“El capitalismo solo tiene para ofrecernos más guerras y crisis”

En el acto del FIT-U por el Primero de Mayo, Gabriel Solano denunció el militarismo imperialista.

Foto: Juan Diez @ojoobrerofotografía

En el acto que llevó adelante el Frente de Izquierda Unidad este 1 de mayo por el Día Internacional de los Trabajadores, la cuestión de la guerra imperialista fue un tema destacado. Gabriel Solano, precandidato a presidente por el Partido Obrero en el FIT-U, advirtió que “estamos en las vísperas de una contraofensiva de la Otan contra Rusia” y que “todos los Estados están incrementando sus gastos militares”.

El agravamiento de la crisis capitalista, que lleva a un recrudecimiento de las tendencias bélicas, es un dato dominante del tablero político mundial. La Otan está por lanzar una contraofensiva contra Rusia. Tendría lugar el 9 de mayo. El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Réznikov, afirmó que sus tropas están listas. El Ejército de Kiev utilizaría los pertrechos militares que le suministraron los países de la alianza imperialista. Jens Stoltenberg, secretario general de la Otan, dijo que el propósito de la contraofensiva es “recuperar los territorios ocupados” por los rusos.

Solano señaló que “un sistema que quiere salvar a los bancos hambreando a los pueblos también va a la guerra para salvarlos; la competencia entre los Estados, que es típica del capitalismo, está llevando a la humanidad a esta gran crisis”. En este régimen social, la guerra y las quiebras masivas son medios para terminar con la sobreacumulación de capitales, aunque más tarde vuelve a desarrollarse con más virulencia.

Como dijo el dirigente del PO, los Estados capitalistas del mundo vienen aumentando sus presupuestos militares. Según el Stockholm International Peace Research Institute, el gasto militar mundial creció por octavo año consecutivo en 2022. Llegó a un máximo histórico de 2,24 billones de dólares (un 3,7% más en términos reales). En Europa subió un 13%, el aumento más pronunciado desde la caída del Muro de Berlín en 1989. Además, el Viejo Continente incrementó notablemente su importación de armas.

El organismo sueco destacó que, el año pasado, “los tres países que más gastaron en armamento fueron Estados Unidos, China y Rusia, los cuales representaron el 56% del gasto global” (La Nación, 24/4). Estados Unidos es el país que más dinero destina al militarismo; en 2022, sus partidas de defensa equivalieron a un 39% del gasto global. China, por su parte, le sigue con un 13%. A su vez, algunos de los aumentos más importantes fueron realizados por los países que lindan con Rusia: Finlandia (36%), Lituania (27%), Suecia (12%) y Polonia (11%). Todos miembros o aliados de la Otan.

Alemania y Japón aprobaron sus mayores presupuestos militares desde la Segunda Guerra Mundial. El presidente Emmanuel Macron viene de dar luz verde a un nuevo aumento del gasto militar, el más alto en 50 años. Esto, mientras intenta imponer un aumento de la edad jubilatoria con el pretexto de que el sistema previsional francés es insostenible desde el punto de vista financiero. Como dijo Gabriel Solano en su intervención, “los pueblos pagan el militarismo y la guerra”. El proletariado francés ha protagonizado grandes movilizaciones y huelgas contra la política de Macron y la burguesía gala, en un cuadro de crecientes intervenciones obreras en el mundo (especialmente en Europa).

El aumento de los presupuestos militares de las principales potencias capitalistas del globo y el desarrollo de la más vasta cantidad de armas con tecnología de vanguardia son síntomas inconfundibles de que el régimen social vigente está en un avanzado estado de descomposición. Las fuerzas productivas, bajo el capitalismo en su etapa imperialista, se han convertido en fuerzas destructivas. Como destacó Solano, el capitalismo en esta fase solo puede darle a la humanidad más guerras, desolación y crisis. Solo una acción histórica de la clase obrera a escala internacional puede ponerle fin a esto.