Políticas

23/3/2023

Editorial

Mendoza: la derrota de un ensayo represivo

Alfredo Cornejo, mariscal mendocino de Tolosa Paz y el ajuste del FMI.

Foto: Gerardo Mirkin @ojoobrerofotografía

El gobierno radical de Mendoza, con Rodolfo Suárez y Alfredo Cornejo a la cabeza, se jugó a fondo en una política represiva que buscaba desalojar las calles y aislar la lucha más consecuente contra el ajuste con un ataque frontal a la Unidad Piquetera encarcelando a sus dirigentes. Tuvieron que retroceder, el ensayo resultó un bumeran.

Durante una semana se creó un escenario donde el gobierno radical polarizó directamente con quienes enfrentan la pobreza y defienden las libertades democráticas. Gobierno versus trabajadores más empobrecidos. Funcionarios radicales versus dirigentes piqueteros y del Partido Obrero. La gran campaña y la movilización desarrollada por la libertad de Martín Rodríguez y Lorena Torres logró una adhesión importante en la propia Mendoza y se extendió por todo el país e incluso el exterior. En Prensa Obrera hay un relato minucioso que ilustra sobre ello. Así se rompió el aislamiento y se hizo retroceder al gobierno liberando a los compañeros. Es un triunfo importante. Vamos ahora por el cierre de las causas. Una verdadera escuela de lucha contra la derecha.

Es claro que oficialismo y oposición cierran filas frente al ajuste que reclama el FMI. Lo aplican donde gobiernan, sin grieta alguna. Ocurre que la jornada nacional de lucha de la Unidad Piquetera tenía por objetivo enfrentar el plan de ajuste que está impulsando Tolosa Paz, sobre los sectores más castigados por la crisis. La baja de miles de planes Potenciar, la negativa a reabrir las inscripciones y la reducción de alimentos configuran lo más concentrado del recorte sobre la asistencia social.

El gobierno mendocino al atacar a la Unidad Piquetera, deteniendo a Martín y Lorena, está colaborando activamente para que el ajuste “nacional y popular” progrese. El gobernador Rodolfo Suárez y Alfredo Cornejo intentaron desmovilizar la jornada de la Unidad Piquetera que estaba dirigida a Tolosa Paz.

Justamente el martes 21, día fijado para la audiencia que debía resolver la situación de los dirigentes detenidos, la Unidad Piquetera tenía previsto una jornada de lucha por un salario mínimo que se ajuste a la marcha inflacionaria de mínima, frente a la reunión que debía fijar el monto entre el gobierno, los empresarios y las centrales obreras. El eje de la jornada estuvo colocado en el reclamo de libertad de los compañeros y el derecho a reclamar. Juntos por el Cambio mendocino cubrió la espalda a la entregada del salario mínimo del gobierno nacional y la CGT en la peor paritaria de todas: 26,5% en el primer semestre. Hambre para “los más vulnerables”, con los que se llenan la boca unos y otros políticos capitalistas, agentes del FMI y su ajuste.

Ensayo general represivo

Existen múltiples procesados por luchar en todo el país, desde Santa Cruz hasta las detenciones de los compañeros jujeños por el gobernador Gerardo Morales. Lo que ocurrió en Mendoza fue un ensayo general de mayor alcance.

El Estado utilizó todos sus recursos para sacar al movimiento piquetero de la calle, principal línea de resistencia al ajuste en curso. No se limitó a las formas legales, pues desarrolló una política de terror en las barriadas organizadas por el Polo Obrero: móviles intimidando los comedores e incluso citaciones irregulares para acudir a sedes judiciales de las cuales los fiscales desconocían. La policía actuó bajo las órdenes del poder político, sin directivas de la Justicia, como una fuerza irregular.

La exposición de la jueza de Garantías Mirna Montaldi, quien ordenó la liberación de Martín y Lorena, fue clara: la detención no corresponde porque no existe ningún riesgo para el desarrollo del proceso judicial iniciado por el fiscal. La detención fue una decisión política tomada en las oficinas de la Casa de Gobierno, ajustada a la línea electoral de mano dura de Alfredo Cornejo. Incluso en función de la disputa de su socia Bullrich con Larreta, que no encuentra forma de evitar las manifestaciones y acampes de decenas de miles de en la Avenida 9 de Julio en Buenos Aires.

Las declaraciones de los ministros y funcionarios de alto rango del Poder Judicial mendocino fueron en la misma línea que el dúo Bullrich-Cornejo. En una interpretación taxativa del artículo 194 del Código Penal, no se cansaron de afirmar que cortar calles es delito. Pero esto es desmentido por el mismo Alfredo Cornejo, que fue partícipe y organizador de cortes de calle reclamando justicia para el fiscal Nisman o durante las concentraciones que en pandemia reclamaban el levantamiento de las restricciones para circular. La aplicación del Código Penal solamente rige para quienes luchan por causas populares.

