Una nueva redada del ejército israelí dejó al menos nueve muertos y decenas de heridos este martes 21 en la localidad de Jenín, ubicada en Cisjordania. Desde octubre de 2023, alrededor de 800 personas fueron asesinadas en este territorio por las tropas sionistas o bandas de colonos armados.

La peculiaridad de esta incursión es que se produce a 48 horas de la entrada en vigencia del acuerdo de cese al fuego en la Franja de Gaza, que implicó un revés para Israel. Con las operaciones en Cisjordania y las amenazas de un relanzamiento de los bombardeos sobre el enclave costero, el primer ministro Benjamin Netanyahu busca dar una señal de fuerza, condicionar el proceso de negociaciones con la resistencia palestina y satisfacer a los sectores más desconformes de su coalición de gobierno, como el Partido Sionista Religioso, de Benjamin Smotrich, quien amenazó con hacer caer a Netanyahu si no reocupa Gaza e impone un “gobierno militar temporal”. En el caso de Poder Judío, el partido del exministro Itamar Ben-Gvir, directamente abandonó la alianza en el poder.

El otro dato curioso de la nueva redada es que esta misma semana, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) había llegado a un entendimiento con el llamado Batallón de Jenín, integrado por militantes de Hamas, la Jihad Islámica, e incluso de un ala de Fatah, que acusan a la ANP de cooperar con Israel. En diciembre, la ANP lanzó un operativo en Jenín que culminó en graves enfrentamientos que dejaron como saldo seis soldados, cuatro milicianos y tres civiles muertos. Como parte de las hostilidades, la ANP prohibió la cobertura de la cadena qatarí Al Jazeera en la región, acusándola de ser proclive a los milicianos. A su vez, asegura que sus rivales están sostenidos por Irán y Turquía.

“Nos han cortado el agua, la electricidad, no dejan que pasen aquí los proveedores de alimentos, les amenazan con represalias”, denunciaba a la prensa internacional, a comienzos de este mes, uno de los milicianos (El País, 5/1).

El pacto entre la ANP y las facciones rivales establece que aquella puede reingresar al campamento de Jenín (ubicado dentro del municipio en cuestión), pero los grupos rebeldes no entregarán sus armas.

Tras los acuerdos de Oslo de los años ’90, Cisjordania –un espacio de 5.600 km2 en que viven más de dos millones de palestinos y medio millón de colonos israelíes- fue dividida en tres zonas diferentes. El área C, que abarca la mayor parte del territorio, está bajo control total de Israel, mientras que otra porción significativa quedó bajo control mixto de Tel Aviv y la ANP.

En los últimos años, se han multiplicado los planteos y amenazas de una anexión completa de Cisjordania por parte del sionismo. En paralelo, crecen sostenidamente los asentamientos israelíes en la zona. Esta dinámica expansionista violenta y expulsa a los palestinos de sus tierras.

Cese al fuego en Gaza: se concretó el primer intercambio de rehenes por prisioneros políticos palestinos

–

prensaobrera.com