Mujer

7/2/2025

Río Negro

Femicidio de Otoño Uriarte: condenaron a los cuatro imputados

“Hay políticos y muchos milicos que tienen que pagar”, dijo su tío Silio.

Otoño desapareció el 23 de octubre de 2006. Tenía 16 años.

Pasados 18 años, la jueza María Florencia Caruso, junto a los vocales Amorina Sánchez Merlo y Juan Puntel -el tribunal de juicio de Cipolletti que encabezó el proceso judicial- declaró culpables a Ángel Germán Antilaf, José Hiram Jafri, Ricardo Néstor Cau y Maximiliano Manuel Lagos, en calidad de coautores responsables de la desaparición forzada y femicidio -en la causa se sostuvo asesinato- de Otoño Uriarte. Otoño desapareció el 23 de octubre de 2006. Tenía 16 años.

Los culpables y detrás

La presión popular, que durante todo el juicio se hizo sentir y mantenido la lucha vigente en las calles durante estos 18 años, fue central en la conquista de esta sentencia, que marca un antes y un después para la vida política y judicial de la provincia.

En primer lugar porque los cuatro imputados fueron señalados desde un comienzo como parte de una red de trata de personas que opera en la zona. Es que Otoño fue privada de su libertad y, según mencionó la jueza en los fundamentos de la sentencia, fue retenida en un lugar varios días después de su secuestro, enterrada, desenterrada, trasladada y arrojada por último a 30 km de donde se la vió por última vez.

El radio donde Otoño estuvo desaparecida mientras era buscada por todos lados son alrededor de 40 km, y atraviesa Cipolletti, Fernández Oro y Allen. Resulta raro entonces que nada de lo que afirma que pasó la jueza haya sido detectado por las fuerzas policiales o la propia Justicia, que había iniciado una investigación en toda la zona. La zona -Cipolletti con dos triple crimenes, Fernández Oro con la desaparición de Otoño y Allen con la desaparición de Carlos Painevil- es conocida por las relaciones entre el narcotráfico, la trata y la fuerza policial, que no se enfrentan, sino que conviven.

Todo el juicio dejó situaciones donde se evidenció que varios de los imputados querían decir algo más, producto tal vez de saber más de lo que contaron. Si bien los cuatro fueron relacionados con el nylon que encontró la policía -Jara y Retamal- por los olores, y fueron declarados culpables, algunos se despacharon con frases sospechosas.

Antilaf volvió a repetir, antes de la lectura de la sentencia, que “todo esto es político”, largando ante toda la prensa una frase con mucho peso. Jofrin repitió, como el día de los alegatos, que “él ya estaba muerto”. Aquel día también mencionó que Ives Vallejos, el primer policía a cargo de la investigación, fue a buscarlo hasta Buenos Aires.

Aflora la complicidad política-judicial con la policía y las redes de trata
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“Se les fue la mano”

Los 18 años de impunidad y encubrimiento, con un montón de pruebas pérdidas, son prueba de que los cuatro condenados fueron protegidos.

“Se les fue la mano” fue una frase que la jueza valoró en la prueba, que unía a los imputados diciendo lo mismo. Otoño, según esta idea, no debía morir, sino que debía ser solo secuestrada y tratada.
Que ahora los responsables materiales de su muerte paguen no quita la responsabilidad de los responsables materiales que tienen los sucesivos gobiernos durante estos 18 años, y de la Justicia. De hecho, parte de la impunidad se mantiene, mientras cuatro del entramado van a perpetua.

Ni la exjueza García, su secretario, ni la policía y su cúpula, muchos de ellos hoy funcionarios políticos, están procesados por la obstrucción durante la investigación y por la pérdida de pruebas. De hecho, algunas hipótesis como la complicidad de la policía durante la desaparición de Otoño no fueron seguidas, sino cajoneadas por las propias fuerzas del Estado.

Para Otoño, verdad

Sin dudas que el desarrollo del juicio evidenció responsabilidades más allá de los cuatro condenados. Pasaron policías y funcionarios -algunos no- que tuvieron en sus manos una causa que fue manipulada por ellos mismos durante 18 años. Recordemos que desaparecieron pruebas, que la exjueza y su secretario no fueron llamados a declarar, como tampoco muchos funcionarios políticos municipales y provinciales.

Silio, tío de Otoño, mencionó al finalizar el juicio y conocida la sentencia que “acá hay políticos y milicos”, anunciando de alguna manera que se irá en busca de otros responsables. A donde vayan los iremos a buscar. Para Otoño la verdad.

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