El gobierno nacional redobló en las últimas semanas su discurso “verde”. Como había hecho al participar de la Cumbre Mundial de Líderes sobre Cambio Climático convocada por el presidente estadounidense Joe Biden, ahora aprovecharon la reunión del G20 para volver a pedir crédito internacional con el supuesto objetivo de financiar una “transición hacia una economía sustentable”. Lo cierto es que buscan dólares para cumplir con los vencimiento con el FMI. Es precisamente para honrar el pago de la deuda externa que se impulsan en todo el país grandes emprendimientos contaminantes de las mineras, las petroleras y los agronegocios. Contra ello, se realizarán el viernes 16 movilizaciones en distintos puntos a lo largo y ancho de la Argentina.

Es lo que se puede apreciar en la carta que se dio a conocer enviada por Biden a Alberto Fernández luego de su participación en la cumbre, en la que asegura que “juntos logramos promover un compromiso a nivel mundial para elevar nuestras metas en lo que respecta al clima, al mismo tiempo que resaltamos las oportunidades económicas disponibles para aquellas naciones que están dando un paso adelante en pos de cumplir este desafío”. Estas “oportunidades económicas” son en realidad una profundización del sometimiento al imperialismo, que está en la raíz de la depredación por la entrega de los bienes naturales como moneda de cambio al capital internacional.

Lo demostró el intento de habilitar la explotación petrolera el Mar Argentino frente a Mar del Plata a las multinacionales Shell y Equinor, con la participación de YPF. La audiencia pública realizada semanas atrás para considerar el impacto ambiental de la exploración sísmica contó con pronunciamientos de científicos, estudiantes, docentes y trabajadores y deportistas del mar, junto a activistas ambientales, que manifestaron su rechazo.

La masiva oposición popular al proyecto petrolero off shore fue un traspié para el gobierno, que obligó al propio ministro de Ambiente a reposicionarse llamando a “repensar el modelo productivo”. La pose de “policía bueno” de Juan Cabandié volvió a quedar en off side la misma semana, cuando se filtró la información de que el gobierno nacional busca sellar finalmente el acuerdo porcino con China, desconociendo la movilización que en todo el país lo rechazó por los altos costos ambientales y sanitarios que ocasiona en todo el mundo la cría industrial de cerdos.

Para despejar duda de que no se trata de casos aislados sino de toda una orientación de Estado, que involucra desde ya a la oposición derechista de Cambiemos, el gobierno mendocino de Rodolfo Suárez manipulo  la audiencia pública convocada para habilitar el fracking en Tupungato, intentando proscribir a los cientos de activistas que se anotaron para exponer sobre el impacto del proyecto. Ante el escándalo y los reclamos que suscitó, tuvo que posponer la realización de la misma hasta el viernes. Reaviva lo sucedido con el intento de modificación de la ley 7722 para instalar la megaminería con cianuro en la provincia, acordada por la UCR y el PJ, finalmente derrotado por una extraordinaria movilización popular que conmovió a todo Mendoza.

Como en aquel momento, queda una vez más de manifiesto que estas peleas se ganan en las calles. Así lo entendió el movimiento ambiental que frenó hasta el momento la firma del acuerdo porcino, la zonificación minera en Chubut y la instalación ilegal de Agua Rica en Andalgalá, Catamarca. Fue también la presión popular la que conquistó la prohibición de las salmoneras en Tierra del Fuego. Es con esta perspectiva que la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones convoca para el viernes 16 a acciones de lucha en distintos puntos del país, con epicentro en CABA donde a las 16:00 se marchará desde el Ministerio de Ambiente a la Plaza de Mayo.

Salgamos a las calles contra la orientación fondomonetarista de depredación, hambre y saqueo del gobierno y la derecha. ¡Abajo el régimen de los depredadores del ambiente!