Ambiente

6/6/2022

Río Negro: extractivismo sin límites

Hidrógeno verde y megaminería, en medio de la crisis hídrica

La gobernadora Arabela Carreras y una agenda de depredación ambiental.

La gobernadora rionegrina Arabela Carreras viajó recientemente a Barcelona, como parte de la comitiva del gobierno nacional que se reunió con el presidente de Fortescue Future Industries en la Asamblea y Exposición Global del Hidrógeno Verde; y también a Israel en busca de ideas para la desalinización del agua, un proceso decisivo en el proyecto, y que deja en evidencia que el gobierno “provincialista” de Juntos Somos Río Negro no es oposición. Juntos visitaron además Estados Unidos y Alemania. Las visitas a estas potencias colocan a Río Negro como un patio trasero para el imperialismo y sus negociados, a costa de la depredación capitalista del ambiente.

El Hidrógeno verde: ¿qué es y para quién se produce?

El hidrógeno verde (también conocido como hidrógeno renovable, o e-Hydrogen) es un transportador de energía, y se produce gracias a un proceso de electrólisis del agua a partir de energías renovables, como la solar o la eólica. En Río Negro la australiana Fortescue instalaría una planta de desalinización de agua de mar en Sierra Grande, y otra de producción de amoníaco para el posterior traslado de ese combustible. En medio de la guerra y las sanciones a Rusia, potencias como Alemania y EE.UU. tienen interés este insumo, que se produciría en nuestro país para exportarse en su totalidad en función de satisfacer las demandas de sus industrias y el desarrollo bélico.

Por eso el gobierno provincial, que acordó en la Legislatura la creación de la “Zona Franca”, presiona para que se reforme el Plan de Manejo de las Áreas Naturales y el dictado de normas legales que permitan el acceso al territorio, algo que debe definir el Congreso de la Nación. Vale aclarar que las tierras públicas provinciales sin mensurar (a las que las dirigencias políticas y empresariales conciben como un activo económico o financiero) de la meseta de Somuncurá son las que Fortescue Future Industries S.A. eligió para la instalación de los 400 molinos eólicos, que ocuparán una superficie superior a las 650.000 hectáreas, no solo desconociendo la propiedad territorial de las comunidades indígenas originarias que allí habitan, sino también el trabajo realizado por más de 20 años por el Programa de Conservación del Cóndor Andino, poniendo en peligro la supervivencia de esta especie.

A los efectos negativos anteriormente planteados, hay que sumarle la utilización de grandes cantidades de agua, ya que la instalación de la planta desalinizadora y la de producción de amoníaco para el posterior traslado de ese combustible generarían, por cada litro de agua dulce, un litro y medio de salmuera. Serían millones de toneladas de ese derivado que irían a parar al Golfo de San Matías, anticiparon expertos como Leonardo Salgado y Hernán Scandizzo en distintos artículos publicados en la Web del Observatorio Petrolero Sur (OPSur).

Megaminería y emergencia hídrica

A todo esto hay que sumarle dos grandes proyectos en la línea sur: Amarillo Grande, una mina de uranio en cercanías de la ciudad de Valcheta, en etapa de exploración por la empresa canadiense Blue Sky Uranium, y Calcatreu, una mina de oro y plata en cercanías de la ciudad de Ingeniero Jaccobacci, en etapa de exploración por la empresa británica Patagonia Gold G. Los pobladores rurales que viven en los alrededores dependen del agua subterránea y de los arroyos no solo para vivir, sino para los animales, que son su fuente de trabajo. La meseta está atravesando una gran crisis por falta de agua. A esto debemos sumar la emergencia hídrica que atraviesan Río Negro y Neuquén.

Por otro lado, la creación de Portezuelo no es solo una represa para almacenar agua cuando abunda y dejarla correr cuando escasea. Con esta construcción quieren realizar una obra conexa del Trasvase desde el río Grande, al sur de Mendoza, al río Atuel. Esto es crítico, ya que el Grande es el principal afluente del río Colorado, que atraviesa Río Negro aportando un 70% de caudal. Esto agravaría aún mas las condiciones de salinidad del Colorado, con niveles muy perjudiciales para la ganadería y la agricultura de la zona desde que se derivó el río Curacó (Diario Rio Negro). La gestión nacional de Juntos por el Cambio provincializó la obra del Portezuelo del Viento, a favor de Mendoza, y mediante el decreto 519 del 2019 la construcción tuvo un aporte de 7 millones de dólares. El nuevo gobierno nacional, del Frente de Todos, en el mes de enero del 2020 depositó 14 millones de dólares.

Una salida a la crisis

Mendoza luchando por el agua en defensa de la Ley 7.722, el Chubutazo, el Atlanticazo y en nuestra provincia las asambleas y movilizaciones contra la central nuclear en 2017 marcaron el camino para hacer retroceder a los distintos gobiernos en sus políticas de saqueo y destrucción ambiental. La megaminería en la línea Sur, el fracking en el Alto Valle, la deforestación y los negocios inmobiliarios a lo largo y ancho de la provincia, el proyecto Portezuelo del Viento que deja sin agua a toda la Cuenca del Colorado y el proyecto Hidrógeno Verde son la garantía del pago al FMI y la entrega de recursos y divisas a las grandes empresas multinacionales, causantes de catástrofes ambientales y sociales.

La política de saqueo y destrucción ambiental implicará, además, un reforzamiento de la represión y criminalización de la protesta social, como se pudo advertir el pasado 3 de mayo, cuando la Policía de Catamarca reprimió a asambleístas reunidos en Choya, en la localidad de Andalgalá.

Necesitamos organizarnos, ganar las calles y poner en pie un frente único de lucha entre quienes defendemos el ambiente de la depredación capitalista. Derrotemos estos acuerdos que nos hunden en la miseria, perjudican la salud y al ambiente. Si el capitalismo destruye el planeta, destruyamos el capitalismo.

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