Universidad

25/3/2021

Las dos caras de la UBA: entre el ajuste y la lucha estudiantil

La casa está en desorden.

El año 200 de nuestra Universidad no será uno más y no solamente por su aniversario. En 2020, producto de un pasaje a la “Educación a distancia” sin los recursos correspondientes vivimos una de las mayores deserciones masivas en la historia de la UBA y en particular en el CBC (un tercio del total de sus estudiantes).

A los problemas generales que se arrastran de años, como los Campus Virtuales y Siu Guaraní colapsados, la falta de presupuesto para la virtualización, los salarios docentes irrisorios, los problemas con los trámites de lxs estudiantes, etc. podemos sumar en este 2021 una infinidad de problemáticas que toman cada vez más relevancia en cada facultad.

En Derecho, Psicología, FADU y Agronomía el problema ya existente de los cupos en las materias se agravó con la virtualidad, al punto que este 2021 arrancó con miles de estudiantes sin posibilidad de cursar. En Filo cientxs de estudiantes vieron peligrar su posibilidad de anotarse a los listados docentes ya que la facultad no emitía los certificados necesarios. Psico, Ciencias Médicas y Sociales fueron las principales facultades afectadas por el retraso en la entrega de los títulos de lxs graduadxs.

En Ciencias Médicas hubo un caos generalizado por la no modificación del calendario académico. Esto agravó la deserción en la facultad al punto que durante casi todo el 2020 no se permitió tomar finales (algo similar ocurrió en Agronomía) lo cual atrasó a miles de estudiantes para que puedan avanzar en sus carreras e incluso recibirse. Otro punto muy importante en FMed fue que la gestión, al no poder garantizar el IAR (prácticas profesionales), extorsionó a lxs estudiantes para que se anoten como voluntarios en el Plan Detectar de Larreta de manera precarizada, ad-honorem y sin garantías de cuidados sanitarios. Los protocolos para la vuelta a clase en los hospitales tampoco se garantizaron ya que la gestión se niega a poner un peso y queda entonces a disposición de cada hospital según los recursos que tenga.

En el CBC se eliminó la promoción directa (algo similar pasó en el primer cuatrimestre en Filo) y también se redujeron las mesas de finales. Este combo, junto con el colapso de UBA XXI provocó una enorme deserción y que miles de estudiantes no puedan ingresar a las carreras ya que el rectorado también eliminó el ingreso condicional (poder ingresar debiendo algún final) del CBC a las carreras.

¿Quiénes son los responsables de esta situación?

Muchas veces suele decirse que los problemas de nuestra Universidad están vinculados a la inoperancia de las autoridades. Si bien algo de cierto hay, tantos problemas no pueden ser simplemente “errores”, sino que ponen arriba de la mesa cuestiones de fondo.

En este sentido, ni el gobierno nacional ni las camarillas de la UBA (radicales, macristas, pejotistas y kirchneristas) han garantizado la cursada porque lo que prima es una política de ajuste y recorte contra la universidad. El oficialismo con el aval de la oposición no votó ningún presupuesto para el año 2020 lo cual repercutió en que tampoco se votase un presupuesto para las universidades.

La UBA, por lo tanto, simplemente extendió el presupuesto ya votado el año anterior, ignorando que hubo una inflación cercana al 50%. El presupuesto del 2021 además representa un ajuste ya que recorta un 12% en términos reales ya que estima una inflación muy por debajo de la prevista.

No decimos ninguna novedad cuando afirmamos que sin presupuesto no puede funcionar la universidad. Para entender los números del ajuste es necesario ver de dónde venimos. El año pasado el conjunto de las universidades nacionales recibían mensualmente 852 millones de pesos, mientras que este año, con una inflación del 37% en 2021 y 54% en 2020, el Rectorado de la UBA votó en el Consejo Superior un aumento de solamente 57 millones más para todo el año más algunas partidas presupuestarias menores “para la vuelta a la presencialidad”.

Hablamos de un ajuste con todas las letras. Además, prorrogó el presupuesto estableciendo que este aumento solo se puede destinar a garantizar los protocolos presenciales, mientras tanto la virtualidad que se mantendrá en la enorme mayoría de la universidad no cuenta con un presupuesto acorde para su funcionamiento.

El presupuesto además destinado a los protocolos presenciales es insuficiente, como se ha demostrado en el caso de Medicina donde pese al protocolo aprobado muchos hospitales ya han dicho que no pueden implementarlo. Situaciones similares se viven en Exactas, Veterinaria o Farmacia que cuentan con protocolos inadecuados ya que no contemplan cuestiones básicas como garantizar el transporte de estudiantes y docentes.

En un contexto más general de la educación universitaria se ha anunciado también una futura nueva Ley de Educación Superior. Esta ley va a reforzar los lineamientos privatistas y precarizadores de la ley menemista que se apoyan en lo que se conoce como el Plan Boloña (que estableció en toda Europa carreras cortas con posgrados pagos). Ya comenzamos a verlo en la UBA, con la aprobación reciente del título intermedio en la carrera de Ciencias Ambientales de la Facultad de Agronomía. La otra cara del recorte del presupuesto es el desguace de las carreras. Todos los bloques políticos están comprometidos.

¿Qué hacen la FUBA y los centros ante esto?

