Universidad
21/3/2025
Sociales UBA: prendamos la mecha, retomemos la rebelión universitaria
De cara a un 2025 de lucha para que Milei se vaya.
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Corresponsal.
Inician las clases en FSOC y nos encuentran en un escenario marcado por la acentuación de la crisis política del gobierno. La represión feroz del miércoles 12/03 en el Congreso indica que, tanto Milei como su represora de cabecera Bullrich, toman nota de que -más allá que las centrales sindicales estén operando de manera comprometida para que la bronca popular no se exprese de manera unificada, con mayor masividad y potencia-, hay convocatorias emergentes que logran masividad y un cuestionamiento fuerte a la política y discursiva del gobierno. Es el caso de la marcha antifascista convocada por el movimiento LGBT+ (1/02), que logró convertirse en una marcha contra el gobierno por la confluencia de numerosos sectores y reclamos (sindicatos, centros de estudiantes, partidos políticos), o mismo el caso de las enormes marchas educativas del año pasado. También lo fue la marcha del miércoles, en la que mediante la convocatoria de hinchas de todos los clubes en defensa de los jubilados, la población trabajadora encontró un nuevo canal para enfrentar al gobierno.
En 2025 se aceleró el agotamiento del relato del gobierno: mientras a fines de 2024 se balanceaba un posible triunfo del gobierno -tomando como presunta victoria la contención del tipo de cambio y la inflación estable-, el escenario socioeconómico (marcado por la crisis de reservas, las presiones devaluatorias, el aumento de la carestía, etc.) y el escándalo de la estafa cripto pusieron entre cuerdas al núcleo duro del gobierno, siendo Karina Milei la principal involucrada. En ese marco, el acuerdo con el FMI es un rescate del imperialismo a un gobierno en bancarrota.
En resumen, tenemos un gobierno que comienza a ser sumamente cuestionado y un conflicto evidentemente abierto en todos los frentes, pero en uno en particular: la educación. Desde la UJS, creemos que el desafío que se nos presenta es que el movimiento estudiantil, en la lucha por sus reclamos en defensa del presupuesto universitario y el salario docente, sea un aporte para que se vaya este gobierno de ajustadores, estafadores y represores.
Es Milei o la Universidad
El conflicto universitario abre un nuevo capítulo con este inicio de cuatrimestre ya que los problemas fundamentales con respecto a la inversión en las universidades no están resueltos. Por el contrario, se profundizan mes a mes: de diciembre 2023 a diciembre 2024 la caída salarial es del 60%. Se suman -1,9% solo de enero y febrero de este año. Por el lado del presupuesto, el mismo sigue congelado desde hace 2 años. Casi 3000 -2696- despidos en ciencia y tecnología de enero a septiembre de 2024 y una caída en la inversión del Estado en CyT del 32,9%. El gobierno está determinado en sostener un plan de guerra contra la educación pública y la investigación, les estudiantes, docentes y no docentes tenemos que dar respuesta a la altura de las circunstancias.
Una conclusión necesaria para encarar un año de lucha educativa es balancear el rol de las autoridades universitarias: las mismas bloquearon o fogonearon el movimiento según su conveniencia. Primero se encargaron de masivizar las convocatorias mientras medían la relación de fuerzas con el gobierno durante la negociación de la Ley Bases. Sin embargo, apenas pudieron acordar aumentos irrisorios de una porción sumamente minoritaria de los fondos necesarios o aumentos salariales de emergencia muy lejanos a recomponer la pérdida del poder adquisitivo de lxs trabajadorxs de la Universidad; se encargaron de bloquear las tomas, e intentaron canalizar ellos mismos un plan de lucha monitoreado, en conjunto con los sindicatos y centros de estudiantes afines a ellos, para imponer un impasse a la rebelión universitaria.
En todo momento, las autoridades mostraron una mayor disposición a negociar que a pelear a fondo por lo que correspondía, y esa línea de acuerdos por arriba, sostenida por todos los sectores que conforman “la oposición a Milei” (radicales y peronistas sin distinción), explica que hoy la Universidad siga en peligro. Los pactos entre ellos fueron solo para defender sus cajas y propios intereses, no para garantizar la necesaria recomposición salarial, condiciones de trabajo y cursada dignas para sus trabajadorxs y estudiantes. En la medida en que no quieran luchar, profundizarán una política de recursos propios y de mercantilización de las carreras, recortando contenido en reformas de estudio que se traducirá en posgrados pagos, diplomaturas, reduciendo las competencias de los títulos de grado -y, por lo tanto, gratuitos-.
En Sociales, la gestión de Ana Arias en febrero del año pasado inauguró -una vez más- el autoajuste recortando el kit escolar para los trabajadores no docentes. Luego, se dedicó a boicotear los paros de los no docentes, forzando la apertura de la facultad. Ni hablar de los puestos de docentes ad honorem que hace 20 años que se niegan a nombrar. Para que la Universidad deje de estar en peligro hay que dar una lucha a fondo y eso es lo que las autoridades no están dispuestas a acompañar, sino todo lo contrario: se encargaron de boicotear, en conjunto con las agrupaciones que son afines a ellas, el proceso de lucha que escalaba con el veto a la Ley de Financiamiento Universitario y las tomas de las facultades que se extendieron rápidamente a nivel nacional.
