Las organizaciones piqueteras vuelven a salir a las calles el próximo jueves 8, con el reclamo de trabajo genuino, apertura y aumento de los programas sociales, alimentos para los comedores populares y bono compensatorio para hacer frente a los estragos de la inflación.

La convocatoria está prevista desde las 11 horas, con cita en la Estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki (Avellaneda), para movilizar por el Puente Pueyrredón hacia Desarrollo Social.

A los reclamos por las reivindicaciones que el gobierno viene negando, en medio del plan de ajuste fondomonetarista que aplica contra la población trabajadora, las organizaciones piqueteras suman el reclamo contra la baja masiva de 40.000 beneficiarios del Potenciar Trabajo, mayoritariamente jóvenes que cobran la insuficiente beca Progresar.

Esta acción piquetera tendrá lugar en el marco de la gira del ministro de Economía a los Estados Unidos, con epicentro en las gestiones ante el FMI, poniendo de garantía el ajuste que el gobierno viene desarrollando y que recientemente implicó la supresión de los recursos destinados a salud, educación y vivienda.

El reciente aumento de miseria del salario mínimo, que llegará en noviembre a $57.900 –por debajo de la indigencia- es una foto de la realidad que sufren millones de trabajadores desocupados y precarizados, junto a sus familias, con ingresos totalmente deprimidos desvalorizados.

En este marco, el gobierno sigue otorgándole beneficios y potestades a las patronales y los exportadores, como la habilitación del “dólar soja”, que afectan directamente al costo de vida de familias empobrecidas por el ajuste oficial.

Los anuncios limitados y fraudulentos, como el refuerzo parcial a las asignaciones familiares para los “trabajadores pobres”, dejando a millones por fuera; o el refuerzo marginal para un sector de la población indigente, por única vez, dan cuenta de que el pacto con el FMI no da ni para una política asistencia de contención de la cual el gobierno pueda “ufanarse”.

Aunque esto sí ha sido suficiente para que algunos sectores de las organizaciones sociales vinculadas al gobierno decidieran permanecer dentro del Frente de Todos, a pesar del agravamiento de las condiciones de vida de la población trabajadora y del curso acelerado del ajuste fondomonetarista.

La jornada piquetera del jueves 8 volverá a colocar la agenda de los trabajadores desocupados y precarizados ante el poder político y en la línea por desarrollar un movimiento de lucha contra el pacto antiobrero con el FMI.

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