Musk, entre la guerra comercial de Trump y la dependencia de China

Musk.

Elon Musk presentó los primeros autos eléctricos de Tesla fabricados en Shanghái en 2020 y festejó. No era para menos, en 2019 decidió trasladar parte de la producción desde Estados Unidos a China y en un año se construyó la mayor planta de Tesla. Allí se producen 950 mil vehículos anuales, y el 95 por ciento de las partes son producidas por 400 empresas de su cadena de suministros, entre ellas Catl, el mayor fabricante de baterías mundial. La empresa pasó de ser una fábrica estadounidense a ser un gigante global.

La “gigafábrica” de Shanghái es la planta automotriz más grande en todo el mundo. Fue erigida en 2019 con grandes subsidios del gobierno de China; obtuvo el terreno por 50 años con un alquiler muy bajo, préstamos de un consorcio bancario por 1.400 millones de dólares a un interés subsidiado y la colaboración del estado de Shanghái, en esos momentos dirigido por Li Quian -que ahora es el primer ministro y número dos en el gobierno de China, debajo de Xi Jinping. Al iniciar 2019, Tesla informó pérdidas de 700 millones de dólares y dificultades en la producción de su Model3. La capitalización era menor a 90 mil millones de dólares, lo que cambiará desde la apertura de la planta de Shanghái en 2020, cuando aumentó la producción. Las acciones comenzaron a subir y la capitalización escaló hasta alcanzar en la actualidad 1,1 billón de dólares, superando la capitalización de todas las automotrices estadounidenses sumadas (Ford+GM+Stellantis+Rivian). Esta es de 155 mil, no alcanza la quinta parte de la de Tesla.

El interés del gobierno chino en erigir la fábrica de Tesla fue notorio en el apoyo brindado; además invirtió en Tencent (dueña de Wechat, con 1,1 billón de usuarios) comprando el 5 por ciento de las acciones.

Tesla ayudó a cambiar la industria automotriz de China, que ahora compite en todo el mundo

La apertura de la planta de Tesla en Shanghái ayudó a desarrollar una cadena de suministros de empresas para proveerla y especializarse, que luego contribuyeron a crear compañías automotrices altamente especializadas, que incluso ahora compiten con Tesla. Entre ellas se encuentra BYD, que ya ha crecido hasta superar a Tesla en la producción global de autos eléctricos.

Ya existen más de 200 empresas automotrices en China metidas en una dura competencia, varias se proyectan al mercado mundial y están llevando a una reestructuración del mercado automotriz global. Estos días, Volkswagen anunció el cierre de 3 plantas en Alemania, despidos y recortes en las pensiones, ante la competencia de vehículos eléctricos importados desde China. En 2023, la mitad de todos los vehículos eléctricos importados a la UE procedían de China.

Ahora las empresas automotrices chinas compiten dentro de China y varias exportan o crean empresas en el exterior, en varios casos para evitar las barreras arancelarias. BYD, el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo, está construyendo fábricas de automóviles en Brasil, Turquía, Tailandia, Hungría y Uzbekistán; Saic Motors ha construido plantas de automóviles en Tailandia, Indonesia y la India; Geely, cuyas marcas incluyen Lotus y Volvo, tiene fábricas en Bielorrusia, Reino Unido e Indonesia.

La producción de Tesla en China ayudó al crecimiento de su capitalización y hacer rico a Elon Musk, que ha tenido declaraciones favorables al gobierno chino y defendió la idea de que China debería gobernar Taiwán. En un debate con miembros del Congreso de Estados Unidos, se definió como “una especie de partidario de China”. La quinta parte de las ganancias globales de Tesla provienen de las ventas en China.

La construcción de la planta de Tesla produjo un acercamiento de Musk a China y afianzó la relación con sus máximas autoridades.

Muy distinto es el ambiente creado por SpaceX, la empresa que envía satélites al espacio, y que dio origen a Starlink, que brinda internet satelital. Miembros del gobierno chino y analistas militares critican la vasta red de satélites como parte de la expansión del ejército estadounidense en el espacio. Starship de SpaceX ofrece las naves que transportan carga al espacio, incluso un grupo de satélites espías para Estados Unidos; esto para el seguimiento de objetivos, reconocimiento óptico y de radio y alerta temprana de misiles, y el otorgamiento de satélites que brindan servicio de internet a la flota de la marina de Estados Unidos.

