Este 24 de marzo, el Partido Obrero movilizará con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, en una columna independiente del gobierno y de las organizaciones oficialistas, consecuente con las consignas que se llevarán como bandera: “No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Y como lo hicieron nuestras y nuestros 30.000, seguiremos las luchas en las calles para cambiar este sistema de opresión y explotación. ¡Juicio y castigo a todos los genocidas por todos los compañeros! ¡No al ajuste y la represión de los gobiernos y el FMI! ¡Basta de criminalizar las luchas!”

El solo leer las consignas demuestra que es en esta movilización donde estarán presentes las banderas históricas de la lucha por los derechos humanos, a diferencia de la que convocan las organizaciones oficialistas que solo pone el eje en la candidatura de Cristina Kirchner. Quienes no queremos reconciliarnos con los represores, no podemos movilizar un 24 de marzo con quienes ponen a las Fuerzas Armadas a hacer tareas de seguridad interna, como es el caso de Rosario donde el Ejército y la Gendarmería se encuentran patrullando las calles con el presunto objetivo de combatir el narcotráfico. Esto cuando es el aparato represivo del Estado uno de sus principales cómplices, como vimos en el barrio Los Pumitas donde la policía santafesina reprimía a los vecinos que desbarataban los búnker narco.

A 40 años de democracia, los juicios a los genocidas, que fueron arrancados mediante una enorme lucha por parte de familiares de víctimas, partidos políticos y organismos de derechos humanos, se llevan adelante a cuenta gotas. Por eso, solo llegó a ser condenada una porción menor de los genocidas, ya que en la mayoría de los casos los juicios fueron retomados o culminaron luego de la muerte de los acusados, garantizándoles la impunidad biológica.

Exigir terminar con la represión también nos ubica de la vereda de enfrente de un gobierno que se vale de ella para apalear a quienes luchan contra sus políticas de ajuste, para desalojar a a familias sin techo y a los mapuches de sus tierras, en beneficio de grandes capitalistas.

Mientras Tolosa Paz ataca a las organizaciones piqueteras y de lucha, los gobiernos provinciales ejecutan la criminalización la protesta social contra los que reclaman alimentos para los comedores y trabajo genuino. Ese es el caso de las detenciones de los dirigentes del Polo Obrero Lorena Torres y Martín Rodríguez en Mendoza, como parte de un ensayo represivo general que se les ha vuelto en contra porque fue derrotado con más de 100 cortes y piquetes en todo el país. Antes de ello vimos lo mismo con Sebastián Copello en Jujuy, las condenas a César Arakaki y Daniel Ruiz por enfrentar la reforma previsional de Macri en 2017, y el procesamiento de activistas por el agua en Chubut.

Esta democracia de los políticos capitalistas ha fracasado porque se ha dedicado a garantizar el saqueo por parte del imperialismo y el capital financiero, dejando el hambre y la pobreza, con represión a los trabajadores. Terminar con este sistema de opresión y explotación requiere luchar contra todos ellos, para eso es fundamental movilizarnos mañana con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, una columna independiente que levanta esas banderas.

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