Universidad
28/10/2024
UBA: operativo antitoma en Sociales
La 15 y las autoridades preparan el cierre de la lucha educativa. Superemos los límites para derrotar a Milei.
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Asamblea en Sociales.
El alza del movimiento estudiantil y su potencialidad son innegables. La reafirmación del veto a la ley de financiamiento universitario pareció ser una derrota parcial, pero terminó convirtiéndose en la chispa de una lucha que viene en ascenso y radicalizándose, lo que se vio en la toma masiva de las facultades a lo largo y ancho del país. Esto, ya de por sí histórico, cobra una mayor relevancia en un cuadro donde el gobierno avanza contra las condiciones de vida de los trabajadores con una nueva tanda de despidos, tarifazos y reducción de los salarios. Mientras las burocracias sindicales de la CGT y la CTA colaboran con Milei, los estudiantes mostramos que luchando se puede ganar.
Sin embargo, esta no parece ser la idea de la burocracia de los sindicatos docentes y no docentes. Las federaciones ya quieren desactivar la lucha universitaria cerrando un acuerdo miserable para las categorías más bajas de no docentes, y otorgando una “garantía salarial” a los docentes, dándole pie al gobierno para presentar un supuesto acuerdo con sectores de la UBA y el cierre del conflicto. Pero no solo se trata de las autoridades y las burocracias sindicales, sino también de las estudiantiles. En ese sentido, las conducciones de los centros de estudiantes no se quedan atrás, y no hablamos solo de la Fuba reformista sino de la propia conducción del CECSo (la 15 + Acción x Sociales).
Cambio de conducción, mismos manejos burocráticos
A menos de un mes de la primera toma, la 15 viene maniobrando para bajar la espuma desde un primer momento. La semana pasada no solo reprogramó una asamblea unilateralmente el mismo día y a la misma hora en que estaba convocada, sino que en la asamblea del jueves defendió hasta último momento que Sociales se tomara solamente el fin de semana (una no-toma) y no poner fecha para una próxima asamblea. En este sentido, la maniobra es clara: buscaron desactivar la toma sin tener el costo político de votar en contra de la medida de lucha. De manual. Además, se votó la participación del CECSo en la interfacultades de este sábado, para que después el kirchnerismo en su conjunto la vaciara.
Si hacemos un racconto desde la segunda marcha universitaria, la conducción ya trató de no convocar una asamblea por dos semanas (incluso sabiendo que Milei iba a vetar el aumento tan solo dos días después), rompió el control estudiantil en la toma permitiendo pasar a las autoridades y también evitó -boicoteó- que se voten las mociones del resto de los sectores políticos y de estudiantes independientes en la asamblea siguiente. Todas estas trabas no solo dilatan sino que desgastan al estudiantado que viene de pronunciarse en las elecciones contra estos manejos burocráticos y la inacción de la UES.
Podría parecer una casualidad si los bloques políticos a los que responden no estuvieran operando de la misma forma. No es el caso: la gestión de Ana Arias dijo que hay que “administrar las energías” y “nos vemos en febrero” (!). Una próxima maniobra para descomprimir las medidas de lucha. Así funciona el operativo anti-tomas; la gestión y la conducción del CECSO se ven obligadas a posar de combativas frente a un escenario de radicalización del movimiento.
La pregunta es si la 15 está dispuesta a pagar el costo político del bloqueo a la acción estudiantil, como le pasó a la anterior conducción del CECSo, que seguro es más caro para la Mella y la Emergente que para la Cámpora -que está más preocupada por la campaña electoral del 2025 que por el destino de la universidad pública (siguiendo las indicaciones de Máximo Kirchner). ¿Cuánto tiempo la militancia honesta de estos espacios estará dispuesta a “habitar las contradicciones”? Una vez más se demuestra en la intervención concreta que no hay autoridades progresivas y que el costo que paga el movimiento estudiantil con la integración del centro de estudiantes sea a las autoridades de la facultad -peronismo- o al rectorado de la universidad -radicalismo- es altísimo. Ellos dirimen cómo llegan a las próximas elecciones nacionales, el movimiento estudiantil necesita centros de estudiantes a la altura de la historia.
Superemos estos límites para seguir haciendo historia
Mientras las burocracias sindicales de Fatun y Fedun, las autoridades radicales y peronistas de la universidad, y los centros de estudiantes afines boicotean las tomas y preparan el terreno para levantar la lucha educativa, el desafío del movimiento estudiantil es impulsar y profundizar la pelea. Quienes quieren “dejar de patalear” hoy son el límite que hay que sortear en el marco de la rebelión universitaria para llevar la lucha hasta el final.
El salto en las medidas de toma estas últimas semanas demostró un principio de superación del control de las autoridades sobre el conflicto. Por eso hoy se busca aplacarlo, quieren poder continuar utilizando el reclamo de la comunidad educativa para sus propias negociaciones parlamentarias con el gobierno frente al tratado del Presupuesto 2025. Así pasó el cuatrimestre pasado, luego de la masiva marcha educativa del 23 de abril; y acá estamos, a mediados del segundo cuatrimestre, con nuestros docentes y no docentes bajo la línea de pobreza, un recorte fenomenal sobre de becas y programas y con la universidad pública nuevamente puesta en jaque.
Pero hay un movimiento estudiantil que atraviesa una experiencia y saca conclusiones. El desafío es promover su intervención independiente y fortalecer los espacios de debate y acción para reforzar el plan de lucha. Llamamos a la izquierda a abandonar las peleas faccionales y abocarse en lo que importa: intervenir por el desarrollo del movimiento conquistar todos los reclamos, para abrirle paso a las luchas populares que florecen en todo el país. Solo así vamos a derrotar a Milei. La defensa de la educación pública está en nuestras manos, sigamos haciendo historia.