Internacionales
24/6/2025
La carrera por el armamento nuclear entre las potencias capitalistas
Las guerras y la barbarie imperialista amenazan con nuevos Chernóbil, Hiroshima y Nagasaki.

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Ensayo nuclear hecho por Estados Unidos en 1952.
La ofensiva militar que Estados Unidos llevó adelante contra Irán, en respaldo a la guerra del sionismo contra la Franja de Gaza y otros pueblos de Medio Oriente, puso sobre la mesa el debate acerca del uso de armamento nuclear en los conflictos bélicos y sus consecuencias. Hay una carrera armamentística nuclear en curso, en un contexto donde las potencias que poseen dichos pertrechos eluden someterse a controles. El gasto en armas nucleares y en el reforzamiento del militarismo en general viene aumentando, mostrando como nunca las tendencias destructivas de una sociedad burguesa en avanzado estado de descomposición.
Según un informe de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, el gasto en armas de ese tipo aumentó un 11% en 2024, alcanzando los US$100.000 millones. Son nueve los países que poseen armamento nuclear: Estados Unidos, China, Corea del Norte, Francia, India, Israel, Pakistán, Reino Unido y Rusia. Washington y Moscú concentran aproximadamente nueve de cada diez armas nucleares del mundo. Los yanquis lideraron el aumento anual del gasto, desembolsando US$56.800 millones, seguidos por China y Reino Unido, con US$12.500 millones y US$2.200 millones, respectivamente. Cabe destacar, además, que Estados Unidos almacena armas nucleares en Italia, Bélgica, Alemania y Países Bajos.
Los arsenales de las potencias nucleares, que intentan mantener en secreto sus avances en la materia, son cada vez más modernos y potentes. Israel, por ejemplo, no reconoce públicamente que tiene armas nucleares, aunque se sabe que contaría con al menos 90 ojivas y suficiente material como para pertrecharse aún más, siendo el único país en Medio Oriente con armamento atómico. El arsenal de Pekín creció un 20% en un año, a un ritmo mayor que el de cualquier país: 100 ojivas anuales desde 2023. China, con todo, dispone de alrededor de 600 ojivas, estando muy por detrás de Estados Unidos y Rusia, que tienen 5.200 y 5.500, respectivamente.
En términos generales, los presupuestos de Defensa de 2025 alcanzaron récords históricos desde la caída del Muro de Berlín, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri). Los apologistas del capital, tras ese hecho y después de la disolución de la Unión Soviética, proclamaron que se iba a abrir una era de libertad y de esplendor interminable del capitalismo. Pero la historia parió rápidamente nuevas bancarrotas económicas (crisis de los Tigres Asiáticos, el Efecto Tequila, la crisis financiera en Rusia, el default en Argentina, etc.) y nuevos conflictos armados (invasión imperialista de Yugoslavia, la Guerra del Golfo, las invasiones de Irak y Afganistán, etc.). La imposibilidad del capital de superar sus propias limitaciones históricas conduce a una época de crisis y guerras.
El informe del Sipri revela que los mayores presupuestos militares los tienen EE.UU., China, Rusia e India, que representan el 60% del total mundial –distribuido en armas convencionales y nucleares. El aumento del gasto estuvo impulsado por los gobiernos europeos. Japón, por su parte, tuvo el mayor incremento desde 1952. Las principales potencias están destinando el dinero, entre otras cosas, a desarrollar tecnología vinculada al uso de armas automáticas y a la inteligencia artificial. Los beneficiarios de este plan armamentista son los capitalistas del rubro. Hay al menos US$463.000 millones en contratos de armas nucleares en curso.
La contracara del incremento del dinero destinado a Defensa es un ajustazo sobre los trabajadores y un reforzamiento de la opresión que ejerce la clase capitalista sobre ellos. El gobierno republicano en Estados Unidos está desfinanciando la salud y la educación, y despidiendo trabajadores estatales; el gobierno laborista en el Reino Unido invierte más dinero en armamento nuclear que en los servicios de combate contra el cáncer del sistema de salud (India Today, 21/6). Pakistán destina un presupuesto similar para el desarrollo de armamento nuclear y para la educación primaria, mientras escuelas rurales carecen de electricidad y libros. Y la lista continúa. En este contexto, los países de la Otan acordaron este domingo aumentar el gasto en defensa hasta el 5% del PBI, un reclamo de Donald Trump, tema que se volverá a discutir en la cumbre de la alianza que tendrá lugar esta semana.
Todo esto forma parte del cuadro de aumento de las tendencias hacia una nueva conflagración mundial. La agresión del eje Estados Unidos-Israel a Irán, el genocidio sionista en Gaza, la guerra en Ucrania, los conflictos armados en África, el aumento de las tensiones entre las Coreas y entre los yanquis y China en la región del Pacífico son parte de ese proceso. La crisis capitalista es partera de las guerras: las potencias se embarcan en una lucha mortal por la conquista de mercados y para liquidar capital sobrante.
Los capitalistas y sus gobiernos muestran con total descaro que están dispuestos a usar la bomba atómica para imponerse sobre sus rivales. Los yanquis ya lo hicieron en Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945. Macron propuso desplegar armas nucleares en otras partes de Europa para disuadir a Rusia. Pakistán y la India protagonizaron recientemente un encontronazo muy serio. Incluso pueden provocar una catástrofe al estilo de Chernóbil o Fukushima realizando experimentos bélicos de contenido nuclear o bombardeando instalaciones nucleares como hicieron recientemente los yanquis contra Irán. Una guerra nuclear, por su parte, devendría en un crimen nunca antes visto contra la humanidad.
Los trabajadores tenemos el desafío de movilizarnos contra la guerra imperialista y derrocar a los gobiernos capitalistas en todo el mundo, como parte de una lucha por la construcción de una nueva sociedad.

