Sergio Massa informó que firmó otro crédito con el BID, por 350 millones de dólares, con el pretexto de “fortalecer la agenda climática”. Es plata que se va a ir en pagos de deuda externa y financiar la corrida cambiaria para contener a los dólares paralelos, en medio de una grave crisis de las reservas del Banco Central, mientras profundizan la depredación ambiental y el saqueo de las riquezas naturales. Nada sustentable, ni para el clima ni para la economía nacional.

El préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo se concreta justo cuando el gobierno se encuentra pagando un vencimiento con el FMI por 1.900 millones de dólares, agravando el rojo del BCRA, mientras siguen empantanadas las gestiones para rogarle al Fondo que adelante los desembolsos y evitar una devaluación brusca antes de las elecciones. Es por eso un endeudamiento parasitario, de nula inversión productiva, pero que nos deja una hipoteca en moneda dura: solo en los últimos tres meses ya nos endeudaron con el BID por 550 millones de dólares.

Según Massa, este nueva línea de crédito “nos permitirá fortalecer la planificación de políticas que contribuyan a la sostenibilidad, a la descarbonización y a la economía circular”. Lo dice después de haber premiado a los agronegocios con un tipo de cambio especial luego de catastróficas quemas de humedales y cuando proliferan estudios sobre la dañina contaminación con agrotóxicos, y al mismo tiempo que pone todas las fichas en el fracking de Vaca Muerta.

Pero, además, en el discurso oficial lo principal de la “agenda climática” es la explotación del litio por multinacionales mineras y automotrices. Este es, de hecho, el interés común que lo une al represor del pueblo jujeño, Gerardo Morales. Recordemos que el propio Wado de Pedro compartió comitiva hacia Estados Unidos con el dictador de Jujuy para promocionar la explotación de los salares del norte, de la mano del embajador yanqui Marc Stanley; y fue apenas un mes después de una gira en que Massa se reunió con ejecutivos de la norteamericana Livent, conocida por exportar el litio de Catamarca declarando precios muy por debajo de los reales para evadir al fisco y fugar las divisas.

Todo ese esquema, de beneficios impositivos y ventajas cambiarias para grandes petroleras y mineras, tiene como único destino el mismo que los dólares del BID: pagarle al Fondo y a los bonistas. Entre ellos, acumulan vencimientos por 5.000 millones de dólares antes de las Paso. Esas son las prioridades del gobierno peronista, mientras proliferan los reclamos salariales -como los de la docencia en todo el país- y las movilizaciones de comunidades y organizaciones socioambientales en defensa del agua y de sus tierras.

La lucha contra la depredación ambiental es una pelea contra los gobiernos capitalistas y el saqueo que implica el pago de una deuda externa fraudulenta y usuraria. Desarrollemos a la izquierda que se planta como alternativa política para que gobiernen los trabajadores.

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