La 15 en el CECSo, una primera experiencia y conclusiones claves
La cooptación de las herramientas gremiales por los sectores que colaboran con Milei, es decir el peronismo y el radicalismo, dañan profundamente al movimiento popular. En la política sindical lo vemos reflejado en la CGT y las CTA, y esto se replica a nivel universitario no solo con el rectorado radical y peronista, sino con los centros de estudiantes afines políticamente a ellos.
En octubre del año pasado, los manejos burocráticos durante la primera etapa de la rebelión universitaria le costaron a la UES la conducción del CECSo, que pasó a las manos de la 15.
Tras un cuatrimestre de experiencia de lucha con la nueva gestión, ya se pueden identificar sus limitaciones: desde el inicio, La Cámpora imprimió una línea derechista de “no patalear”, mientras la Mella y la Emergente -caracterizadas por intentar sostener un perfil más luchista- se encontraban acorraladas por un movimiento que despertaba y se radicalizaba, y la derechización inminente del propio frente político (La Cámpora y Acción x Sociales). De esta misma derechización es de la que ellos mismos son parte: hace no tanto, Juan Grabois invitó a hacer un frente anti Milei incluyendo a Carrió, Lousteau o Stolbizer, así como ya se integró en las listas del PJ jujeño de Rubén Rivarola quien recordemos, apoyó la reforma constitucional de Morales (que pasó a costa de una verdadera pueblada y feroz represión al pueblo jujeño). La descomposición es total y se lleva puesta a quienes se autodeterminaban de la “izquierda popular”: el Frente Patria Grande se unifica en territorio y universidades, el caso más reciente es el de la disolución de la Emergente, absorbida por la Mella. La unificación por derecha de ambos sectores implica un salto en calidad en su integración al régimen universitario, buscando fortalecer su bloque a la hora de negociar su papel en las gestiones universitarias.
Con esa impronta operaron durante todo el segundo cuatrimestre. Se ocuparon con éxito de frenar el proceso de lucha y evitar que el movimiento se desarrolle, votando sin participar de las actividades no convocadas por las autoridades -como la interfacultades-, votaron tomas cortas y levantaron la toma de facto -principal medida de lucha que había de vuelta puesto al conflicto universitario en agenda-, cerrando el proceso de lucha en una asamblea interclaustro vaciada de estudiantes y regimentada: por ejemplo, aclararon explícitamente que no podía discutirse ni votarse la toma estudiantil. Al momento de desarrollar la lucha por los intereses del estudiantado, boicotean la lucha según las indicaciones de la gestión de FSOC.
La principal oposición electoral a la 15, la UES, muestra un debilitamiento en este inicio de cuatrimestre ya que gran parte de su política de centro de estudiantes despolitizado y de servicios -al estilo Nuevo Espacio- se ve frustrada en la medida en que pierden la representación para gestionarlo. El terreno de debate entre la 15 y la UES es la pelea entre camarillas de las autoridades universitarias, lo cual quedó demostrado en su actuación unitaria para levantar las tomas en todas las facultades, siguiendo la política del rectorado peronista y radical. Es momento de plantear una superación de las agrupaciones de las autoridades por izquierda: ir a fondo junto a nuestrxs compañerxs docentes y no docentes contra la política de desmantelamiento de la educación pública del gobierno, pero también de autoajuste y contención que pretende la gestión.
Retomemos la rebelión universitaria
Luego de esta primera experiencia de lucha para generaciones enteras de estudiantes que están recién experimentando los primeros pasos de la recomposición del movimiento estudiantil, toca elevar el debate sobre cómo desenvolver una pelea a fondo contra el gobierno como primer enemigo, pero también superando las trabas de sus aliados y colaboradores políticos a la anterior.
El camino para que lxs estudiantes defendamos nuestra educación es que intervengamos de manera independiente y dando una lucha a fondo por cada reclamo. El rol de la izquierda no solo es trazar un horizonte político estratégico que coloque la lucha contra el gobierno como objetivo esencial, sino también la necesaria denuncia, presión y superación de las conducciones burocráticas en el proceso de lucha. Desde la UJS invitamos a todas las agrupaciones del campo político independiente a ir a un plan de acción de conjunto con esta perspectiva, interviniendo a la altura y con la madurez de los desafíos impuestos.
Este inicio de clases nos encontrará luchando nuevamente por una asamblea urgente para discutir un plan de lucha frente al cuadro represivo, en vísperas de un nuevo 24 de marzo, y con la pretensión de retomar la rebelión universitaria facultad por facultad, hacia una huelga educativa para echar a este gobierno. Prendamos la mecha. Fuera Milei, Bullrich y todos los represores, ajustadores y corruptos de este gobierno.
