Políticas
21/8/2025
Editorial
1.000 dirigentes y activistas obreros se prepararon para lo que viene
El plenario nacional realizado en Sociales votó un programa y un plan de acción para superar el colaboracionismo de la burocracia sindical ante Milei y sus socios

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Foto: Federico Imas @ojoobrerofotografía
El pasado 27 de junio un Zoom de unos 44 dirigentes de sindicales, piqueteros y de jubilados discutió la iniciativa de un plenario nacional combativo. Así empezó un vasto proceso que culminó en el plenario en la Facultad de Sociales del 16 de agosto, que marca un hito en la lucha por un bloque independiente de la burocracia sindical en el movimiento obrero.
Los alrededor de 1.000 dirigentes, delegados y activistas del sindicalismo combativo, los movimientos piqueteros más activos y las principales organizaciones de jubilados que han ganado la escena nacional con su lucha, debatieron en plenario y en ocho comisiones un documento programático, un plan de acción y eligieron una mesa para llevarlo adelante, en una de las etapas más difíciles del movimiento obrero desde la dictadura hasta acá. Se prepararon para luchar contra lo que proyecta la burguesía después de las elecciones: las reformas del FMI, laboral, previsional e impositiva que apoya toda la burguesía como eje central de la etapa.
La concurrencia de las principales expresiones combativas de todo el país mostró la oportunidad de su realización, cuando arrecian luchas defensivas pero muy aguerridas, en los más diversos gremios y sectores de los explotados de todo el país, por una parte. Por otra parte el cuadro de defección de todas las alas de la burocracia sindical. El documento aprobado no sólo caracteriza al gobierno facholibertario, su subordinación a la ultraderecha internacional y al FMI, sino que también delimita de la oposición parlamentaria patronal, y llama a enfrentar el ajuste de los gobernadores, a partir de los choques de los propios trabajadores en cada provincia, sea con Pullaro, con Jorge Macri, con Vidal, con Jalil o con Kicillof.
Las resoluciones ponen en valor la acción directa de la clase obrera, sus métodos históricos, la huelga u ocupación de fábrica a nivel fabril, los piquetes de los desocupados, las manifestaciones masivas y, de conjunto, la cuestión del paro activo y el plan de lucha “en la perspectiva de la huelga general”. Lo que equivale a colocar en el centro de la situación política, antes o después de las elecciones, la intervención directa de la clase obrera en la crisis de un gobierno que llega con la lengua afuera al turno electoral en medio de barquinazos brutales de sus logros más preciados, con la inflación y el dólar en tensión permanente, apelando a un endeudamiento demencial, con una actividad económica derrumbada y la insatisfacción popular a flor de piel que se expresó momentáneamente de manera confusa y distorsionada en la abstención electoral.
No es casual que en la agenda de la primera semana posterior al plenario, de intervención en las calles en la semana que transcurre, haya varias citas de acción del movimiento obrero como las de Secco, el Sutna a Plaza de Mayo, los petroquímicos de Río Tercero, la jornada nacional de paro y movilizaciones de la docencia en todo el país por parte de los sindicatos combativos contra la parálisis de Ctera. Pero al mismo tiempo una agenda de movilización al congreso para arrancar la caída de los vetos a jubilados y discapacitados y de los decretos antiobreros de desguace de organismos, como la aprobación de algunas leyes ligadas a las reivindicaciones de la universidad pública y el Garrahan. La victoria sobre discapacidad –que será judicializada por Milei- y la derrota en jubilaciones acentúan la cuestión de la acción directa de las masas para arrancar las reivindicaciones como única vía para quebrar al gobierno.
Un método, el frente único de clase, objetivos convocantes
No faltó una lucha, desde el Garrahan, con la profundidad de sus medidas y el enorme alcance popular, hasta los químicos de Río Tercero en Córdoba que ocupaban la planta de PR3 sólo horas antes. No vamos a repetirlas aquí, las hemos nombrado hasta el cansancio, pero todas estuvieron y pudieron expresarse en distintas instancias de la deliberación, incluso llegó el cuerpo de delegados de UTA de la 148, disidente de Fernández.
