Universidad

17/10/2025

Una reforma del Estatuto UNA y plataforma de gobierno a la medida de Milei

UNA.

La Rectora Sandra Torlucci (Cámpora) viene de recorrer las sedes de la UNA para presentar la reforma del estatuto de la Universidad, como plataforma de gobierno de cara a su postulación para su tercer mandato como rectora. Así, la asamblea universitaria del 5 de noviembre no solo la votaría a ella sino también a su reforma estatutaria.

El estatuto es la norma que rige la vida institucional de la universidad. Es atribución de la asamblea universitaria dictar y modificar el estatuto, que establece el gobierno de la universidad, cómo se financia, las atribuciones de las autoridades, entre otras cosas. 

Esta modificación que se plantea ahora, lejos de buscar mejorar las condiciones de cursada, a lo que apunta es a generar las condiciones para aplicar el programa del tercer mandato de Torlucci: garantizar una burocracia afín, un mejor reparto de las cajas de la universidad, avanzar en las reformas privatistas, y finalmente intervenir las herramientas de organización estudiantiles. Un gobierno universitario a la medida de la motosierra de Milei y el FMI.

Piedra libre para privatizar

Torlucci participa, junto al resto de rectores de universidades nacionales, del Consejo Interuniversitario nacional (CIN) como la rectora de la UNA que ha acompañado los ajustes presupuestarios y las reformas de la universidad bajo todos los anteriores gobiernos. Uno de los puntos clave de la reforma que se plantea para la UNA es la implementación (anunciada por el Ministerio de Capital Humano de Milei) del Sacau, el sistema de créditos universitarios que se aprobó en 2023 bajo el gobierno del Alberto y Cristina. Este sistema establece un nuevo sistema de acreditación: a partir de ahora los trayectos universitarios se medirían mediante los “créditos de referencia del estudiante” (CRE), que equivalen a un mínimo de 25-30 horas semanales que el estudiante dedicaría al estudio. Así, el foco deja de ser la cursada, y pasa a ser la acumulación de créditos, que pueden también acreditarse mediante seminarios, pasantías, etc.

A su vez, de la mano de los créditos, viene la “estandarización” de nuestras carreras, que es una forma de decir que se van a recortar los contenidos y materias específicas, para dejar cursadas fácilmente intercambiables entre universidades (públicas y privadas), y así desvalorizar nuestros títulos. Los contenidos recortados vamos a tener que buscarlos, por supuesto, en las diplomaturas, tecnicaturas, cursos de extensión y posgrados, todos pagos, que proliferaron en el último tiempo en la UNA bajo la dirección de Torlucci. Cuando decimos que se avanza en una privatización, queremos advertir este proceso, que sucede por abajo, y que lleva a que cada vez más contenido que antes era gratuito, ahora haya que pagarlo. Hay que pagar para ejercer, luego de haber estudiado años una carrera. Y nos lo quieren vender como algo progresivo a la “autonomía” del estudiante.

Desde su última reelección en 2021, las autoridades avanzaron mucho más, en un laboratorio forzado de modificaciones sobre el régimen de cursada, las horas y los contenidos mientras se pulverizaron nuestras condiciones materiales para acceder a la educación. Les estudiantes tuvimos que dar una lucha directa contra ellos para defender nuestra continuidad en la cursada como sucedió en visuales, en donde la virtualización y filtros creciente bochan a estudiantes todos los años.

Lo que viene en este aspecto, entonces, es un salto en el arancelamiento y degradación de la Universidad, una continuidad con la reforma de los planes de estudio que reclaman por organismos internacionales como el Banco Mundial y FMI, dirigido a someter nuestra formación. Es bajo esta orientación general que hay que analizar el resto de la reforma.

Áreas y departamentos

Otro aspecto anunciado de la reforma es la creación de nuevos departamentos y áreas. Hoy hay 6 departamentos de Folklore, Artes Audiovisuales, Artes Musicales y Sonoras, Artes Visuales, Artes Dramáticas, Artes del Movimiento, y tres Áreas “trans departamentales” (Crítica de Artes, Formación Docente y Artes Multimediales). La reforma propuesta pretende convertir en departamentos las áreas que no lo son, lo cual es algo que se reclama históricamente. ¿Por qué la rectora habilita ahora y no antes este debate? Porque se logró garantizar que estos nuevos departamentos tengan funcionarios (decanos, secretarías) afines políticamente a ella. 