La guerra en Ucrania ha dado al servicio de internet por satélite una nueva dimensión. Cuando el sistema de comunicaciones y de internet de Ucrania fue destruido al inicio de la guerra (febrero 2022), el gobierno de Ucrania solicitó el servicio de Starlink, que está en servicio hasta ahora cubierto por el Departamento de Defensa de EE.UU. a través de un contrato con SpaceX.

El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China ha denunciado las amenazas a la seguridad creadas por SpaceX y por Starlink, y ha desarrollado tecnología para destruirlos si “amenazan la seguridad de China”.

Starlink también ha generado tensiones entre China y Estados Unidos sobre Taiwán. Luego de la experiencia de Ucrania, aumentaron las preocupaciones del gobierno de Taiwán por el servicio de internet. Un bloqueo de China puede dejarlos sin internet. China podría inutilizar el cable submarino de Taiwán y perturbar sus sistemas de comunicaciones por microondas, celulares y espaciales. Starlink, la empresa de Musk, no brinda servicio en Taiwán. Un alto funcionario de Taiwán expresó su preocupación por solicitar servicios a Interlink por los vínculos comerciales de Musk en China, que reclama a Taiwán como su territorio.

Esto ha llevado a que Taiwán explore alternativas para tener un servicio de internet satelital alternativo, hasta ahora sin éxito.

Pondrán lobos a custodiar ovejas: el nombramiento de Elon Musk en el “Departamento de Eficiencia Gubernamental”

Elon Musk es el mayor empresario de Estados Unidos, tiene intereses y negocios en la industria automotriz (Tesla), la industria aeroespacial (SpaceX), en internet satelital (Starlink), inteligencia artificial (xAI), neurotecnología (Neuralink), medios de comunicación (X–exTwitter), energía solar (SolarCity), en la construcción (The Boring Company), en las criptomonedas (Doge) y deberá controlar a los empresarios de la competencia desde la Agencia de Eficiencia Gubernamental (Doge, las iniciales en inglés). Ya ha realizado declaraciones sobre impulsar sus negocios (nuevos contratos para Starlink ySpaceX), enfrentar a los competidores (Boeing) y sacarles contratos con el Estado que ya anunció serán parte de reducir el gasto para mitigar el déficit del presupuesto que ha generado una deuda de 36 billones.

Elon Musk posee un conglomerado empresario que concentra varios de los conflictos abiertos con China, por el desarrollo del uso bélico de Starlink y SpaceX con Taiwán. Esas tensiones se desarrollarán en el próximo gobierno con gran intensidad.

El aumento de aranceles que debe proteger a Tesla y las otras automotrices enfrenta al gobierno de Estados Unidos con el resto del mundo, especialmente con China y sus vecinos Canadá y México. Esto puede desatar una guerra comercial y devaluaciones de monedas.

Las empresas de Musk son protagonistas de las contradicciones en la relación de Estados Unidos con China y ahora estarán en el gobierno de Trump

Tesla ha fortalecido los vínculos económicos con China con su planta de Shanghái y su cadena de suministros, contribuyendo con el acercamiento de Musk a altos funcionarios de China.

Starlink y SpaceX desarrollan actividades que contribuyen a militarizar el espacio. Esto ha provocado protestas y denuncias de miembros del Ejército (EPL) de China. Esto ha sido evidente con la empresa ligada a SpaceX que ha jugado en el campo de batalla en Ucrania y en Gaza.

La empresa Starshied, en asociación con una agencia espía de EE.UU. (Oficina Nacional de Reconocimiento), firmó un contrato clasificado por un valor de 1.800 millones de dólares en 2021. Esto, para crear una constelación de satélites de órbita terrestre baja para la recopilación de información y la seguridad de los activos espaciales. El EPL de China también afirmó que Estados Unidos utilizó satélites en Ucrania y Gaza.

Musk logró construir influencia en el próximo gobierno, siendo el mayor aportista a la campaña (190 millones de dólares). Fue bien recibido por Trump, por su papel alcanzado en el desarrollo tecnológico de naves y satélites espaciales en tiempos donde las guerras tienen una presencia creciente y el dominio del espacio tiene un papel central.

El capitalismo ha llegado al espacio para convertirlo en un arma. El capitalismo en descomposición avanza en el desarrollo de medios de destrucción masiva alcanzando a todos los rincones de la tierra. Para frenar este desarrollo hay que frenar al imperialismo en todos los rincones de la tierra.

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