáneamente la protesta, publicó un tweet en el que se jactó de haber hecho imperar “la ley y el orden”. Quedó en offside de manera ridícula. Los trabajadores deben rechazar la política intimidatoria y antiprotestas del gobierno. Sus necesidades se impusieron una vez más sobre “la ley y el orden” de los ajustadores.

El temporal pegó fuerte en los barrios más golpeados por la política capitalista de los gobiernos. Años y años de ajuste y crisis los han convertido en lugares muy precarios; allí donde los vecinos viven en casas con techos de chapa y sufren la falta de infraestructura y de un sistema de cloacas la situación se tornó catastrófica.

El gobierno de Milei, para colmo, ha implementado una política privatizadora y ajustadora sobre la obra pública. O sea, rechaza dar una salida a los problemas más elementales de los trabajadores. El gobierno de Kicillof y los intendentes están, de alguna u otra forma, adaptando su política al plan de ajuste de Milei.

Además de los cortes en Sarandí, se detectaron otros en Guernica y Vicente Casares por reclamos similares.

Los gobiernos deben satisfacer ya mismo los reclamos de los vecinos.

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