Educación
25/11/2024
CABA
Vaciamiento en educación especial: las “explicaciones” de la ministra Miguel y el lobby de la educación privada
“La queja sostenida “, como acusó Hilda Domínguez, llegó al Ministerio.
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Mercedes Miguel, ministra de Educación de Jorge Macri.
En la semana que pasó, docentes de la Ciudad de Buenos Aires recibimos un email de la ministra de Educación Mercedes Miguel que lleva como asunto la palabra “inclusión”. El texto busca “informar” a la comunidad educativa acerca de las supuestas buenas intenciones del gobierno en torno a la educación especial y la inclusión educativa y asegura que es el propio gobierno el que está pensando y “analizando profundamente” la forma de dar respuesta a las demandas en torno a la inclusión educativa de las y los estudiantes, por ejemplo a partir de una encuesta (sic) virtual y totalmente tendenciosa.
Miguel, una amiga fuerte de la educación privada, particularmente ligada al lucro educativo de los clubes de fútbol como River Plate, tuvo que salir a decir que “las escuelas de educación especial tienen su continuidad plenamente garantizada descartando por completo su cierre”, y aseguró que buscan dar respuesta con las “mejores políticas públicas”.
No es menor en esta etapa entender de dónde sale este correo. No se nos escapa que la ministra busca, en primer lugar, llevar un mensaje de tranquilidad a los sectores ligados a la educación especial privada, que en las últimas semanas a través de la Geeba, recrudecieron sus denuncias al gobierno de la Ciudad; por un lado, dado que en los marcos de una “política inclusiva” (sic, entiéndase: hacinamiento en escuelas) vieron parir quizás ya miles de centros de inclusión educativa privados que crecen en detrimento de la matrícula de sus propias escuelas; por otro lado denunciaron al gobierno nacional por los recortes en las prestaciones y el mísero incremento del nomenclador nacional de las mismas prestaciones, que fue de un 1% para noviembre
Todo esto los llevó a llamar a una nueva movilización en Olivos el pasado 20 de noviembre (un día antes de la llegada del email del Ministerio), donde también confluyeron trabajadores precarizados por las obras sociales y/o por las escuelas privadas, personas con discapacidades y sus familias, dadas las fuertes contradicciones de intereses entre las necesidades del colectivo de discapacidad y el lucro privado en la misma materia. Es por eso que la ministra jerarquiza en su texto, casi cómo única acción concreta frente a la problemática, la iniciativa ministerial de estar creando “un equipo que tendrá la mirada integral de todo el sistema (niveles y gestiones estatal y privada), mirándolo como un todo”.
Habida cuenta esto, es prioritario resaltar que los reclamos que la docencia y las familias de la educación especial pública venimos levantando, con dificultades pero de manera sistemática, llevó hace pocas semanas a Hilda Domínguez, directora de la modalidad en la Ciudad de Buenos Aires, a exigir a la docencia que hay que “terminar con la queja sostenida”, en el marco de la Semana de Educación Especial. Esto provocó decenas de pronunciamientos de repudio desde las escuelas especiales; en este contexto, Ademys jugó un rol organizador, mientras la UTE se dedicó a emitir un flyer limitado y sin ninguna perspectiva de organización (como viene haciendo en general frente a todas las reformas y políticas privatistas y de ajuste).
Para muestra, en las últimas semanas creció la lucha y organización de la Escuela Integral Interdisciplinaria 3 de la modalidad que, de manera mancomunada con la escuela Indira, salió a rechazar la fusión de sus escuelas y a reivindicar a la educación especial como un derecho que por supuesto se garantiza con espacios y recursos y en ese sentido están convocando a una marcha de antorchas el próximo jueves 28 de noviembre desde Callao y Corrientes hasta el Obelisco. A esta presencia en las calles hay que sumarle el reclamo del conjunto de directivos de primaria del distrito 8 y de lxs docentes de esas escuelas, quiénes en conjunto plasmaron en diferentes textos las dramáticas situaciones que atraviesan las infancias, la docencia y las escuelas en general ante la falta de recursos elementales para llevar adelante las trayectorias en el marco de proyectos de Inclusión educativa. No por nada, el pronunciamiento que circula Ademys contra el vaciamiento de educación especial ya recolectó casi 1.000 firmas docentes que serán entregadas en el Ministerio próximamente, en busca de respuestas.
El vaciamiento de la educación especial, hoy disfrazado de inclusión educativa, se lleva adelante no sólo con recortes presupuestarios y una espeluznante sobrecarga laboral de sus docentes, que deben abordar problemáticas y barreras que corresponden a salud mental, vaciada (como lo indican el cierre del Centro de Salud Mental N°1 a cuenta de la Ciudad y el intento de cierre del Bonaparte a cuenta de Milei) como denuncian los propios trabajadores, sino que también a través de dos líneas de acción política en educación: por un lado, con una quita progresiva de docentes (equipos interdisciplinarios y maestras) de las escuelas de la modalidad, que son puestos en “territorio” (para que suene más progresista la iniciativa, a través de la Resolución 3.621 que en su momento denunció Ademys) para acompañar los proyectos de inclusión sin agregar un solo cargo docente ni equipos interdisciplinarios en las escuelas de los niveles. Y por el otro, con una avanzada con la que se busca fusionar escuelas especiales con escuelas de los niveles, pero para peor; en su gran mayoría son escuelas atravesadas por la precarización laboral y/o por fuera del estatuto y sin ningún tipo de especialización en materia de discapacidad y barreras como son los proyectos de fusión de las Escuelas de Formación Integral con los espacios de Educación No Formal o con el Paebyt, o en el nivel inicial con el Programa de Alumnas Madres o los CPI, en donde por supuesto sus trabajadores también se ven sobrepasados y limitados para reclamar en tanto y en cuanto sus condiciones laborales son más precarias.
Hacer crecer el movimiento de lucha contra el vaciamiento de la educación especial se vuelve cada vez más central porque no es “vacancia en la formación de los docentes” o falta de “compromiso de las comunidades educativas” (como afirma Mercedes Miguel) lo que hace falta para atender a las singularidades y las barreras al aprendizaje de nuestros pibis en contextos de pobreza y hambre. La educación especial requiere más que nunca recursos económicos concretos, ampliación de cargos docentes y equipos interdisciplinarios, EOE, Epse, escuelas y más. Básicamente, para eso, hay que echar por la borda el Buenos Aires Aprende y todas las reformas antieducativas del gobierno de la Ciudad y el de su hermano político Milei.
Esto solo se le puede arrancar al Estado con la organización en las escuelas, haciendo crecer los cuerpos de delegados combativos y la lucha en las calles; y todo eso hacerlo de manera independiente a la burocracia sindical que nos entrega.
Este jueves a las 18:00 horas vamos a la marcha de antorchas desde Callao y Corrientes hacia el Obelisco contra la fusión de la EII3, contra el vaciamiento de educación especial.