Tiene importancia destacar un proceso y un método por el que se llegó hasta el plenario. Quizás los primeros antecedentes haya que buscarlos en las convocatorias del Garrahan hace meses en la puerta del hospital, más adelante en las puertas de Morvillo cuando nos convocamos no sólo a apoyar la ocupación sino a poner en pie una columna independiente frente a la movilización de la CGT y las CTAs el 9 de abril, en la previa del paro del día siguiente. Llegamos con una columna y un documento de frente único mostrando ante decenas de miles de trabajadores de las columnas de los sindicatos un planteo: el paro activo y el plan de lucha para derrotar a Milei. Un planteo antagónico al de la burocracia sindical, que evitó el paro activo de 36 horas con abandono de plantas, pero que además ha realizado desde la asunción del nefasto gobierno antiobrero de Milei, sólo algunas medidas aisladas para sentarse de inmediato a negociar sus prebendas como ocurrió en la previa de la Ley Bases, un pilar fundamental de la política antiobrera y de entrega nacional de Milei, aprobada con el necesario apoyo parlamentario de la oposición patronal, como señala el documento aprobado en el plenario.
Lo que hemos llamado el colaboracionismo de la burocracia y la oposición. El plenario rechazó y descartó la idea de “exigir la continuidad” de un inexistente plan de lucha de las centrales. No lo tuvieron, no lo tienen, están al servicio del “volveremos” paralizante del peronismo con Cristina a la cabeza, para el aguante mientras Milei hace la tarea sucia de la ofensiva antiobrera que es el único plan de toda la burguesía.
En tanto dábamos esos pasos en Buenos Aires, en Córdoba, con la UEPC Capital recuperada a la cabeza, se impulsaba un plenario que el 12 de junio colmó el auditorio del histórico Luz y Fuerza cordobés. Desde allí se llamó a convocarnos desde todo el país. La AGD tomaba el guante y lo votaba en una asamblea general. El apoyo a los químicos cordobeses había permitido ir madurando la iniciativa, en las calles y en los debates contra el sindicalismo de cooptación al gobierno de Llaryora, soldando en las calles la unidad de ocupados y desocupados.
Es algo que también fue característico en Buenos Aires y otros puntos del país desde el propio 20 de diciembre de 2023 que le valió al Polo Obrero el juicio sumario con grave amenaza de cárcel. Otra bandera que flameó fuerte en el plenario, con una decena de organizaciones piqueteras participando, varias de ellas también criminalizadas. Un actor fuerte de la etapa precedente, el movimiento piquetero, atacado desde día mismo que subieron Milei, Bullrich y toda su banda fue reforzando su alianza con los sindicatos combativos, que tuvo capítulos extraordinarios como los piquetes comunes en la huelga salarial del Sutna en 2022. Daniela Calarco, presa tres meses, o Pablo Grillo herido de gravedad, son testimonios de una lucha obrera y popular que se abrió paso desde abajo, contra una feroz represión.
Por su parte las organizaciones combativas de jubilados que fueron parte convocante de este plenario, especialmente el PTJ, entraron a golpear al régimen todos los miércoles, en la llaga de siete millones de trabajadores jubilados estafados por cada gobierno de la derecha y del peronismo, colocando en la agenda nacional uno de los reclamos que más golpeó a Milei, junto a la rebelión universitaria de 2024, que hoy se prolonga en nuevas medidas de los sectores combativos. Es todo un proceso nacional que incluye mucho más que estas reseñas breves el escenario en el que tuvo lugar este plenario excepcional: 1F, 24M, etc. Como dijo un delegado metalúrgico de Siderca, esto era “de necesidad y urgencia”.
Los debates
La cuestión de la huelga general que nuestra corriente, la CSC-PO, puso a debate no sólo representa la perspectiva de irrupción de la clase obrera para derrotar a Milei, sino también un método que tuvo expresión en Tierra del Fuego en la huelga metalúrgica, en el propio Garrahan con los residentes, en los químicos de Córdoba o en la lucha de AGD y el clasismo universitario por retomar el gran movimiento universitario del año pasado hacia una huelga general universitaria. Es un planteo que se vincula íntimamente a la lucha por una nueva dirección del movimiento obrero, contra los métodos de la burocracia sindical.
