Internacionales
6/11/2025
Cientos de muertos en la represión de las protestas contra el fraude electoral en Tanzania
El gobierno de Samia Suluhu Hassan, reelecto en medio de un baño de sangre

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La oposición denuncia 700 muertes en la represión de las protestas
La represión de las protestas contra el fraude electoral en Tanzania dejó cerca de 150 muertos, según autoridades sanitarias, un recuento que la oposición amplía a 700. Estos cuestionados comicios le dieron la reelección a la presidenta Samia Suluhu Hassan, del Chama Cha Mapinduzi (Partido de la Revolución, en suajili), la fuerza heredera de la nacionalista Unión Nacional Africana de Tanganica (Tanu, por sus iniciales en inglés), que domina la vida política local desde la independencia del Reino Unido, en 1961.
Las movilizaciones estallaron el mismo día de la votación, el miércoles 29, y se extendieron durante tres jornadas, a pesar de que el gobierno desplegó el ejército en las calles el segundo día. La mayor cifra de muertos corresponde a Dar es Salam (importante ciudad ubicada junto al Océano Indico) y Mwanza (junto al Lago Victoria). A partir del viernes, las autoridades electorales empezaron a difundir reportes que anunciaban una victoria de Hassan con más del 90%, cifra que en el registro final se extendió a casi el 98%. Los dos principales candidatos opositores, pertenecientes al Chadema y la Alianza por el Cambio y la Transparencia-Wazalendo, fueron proscriptos, lo que transformó a la elección en una farsa. Las elecciones, además, estuvieron precedidas por una campaña de detención de referentes opositores y desapariciones.
Hassan había llegado a la presidencia en 2021, tras el fallecimiento del excéntrico John Magufuli, un personaje que sostenía que Tanzania contaba con protección divina frente al coronavirus y se opuso a dictar cuarentenas, medidas de prevención, y a las vacunas. La oposición asegura que, paradójicamente, este negacionista murió como consecuencia del Covid. En un giro con respecto a estas posturas, Hassan asumió con un barbijo puesto, pero enseguida decepcionó todas las esperanzas de una regeneración del régimen, manteniendo una represión implacable.

Con la situación volviendo poco a poco a la normalidad, Hassan fue investida para su segundo mandato este lunes 3, con la presencia de algunos presidentes extranjeros (Mozambique, Zambia, Somalia y Burundi). El presidente de Kenia, William Ruto, famoso por la represión sangrienta de las protestas en su propio país, envió un mensaje de felicitación. Lo más llamativo, sin embargo, es el texto conjunto emitido por los cancilleres de Reino Unido, Canadá y Noruega, que pidieron al gobierno de Tanzania –luego de 150 muertos- “actuar con la máxima moderación” (sic). La misión electoral de la Unión Africana denunció irregularidades, pero nada más. En este marco de complicidad internacional, Hassan se mantiene en el cargo.
Las movilizaciones de Tanzania se integran a otros procesos de lucha en esta empobrecida región del mundo, como el levantamiento que derrotó un paquetazo fondomonetarista en Kenia, en 2023, y la reciente rebelión en Madagascar, que puso en fuga al gobierno de Andry Rajoelina. Estos procesos de efervescencia popular coexisten con la cruda realidad de la guerra civil y la guerra imperialista, que golpea a las cercanas República Democrática del Congo, Etiopía y Somalia.
Fuera el imperialismo de África, por gobiernos de trabajadores.



