Ambiente

6/9/2022

Dólar soja: nuevos beneficios al capital agrario mientras arden los humedales

El gobierno sigue premiando a los agronegocios que depredan el ambiente y encarecen los alimentos.

Pagarán un dólar a $200 a los que liquiden soja.

El gobierno nacional anunció el Programa de Incremento Exportador, denominado como “dólar soja” porque implica que el agro va a poder liquidar sus exportaciones de soja y derivados a $200 por dólar durante septiembre. Este beneficio mejora el régimen cambiario especial de agosto, que fracasó rotundamente porque el capital agrario mantuvo la cosecha que tienen retenida para presionar por una devaluación en regla y la eliminación de las retenciones. Es un nuevo incentivo a los agronegocios que están devastando los humedales, como vemos en los catastróficos incendios en la islas del Delta del Paraná.

Este nuevo régimen además contempla ventajas impositivas en la compra de insumos para los productores que liquiden más del 85% de los granos acopiados. Los constantes beneficios que viene recibiendo el capital agrario tienen un objetivo muy concreto: recaudar dólares para cumplir las metas y pagos con el FMI. Las consecuencias son el encarecimiento de los precios de los alimentos, el crecimiento de la pobreza, el detrimento de los pequeños productores y un mayor ataque al ambiente y nuestras condiciones de vida.

Mientras el gobierno mejora el dólar soja, los humedales del Delta del Paraná siguen en llamas, cuando ya se quemaron más de 100.000 hectáreas. La presencia del humo, que afectó a Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, contenía contaminantes atmosféricos, que impactan sobre la salud de las personas y agravan el calentamiento global. Recordemos que a principios de año en Corrientes el fuego afectó el 60% de los Esteros del Iberá, uno de los humedales más grandes de América Latina, con pérdidas irreversibles de la biodiversidad de la región.

El capital agrario al que el Estado le va a comprar los dólares a mayor precios es el mismo que ejerce una fuerte presión para que no se apruebe la Ley de Humedales, cajoneada durante años por el oficialismo y la oposición. Tienen un objetivo muy concreto: aprovechar al máximo para habilitar nuevas áreas de explotación agrícola y ganadera, sobre la base de incendios y desplazamiento de comunidades.

De hecho, ahora el gobierno presentó a través del Ministerio de Ambiente un proyecto propio armado a la medida de los intereses sojeros, ya que implica un marcado retroceso respecto del dictamen que unificó catorce proyectos anteriores de todos los bloques y perdió estado parlamentario en diciembre de 2021. Entre ellos está incluido uno del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, que reunió en apoyo más de 600 mil firmas de la ciudadanía y la adhesión de unas 300 organizaciones socioambientales.

Los incentivos a los sojeros también significan más promoción al uso de agrotóxicos. Esto cuando investigadores de la Universidad Nacional de La Plata y el Conicet detectaron la presencia de plaguicidas, entre ellos glifosato, y otras sustancias tóxicas derivadas de la actividad agrícola en uno de los afluentes más importantes del Río Gualeguay, que a su vez desemboca en los humedales del Paraná.

Diversos estudios han demostrado que los pesticidas se encuentran presentes en la tierra, el aire, el agua, los alimentos e incluso en sangre. Las comunidades ven cotidianamente cómo se multiplican los casos de cáncer, los abortos espontáneos y los nacimientos con malformaciones. Recordemos que en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y humanos. Sin embargo, el gobierno a mitad de año habilitó la libre comercialización del trigo transgénico HB4, que utiliza agrotóxicos como el glufosinato de amonio, quince veces más dañino que el propio glifosato.

El DNU del “dólar soja” establece que el mayor ingreso por retenciones que supone esta medida irá a la creación de un “Fondo Incremento Exportador” destinado a financiar “una adecuada alimentación para las personas en situación de extrema vulnerabilidad”. La impostura es total, porque en un país donde la mitad de la población están debajo de la línea de la pobreza esta medida va a provocar un aumento en los precios internos de los alimentos por los mayores precios de la soja y va a generar más emisión monetaria que incentivará la inflación.

El cumplimiento de las metas con el FMI choca de manera directa con una orientación que tenga como norte la defensa de nuestras condiciones de vida y del ambiente. Por eso llamamos a les jóvenes, trabajadores, asambleas ambientales a organizarnos de manera independiente al Estado para luchar contra el hambre y la pobreza, por la Ley de Humedales, contra el envenenamiento de nuestra agua y comida, y para que apaguen el fuego ya.

Con esta perspectiva, te invitamos a sumarte al congreso nacional de la Unión de Juventudes por el Socialismo y la Juventud del Polo Obrero, donde vamos a discutir en una comisión de ciencia y ambiente cómo impulsamos la lucha por estos reclamos en nuestros lugares de estudio, trabajo y todos los barrios del país. ¡Sumate!