En la previa, en las reuniones de las representaciones sindicales y los debates en distintas comisiones directivas y aún asambleas, un debate que se superó fue si sólo cabía una reunión de “coordinación de las luchas”. Todo el tiempo ocurren esas coordinaciones, con sus virtudes y límites, junto a los jubilados, el Garrahan, Georgalos, Químicos y muchas otras. Oponer esta cuestión a un plenario de este alcance sólo encubre una oposición que después tuvo otras manifestaciones cambiantes por parte de la corriente (Mac-PTS) que la llevó adelante: que no cabía un documento de esa magnitud, que sólo había que desarrollar los puntos iniciales de la convocatoria. Este punto de vista desprecia la capacidad y necesidad de la vanguardia obrera de abordar un programa de superación de las corrientes de la burguesía y en particular de la conciliación de clases del peronismo, dominante en la escena de nuestras organizaciones.
Pero tal vez, de parte de este sector, el planteo central fue que del plenario fuera convocante Bregman en un raro frente único de las organizaciones obreras de masas con una candidata, no obstante lo cual pudo acercarse a participar del plenario como otros referentes de la izquierda lo hicimos, cosa que no ocurrió. Esta idea después mutó al planteo de oponer las reivindicaciones y la lucha por ellas al debate de un “partido de trabajadores”, porque “el salario lo ganás y te lo quitan al otro día”. Una oposición nefasta porque la cuestión transicional de las reivindicaciones es fundamental para desarrollar la intervención de la clase obrera en la crisis. Y, por otro lado, el planteo del PT tipo Lula, que ya tuvo expresión anterior en el “PT sin patrones”, es un guiño a la burocracia sindical cuya expulsión y vinimos a debatir en función de una nueva dirección clasista del movimiento obrero, algo que parece escapar a la idea de la “autoorganización” que los mismos compañeros plantean a menudo en oposición a las organizaciones recuperadas, grandes protagonistas de este plenario, sus resoluciones y su coordinación electa para llevarlas adelante.
Otros debates como “el problema son los que nos están aquí” del Ancla-MST a través de algunos de sus oradores es una idea de seguidismo a sectores de la burocracia, más o menos disidentes de los Daer y Cía. Política que se expresa en la integración a la directiva kirchnerista de Cicop que es un brazo de Kicillof y ha reformado sus estatutos para eliminar las minorías o la “multicolor” en el Sutna con un sector ligado a Walter Correa y a sectores patronales de Pirelli. La repetición de la mención de Aceiteros o de los Furlán expresa una política contraria a lo que ha ocurrido, que es poner en pie un bloque independiente, justamente superando la política seguidista de esos sectores, funcional a la parálisis del total de la burocracia peronista. El plenario es un factor más de impulso a listas y frentes antiburocráticos en todos los gremios. Y fue fundamental en este punto la presencia de Adosac, con su secretario general, como de UEPC Capital, de Químicos o de ATE Río Tercero que fue también convocante.
El plenario está para atraer al activismo que lucha hacia un polo de independencia de clase, y no al revés. Y fue un debate que se dio fraternalmente con dirigentes que no coinciden con esta perspectiva que no obstante vinieron a participar, como los dirigentes de la Lista Verde del Suteba Tigre o el exsecretario general de Amsafé Rosario.
Una deliberación política del activismo obrero en medio de la campaña electoral
Todo el régimen político es impactado por las luchas que han puesto grandes banderas populares en una masiva agenda nacional. La fragmentación electoral colosal de la burguesía, sea por la crisis terminal del PRO y los radicales, como de la crisis del peronismo, con divisiones o listas de tufillo perdedor en la mayoría de las provincias, es explotada por Milei, pero marca un cuadro definido de crisis política para la intervención de los trabajadores. Y, desde luego, para el Frente de Izquierda, en la medida que centre su campaña claramente como expresión política del proceso de resistencia de los trabajadores, en favor de una salida de los trabajadores a la crisis. Y no en la mera especulación de algún diputado más o menos que pueden o no conseguirse y resultar irrelevantes sino están al servicio de la estrategia de la rebelión popular contra Milei.
En ese camino, el plenario fue una formidable preparación para transitar la etapa de luchas durante las campañas electorales en todo el país, como un aspecto de la lucha por derrotar a Milei con los métodos de la movilización popular, poniendo la participación revolucionaria en las urnas al servicio de esa perspectiva.