No estamos hablando de una reforma basada en una ampliación del presupuesto, que como sabemos sigue congelado en tanto no se aplica la ley de financiamiento aprobada gracias a la lucha. Si fuera así, deberíamos discutir, por ejemplo, becas, nuevas cátedras o insumos para la cursada. Tampoco hablemos de edificios nuevos, ya que los propios departamentos no los tienen (se viene el tercer mandato de Torlucci y les estudiantes de movimiento siguen sin su edificio). Es un salto en la estructuración de camarillas afines a su gobierno

Otro tanto ocurre con las áreas de ambiente y género, presentadas como zanahorias de la reforma. Esta propuesta debe ser tomada como de quien viene: la rectora Sandra Torlucci, es de la misma fuerza política que gobernó de la mano de Alberto Fernández (a quién llevó a una especie de inauguración trucha del edificio de movimiento), impulsando un ministerio de género de cartón que sólo sirvió para apropiarse de nuestras banderas para desactivar la organización desde abajo, de la ola verde que conquistó el aborto legal. También para garantizar un sueldo a las funcionarias propias. Estas áreas representan eso a escala de nuestra universidad.

Defendamos la organización independiente de les estudiantes

Esta modificación del estatuto pretende allanar el camino a las reformas y el ajuste que se vienen con la reelección de Torlucci. Por esto mismo, uno de los aspectos más nefastos que la rectora trajo a los diferentes departamentos fue el interés en avanzar en una intervención directa sobre nuestras herramientas de organización: exigir la personería jurídica de los centros de estudiantes. Esto, que se presenta como “un reconocimiento” traslada la autonomía de organización estudiantil, a la órbita de las autoridades y el gobierno, que podrían intervenir más directamente (acusando “irregularidades”) en sus elecciones, estatutos, y funcionamiento. También podría judicializar nuestras herramientas gremiales en caso de asambleas, cortes, tomas o marchas: nuestros históricos métodos para luchar por lo nuestro, con los cuales logramos defender la universidad todos estos años. Torlucci no sólo quiere allanar el camino a sus reformas, sino también a la motosierra de Milei.

Esto se completa con las posiciones tomadas por las agrupaciones estudiantiles afines a las autoridades universitarias. En el caso de Estetika, la agrupación de La Cámpora, simplemente se dedicó a plantear que se venía la discusión y que estaba bueno porque en el pasado se quería modificar el estatuto y no se logró. Fin, pura amplificación de la voz de Torlucci. 

En el caso de la Mella-Patria Grande y Tu Eterno Chicharrón (ex Nuevo Encuentro), también agrupaciones kirchneristas y alineadas, pero que pretenden mantener cierta distancia del camporismo, han tenido una posición acaso peor: legitiman la reforma del estatuto planteándola como una oportunidad para conseguir logros estudiantiles. “Cambiar la realidad desde adentro” es lo que nos proponen estas agrupaciones, proponiendo incorporar en un estatuto cosas como “que la universidad garantice becas” o frases referidas al boleto estudiantil (que el gobierno de CABA pelea para no dar a las universidades) para lavarle la cara a las autoridades y la asamblea universitaria de Torlucci. Esto es un engaño a los estudiantes que viven en carne propia el ajuste de las autoridades y los gobiernos. Estas agrupaciones aspiran a incorporarse o disputar las áreas de gestión y tironear la ajustada caja, en vez de plantarse y organizar a les estudiantes para luchar por su cursada y el presupuesto. Por eso van a votar la reelección y el nuevo estatuto.

Desde la UJS ,los centros de estudiantes y representantes estudiantiles que se mantienen independientes de las autoridades (Movimiento, Visuales), somos categóricos: no es en esta asamblea universitaria que se prepara para elegir por tercera vez a una ajustadora serial como rectora, y que hace modificaciones al tono de su plataforma de gobierno y no de las necesidades estudiantiles y docentes y no-docentes, en donde vamos a conquistar nuestras reivindicaciones. No sólo porque la “asamblea” universitaria es un puñado de consejeros y funcionarios, en donde les estudiantes estamos sub-representados. Sino porque las becas, el boleto estudiantil, los edificios, las franjas horarias, las comisiones, los arreglos edilicios, los insumos de cursada. Todas esas reivindicaciones las vamos a conseguir con la organización desde abajo, y la lucha independiente

Con esta perspectiva, queremos poner en discusión desde las presidencias de Ceavi - Cedam  y las representaciones estudiantiles hacia el resto de sectores que se ubican en el campo de la independencia política, y convocar a cada estudiante a debatir, advertir lo que está sucediendo y organizarnos por la Universidad que queremos y necesitamos.

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