En Mendoza se puso a prueba la “doctrina Bullrich”, es decir una política represiva de tinte fascista. Es la tentativa que más lejos ha ido hasta el momento y por lo tanto debe ser tenida en cuenta por todas las fuerzas políticas, sindicales, sociales y democráticas del país, pues adelanta cómo pretenden abordar las necesidades y reclamos de las mayorías.

Piqueterización

La profundización de la política fondomonetarista es un acicate para las protestas populares y presiona a vastos sectores a piqueterizarse.

Es lo que ocurre con los docentes cordobeses que rechazan el decreto salarial de Juan Schiaretti frente a la mirada cómplice de la burocracia sindical, el doble ejemplo de los trabajadores de la educación sanjuaninos hace escuela. Se resquebraja la contención organizada por la burocracia sindical, frente a los salarios de miseria.

Los cortes de luz y agua en Buenos Aires potenciaron el descontento general, presionando a que ganen la calle. Estos “piquetes” coincidieron con los de la Unidad Piquetera. El almacenero que se queja por el piquete terminó haciendo piquetes porque perdía la mercadería de la heladera.

Con un cuadro inflacionario que supera el 100%, el fracaso del control de precios, niveles salvajes de pobreza y salarios de hambre, pretender disciplinar mediante el rigor solo significa aguzar las tensiones sociales.

Massa en la cuerda floja

Sergio Massa le indicó a la Anses que venda los títulos que tiene en dólares para contener una nueva corrida contra el peso. Una verdadera estafa contra los jubilados, que ya cobran ingresos de miseria, luego de haber aportado toda una vida.

Este manotazo de ahogado no impidió que el dólar blue se fuera a $392, poniendo más presión a la escalada inflacionaria y que los bonos argentinos se desplomaran aún más.

Un nuevo fracaso que se acumula al incumplimiento de reservas que le reclamaba el FMI, al descontrol de la inflación, al canje de deuda en pesos y a la operación de recompra de deuda. Son demasiados fracasos para un precandidato a presidente, lo son aún para un ministro y su continuidad.

La economía sigue paralizada. La falta de dólares para importar insumos y el aumento de la tasas de interés que encarece el crédito son dos problemas que Massa no ha logrado resolver. Esta política se expresa en el derrumbe de los salarios y las jubilaciones, la caída del empleo y la precarización laboral

El fracaso de la política económica del gobierno, instrumentada por el superministro Sergio Massa y acompañada por La Cámpora, es evidente. Resta preguntarse, ¿qué los sostiene?

El imperialismo, en un cuadro de crisis financiera internacional, quiere evitar un estallido en la Argentina que puede encender la chispa de una revuelta popular. Sergio Massa pasó de presidenciable a pender de un hilo en economía.

El 24 de marzo marchamos con la izquierda que se planta

Los últimos días han corroborado la importancia de convocar a un congreso del Frente de Izquierda para unificar y golpear como un solo puño. Es clave como canal de organización, deliberación y resolución de la vanguardia obrera y popular que está en lucha pero dispersa. Es la conclusión que se desprende de la batalla mendocina, donde el kirchnerismo orgánico apostó a la derrota de los luchadores y parte de la izquierda se guardó para que la foto electoral no estuviera teñida de pueblo piquetero.

Las tentativas represivas de la derecha y los reclamos del FMI, que profundizan el ataque contra el pueblo trabajador solo pueden ser enfrentados por los trabajadores, y la izquierda tiene que estar a la cabeza. Será así mientras se defienda la independencia de clase, se establezca una clara delimitación del kirchnerismo y se coloquen las energías en una acción unificada de la clase obrera.

Este 24 de marzo vamos a marchar en todo el país contra el ajuste fondomonetarista, contra la criminalización de la protesta social, reclamando la plena vigencia de las libertades democráticas, el cierre de causas y procesamiento contra todos los luchadores. La absolución de Lorena, Martín y Jimena, de Arakaki y Ruiz, y de todos los compañeros. Contra el negacionismo y con total independencia del operativo kirchnerista de “democracia o mafia judicial”, que es un consigna solo para disputar la propia impunidad.

Este 24 de marzo marchamos a la Plaza de Mayo con Memoria, Verdad y Justicia y con las columnas del Partido Obrero en todo el país. ¡Que se vayan los políticos capitalistas, que la izquierda se plante como una alternativa política!