La Federación Universitaria de Buenos Aires que es dirigida por Nuevo Espacio/Franja Morada (UCR), la UES (PJ) y la Nuevo Derecho (PS) funciona como una oficina mas del Rectorado desde que la Izquierda perdió la conducción de la federación en 2019. Su compromiso con la gestión es tal que son los primeros impulsores en FMed de la precarización que sufren lxs estudiantes en el convenio entre la UBA y el Plan Detectar sin denunciar las míseras condiciones de trabajo.

En Psico el EDI (Nuevo Espacio) no movió un pelo ante la falta de cupos, lxs estudiantes se tuvieron que organizar de manera independiente en una asamblea autoconvocada que conquistó una prórroga en la inscripción a las materias. El Impulso (K), lejos de denunciar el ajuste, solo denunció la falta de organización. En Derecho, ni la Franja ni el kirchnerismo levantaron el planteo de ampliación de comisiones avalando con su silencio el recorte que se viene sufriendo hace años.

En Filo, el CEFYL dirigido por La Cámpora dejó pasar durante el año la eliminación de la promoción directa y de dos instancias de finales sin convocar una sola acción de lucha contra la gestión que es de su mismo signo político.

La FUBA y Nuevo Espacio han tenido la política de atacar al movimiento estudiantil que se organiza como lo demuestra la reciente pelea del ingreso condicional del CBC donde de manera cobarde advirtieron a lxs estudiantes que no se organicen con El Frente (la agrupación de la UJS-PO en Ciencias Médicas). Ante el reclamo del ingreso condicional por el contrario hicieron un silencio cómplice a las autoridades.

Sobre este último reclamo es necesario destacar el papel del kirchnerismo que recién un mes después (¡!) presentaron un proyecto en el Consejo Superior y se negaron en todo momento a movilizarse o impulsar acciones de lucha virtuales siquiera.

El motivo por el cual ni el radicalismo ni el kirchnerismo estudiantil pueden ser un canal de expresión de los reclamos se sencillo: no se puede estar de ambos lados del mostrador.

Son las gestiones de estos signos políticos quienes administran el ajuste que baja del ejecutivo nacional y nada pueden hacer sin denunciar esta situación. En 2019 habían ganado la mayoría de los centros de estudiantes estas corrientes con la premisa de que podían gestionar mejor los mismos, sin embargo poco más de un año después se cae la mentira de los “centros de gestión” por el brutal ajuste que se vive y del cual son responsables políticos.

Las perspectivas del movimiento estudiantil

Pese a las direcciones del movimiento estudiantil este se organizó de forma independiente como dijimos arriba. En Psico hubo asambleas autoconvocadas frente al problema de los cupos, en Odonto las pibas se organizaron frente a los casos de acoso y abuso en la facultad frente el silencio cómplice del AFO (Nuevo Espacio) y en Filo se organizaron de forma independiente lxs graduadxs sin papeles frente a la inacción del CEFYL. En Sociales la UES frente a un problema similar al de lxs graduadxs de Filo puso como única responsable a Mera lavándole la cara la responsabilidad al Rectorado con el cual comparte bloque político.

Desde la UJS nos colocamos codo a codo con el movimiento estudiantil independiente y a la cabeza se colocaron los Centros de Farmacia y Veterinaria, que por ejemplo fueron los únicos en movilizarse en defensa del ingreso condicional de lxs estudiantes del CBC. En Psico el EPA (UJS + independientes) se puso a la cabeza de las asambleas y movilizaciones autoconvocadas y en Fmed lxs compañerxs del Frente juntaron más de 600 firmas por el levantamiento de las correlatividades que le está impidiendo a miles de estudiantes avanzar en su cursada.

El CEV funcionó durante todo este tiempo como el canal para organizar los reclamos de lxs estudiantes con reuniones abiertas y distintas acciones ante los más diversos problemas (protocolo de prácticas presenciales y finales virtuales, flexibilización de correlatividades, etc.). El CEFYB por su parte se puso a la cabeza de las peleas por la habilitación de los pases y simultaneidades, la promocionalidad de las materias y el protocolo de prácticas presenciales.

Esta afirmación no es un acto autoproclamatorio, es la demostración de que solo la independencia política de las camarillas es el camino que nos va a permitir pelear por el conjunto de nuestros reclamos. En 2019, muchas de estas fuerzas se vendieron como como efectivas para “centros de estudiantes de gestión” que “dialogando” con las autoridades logren mejores beneficios para les estudiantes. Esta perspectiva fracasó en poco tiempo: en la medida en que lo que prima es el ajuste, las gestiones adaptan sus facultades a la miseria presupuestaria y los centros de estudiantes adictos quedan atados de pies y manos.

Para ello debemos levantar junto a todas las organizaciones independientes y el movimiento estudiantil un programa de fondo con miras en la democratización de la universidad.

Aumento presupuestario de emergencia acorde a la inflación para garantizar todos los insumos para la cursada virtual y los protocolos presenciales.

Acondicionamiento de todos los campos virtuales y plataformas de la universidad.

Eliminación de cupos en todas las facultades. Que se amplíen las comisiones y se contraten nuevos docentes.

Derogación de la LES menemista. Ninguna privatización encubierta de la universidad.

Ingreso condicional del CBC. Basta de correlatividad en bloque.

Aumento para lxs docentes. Salario para los ad-honorem. Que se respete el CCT.