Internacionales
15/10/2025
El Nobel de la Paz a Corina Machado, una pieza provocativa del plan de guerra de Trump y el imperialismo yanqui
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María Corina Machado, dirigente de la ultraderecha venezolana
El otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a la venezolana María Corina Machado, sorprendió a los observadores políticos y a gran parte de la opinión pública. No porque se ignore que las designaciones del Comité del Nobel tienen siempre un alto grado de sesgo político, sino porque, en este caso, recae en un personaje que es la antítesis de la promoción de la paz mundial y la democracia, que es el criterio formal con que el Instituto Nobel otorga este premio. Tan es así, que la galardonada se comunicó, apenas enterada, con Donald Trump (que también aspiraba a recibirlo), para dedicar su distinción a este máximo representante mundial de la guerra, el crimen y la opresión de los pueblos del mundo.
Corina Machado es una líder en Venezuela de la oposición derechista y proimperialista al chavismo, promotora no solo de golpes de Estado internos (desde el 2002) contra el régimen de Maduro, sino de la intervención militar extranjera a su país. Realizó reclamos en ese sentido a los Estados Unidos, al actual primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y a la Argentina bajo el gobierno de Macri, al que solicitó “influencia militar” sobre las fuerzas armadas venezolanas para derrocar al presidente venezolano, Nicolás Maduro. Actualmente apoya incondicionalmente la militarización del Mar Caribe dispuesta por Trump, que ya se ha cobrado el hundimiento de cuatro lanchas y el asesinato sin aviso previo de sus 21 tripulantes con el pretexto de que traficaban drogas, afirmación de la que no se ha presentado ninguna prueba. Barcos, aviones y submarinos de EEUU se despliegan frente a las costas de Venezuela, 10.000 hombres entre la dotación de mar y la tropa de tierra que acaba de ser especialmente estacionada en Puerto Rico. Fuentes del gobierno yanqui han difundido que se investigan fuentes legales para justificar un ataque a supuestos objetivos puntuales de actividad criminal dentro de territorio venezolano. Por la invasión contra Irak (2003) ya sabemos el carácter fraudulento (“posesión de armas de destrucción masiva”, etc.) y propagandístico justificatorio de estas investigaciones yanquis. La posibilidad de una incursión militar de este tipo por parte del imprevisible magnate yanqui no puede descartarse de ninguna manera.
Toda esta ofensiva cuenta con la bendición de la venezolana flamante número uno de la paz mundial, que se ha ganado el repudio de sectores progresistas. Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz en Argentina, le ha enviado una carta donde la llama “una pieza más del coloniaje de EEUU, sometida a sus intereses de dominación”. Lo que es cierto es que la provocación de EEUU en el Caribe tiene un alcance mayor, apuntando a los intereses de dominación imperialista sobre América Latina en su conjunto. Es inseparable de la ofensiva de aranceles, de absoluta discrecionalidad política, como se manifiesta en su aplicación contra Brasil (como parte de la defensa del expresidente Jair Bolsonaro); de la intervención territorial abierta, como en el canal de Panamá, o el propósito anunciado de reinstalar bases militares yanquis en Ecuador y ahora, también en Argentina; de la política provocadora de expulsión de migrantes a Colombia, México y toda Latinoamérica; y del aliento a golpes de derecha, como el de Perú y antes el de Bolivia.
Finalmente, hay que alertar sobre las medidas de “salvataje” del régimen político en Argentina, donde el gobierno trumpista, con la complicidad de Milei, ha pasado a controlar las finanzas de la nación y apunta a un plan global de usufructo de los recursos naturales y el establecimiento de una zona de dominio militar del Atlántico Sur.
Se trata de un plan general de reordenamiento imperialista de Latinoamérica, como parte del rediseño de la geopolítica mundial por parte de EEUU y la rivalidad yanqui con China y el reclamo de su expulsión a los serviles gobiernos burgueses de la región.
Fuera yanquis del Caribe. Unidad en la lucha antiimperialista de los trabajadores. Federación socialista de los países de América Latina.



