Ambiente
4/6/2025
Un límite previsto, superado e ignorado: el calentamiento global y la crisis capitalista
Mientras las grandes potencias libran una guerra comercial, la temperatura media global sigue batiendo récords.
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Se cruzó el umbral de 1,5°C.
En abril de 2025 el planeta registró un aumento de 1,58°C respecto a la era preindustrial, convirtiéndose en el segundo abril más cálido desde que existen registros. Este dato confirma una tendencia alarmante: en los últimos 22 meses, 21 han superado el umbral de 1,5°C establecido por el Acuerdo de París para evitar impactos climáticos irreversibles.
El Acuerdo de París, vigente desde 2016, fijó el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C, con un margen máximo de 2°C. Sin embargo la superación de este umbral, inicialmente proyectada para 2027-2030, no sorprende a nadie. Desde principios de siglo los científicos advertían que el planeta cruzará este límite si no se tomaban medidas drásticas. Pero los capitalistas priorizan las ganancias sobre la reducción de emisiones, perpetuando un modelo de producción que acelera la crisis climática.
El aumento de la temperatura global intensifica los eventos climáticos extremos, haciéndolos más frecuentes y severos. Olas de calor, sequías prolongadas y lluvias torrenciales. Temperaturas anómalas, con heladas más intensas, como las registradas en Argentina en los últimos años. Ecosistemas en riesgo, con la acidificación de los océanos y la pérdida de biodiversidad.
El fracaso de los acuerdos internacionales
A pesar de los compromisos climáticos, los gobiernos capitalistas han demostrado completa falta de voluntad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunos incluso han abandonado acuerdos internacionales negando la evidencia científica, en función de la necesidad constante de expandir el capital y la producción. El capitalismo, basado en la anarquía de la producción, es incompatible con una salida a la crisis ambiental.
La guerra comercial que se intensifica y las tendencias a guerras militares, como lo podemos ver en Ucrania, son el producto de la decadencia histórica del capitalismo. En el marco de la crisis y las tensiones que apuntan a una nueva guerra mundial, las normas ambientales son dejadas totalmente de lado.
Cambiemos este sistema de depredación y desecho de recursos naturales que nos está llevando al colapso de la humanidad y avancemos hacia un cambio productivo y de consumo que reduzca los gases de efecto invernadero. Eso solo va a venir de la mano de un gobierno de los trabajadores.
